Me encuentro atrapada en tu libertad
intentando salvarnos,
olvidándome de la privacidad
que ambos, desde un principio, juramos.
Me convertiste en una pecadora
en el instante en que las estrellas,
tus más fieles compañeras,
dejaron de iluminarte.
Te di el privilegio de desvestir mis palabras,
prometiéndome dejar la ropa para el final.
Dediqué toda una noche a escribirte versos
por encima de tu descubierta piel,
dejando toda mi poesía en cada rincón,
transformando todas tus partículas en arte.
Y tus labios pronunciaron:
"¿Podrías darme un poco de paz?
Las cosas, sabés, se tornan complicadas.
No quiero verme atado a algo en concreto,
me gusta la idea de pensar que somos libres".
¿Y cómo te digo, amor,
que hace tiempo que estoy sujeta a vos,
que, al soñarte, es difícil despertarme,
que, al encontrarte, conseguí encontrarme?
Desaparecí dentro de un poema de Bécquer,
nadando entre personalidades ajenas,
conociendo cuerpos que no se asemejan al tuyo.
Pero mis poemas no se tatuaban en ninguna otra piel
que no fuera de tu pertenencia,
y nuestro vino preferido perdía todo su sabor
cada vez que no juzgabas su apariencia.
Llevo la imagen de tu espalda cubierta por estrofas
a cada lugar al que voy
con la esperanza de que algún día,
querido soñador,
vuelva a encontrarte a la distancia
y poder así, una vez más,
sentirte al amanecer.
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La metáfora de las estrellas.
Puisi- - Me propuse juntar todos mis escritos en un solo libro el mismo día en que me rompieron el corazón, y este es el resultado. - - "El arte vive en las estrellas y, lo único que es realmente libre, es el arte." Alin Dueña.
