«50» Bucle infinito.

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Una noche me miraste a los ojos
y totalmente convencido
me dijiste que el amor no existe,
que lo único real
es nuestra manía por destruirnos.

Asentí ante aquello
incluso sin estar de acuerdo.
Tampoco me quedaba mucha opción,
digamos,
porque contradecirte implicaba revelar
que nunca conseguí dejar de quererte.

Pero me miraste una vez más
y depositaste un par de besos
en mi cuello.
El amor no existe, decías,
y volvías a concentrarte
en tu botella de ron.

Un bucle infinito
entre mi cuello, el alcohol
y tu manera tan contradictoria
de sentirnos.

La metáfora de las estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora