UNA Y MIL NOCHES DE AMOR

El rechazo

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El teléfono sonó en medio de la noche. Sesshomaru murmuró algo con enojo pero no era raro que llamaran a
Sesshomaru a esas horas.

--Hablaré por la otra línea .

Antes que se volviera a dormir, Aome se preguntó por qué Sesshomaru contestó en inglés.
Todavía era de noche cuando Sesshomaru la despertó. Ya estaba vestido y muy serio. Tomó la mano de Aome con firmeza.

-Debes ser muy valiente, aziz -urgió-. Tengo que darte una mala noticia. Tu padre tuvo un infarto. . . de
gravedad. Está en terapia intensiva.

-¡No! 
Aome rechazó la imagen de inmediato. Su padre energético y jovial, ¿entre la vida y la muerte?
¡Imposible! Pero, bajo la mirada de Sesshomaru, tuvo que encarar la verdad.

-¡Dios mío!

-Tan pronto como estés vestida, iremos a Inglaterra. Zenobia ya te hizo las maletas y todo está listo. No
quise despertarte antes de lo necesario.

-Esa llamada... ¡fue para mí! -gimió Aome.
-- Mi madre...

-No llamó Subaky -suspiró Sesshomaru.

-- El ama de llaves, la señora Kong, se comunicó conmigo. Tu hermana
Ayame me habló un instante. Tu madre está tan destrozada, que está bajo sedantes. Tu familia te necesita.

-Los chicos deben estar muy asustados -murmuró Aome, pensando en que a su madre no le importaría que su desplome afectara á su familia.

-Mucho y a pesar de lo duro que sea para ti, debes ser fuerte... por el bien de todos. Tu padre está vivo -
insistió-. Piensa en eso. Tiene una gran energía y eso está a su favor.

Aterrizaron en Londres por la noche. El auto que los esperaba los condujo al hospital en donde estaba su
padre. El médico le dijo que había peligro de otro infarto. Aome miró a su padre, desgastado e inconsciente
y sollozó de miedo. Sesshomaru la abrazó. Se portaba con calma y era alentador y sensible. Era casi una
segunda naturaleza en él negar sus propios sentimientos para considerar a los demás más vulnerables.
La casa de Aome estaba en caos total. Por desgracia, los padres de Koga estaban en el extranjero y no
podían ayudar a Sesshomaru ni al resto de la familia.
Los días siguientes fueron muy difíciles para Aome. Los amigos, que no podían ir al hospital, visitaron a la familia en la casa. Subaky no pudo aceptar que Aome la consolara, así que Sesshomaru tuvo que hacerlo y Aome apreció mucho la paciencia fenomenal de Sesshomaru ante la histeria de su madre; en especial cuando Aome sabía que la consideraba como una mujer inútil y egoísta.
El mismo día en que el cardiólogo dijo que Ernest estaba fuera de peligro, Sesshomaru recibió una llamada
avisándole que un barco petrolero de Dharein fue atacado en el Golfo Pérsico. Aome estaba leyendo un
cuento para niños , mientras Souta dormía en su regazo, cuando Sesshomaru entró a darle la noticia.
A pesar de la poca luz del cuarto, Aome se percató de la tensión de Sesshomaru y puso a souta en brazos de Ayame para salir del cuarto y hablar con su esposo.

-¿Hay muchos heridos?

--No lo sé -estaba rígido-. Han sido transportados en avión al hospital más cercano. Me temo que esto
significa que debo irme.

-Claro... pobres hombres... sus familias.

SollozóAome y se avergonzó al reconocer que no era sólo de compasión. Por un momento de egoísmo, no pudo soportar aceptar que tendrían que separarse.

Kana salió para decir que souta lloraba y que quería a Aome. Esta lo tomó en brazos y se dio cuenta de
que Sesshomaru nunca había estado tan preocupado. Estaba tan tenso que ni siquiera la veía a la cara.

-Puede que pase algo de tiempo antes que pueda volver -habló sin expresión en la voz-. Perdóname, debo
despedirme de tu madre.

Aome ayudó a la señora Kong a hacerle las maletas. Pero cuando bajó al vestíbulo, Sesshomaru ya se disponía a irse.

-Debo irme ahora -la miró con frialdad-. Me mantendré en contacto.

-Te extrañaré -habló sin pensar.

-Creo que tendrás muchas preocupaciones aquí -levantó una ceja y se fue.

Eso fue todo. No la tocó y ni la miró ni una. sola vez Aome estaba pálida y nerviosa. Desde que salieron de Dharein, no la había besado ni una vez. Ansiando el aliento que a veces sólo da la intimidad con el ser amado, Aome no supo cómo
enviarle indirectas a Sesshomaru cuando la señora Kong les dio un cuarto con camas individuales.
Aome se llevó una mano a la boca temblorosa. Pasaron tan poco tiempo juntos; había pasado horas enteras
con los niños para que no molestaran a su madre. Sesshomaru no la buscó, de todas formas. Ahora, en retrospectiva, a Aome le parecía que se distanció de ella desde que llegaron a Inglaterra.

--Querida -protestó Subaky cuando Aome tomó otra galleta.

- No me sorprende que estés aumentando de peso.

-De hecho, lo bajé -replicó la hija, ruborizada al encontrarse con la mirada de Jae.

-Tonterías. Los botones de tu blusa están tirantes -de pronto, Subaky  la miró con malicia-. Ese fue siempre
mi primer indicio. Dime, Aome, ¿estás embarazada?

-No, no lo estoy .

Aome bajó la vista. Se alejó para dejar que su madre conversara con la madre de Koga. La chica regresaría a Dharein el jueves, después de un mes de estar separada de Sesshomaru. Su padre llegaría a casa el martes, recuperado al fin.
Aome salió a dar un paseo. Faltaban dos semanas para que fuera Navidad y hacía mucho frío. Metió las
manos en los bolsillos de un viejo abrigo. Allí había terminado la emergencia y ahora sólo quedaba su
propia crisis interna. Sesshomaru no la había llamado por teléfono desde hacía cinco días ni la urgió a regresar tampoco. Aome arregló su vuelo sola. Desolada, empezó a llorar. Todo sucedía como Sesshomaru lo predijo.
Ella ya no lo atraía. Quizá no estuviera pensando todavía en un divorcio, pero no tenía prisa por hacerla
volver a su lado. Cuando oyó pisadas a sus espaldas, se tensó.

-Aome, ¿qué pasa?

Preguntó Koga al verla llorosa y triste. La chica negó con la cabeza, esperando que la dejara sola. En las visitas anteriores de Koga, fue consciente de que la miraba con intensidad y de que
trataba de hablar de cosas personales. Pero no podía compartir su tristeza con él de que al parecer Sesshomaru
ya no la quería a su lado.

-¿Se trata de tu maldito matrimonio, verdad?

Insistió, molesto. Aome sollozó y trató de alejarse, pero Koga
la abrazó.

-Koga, no te portes así conmigo. Sólo lo empeorarás todo .

suplicó.
-No puede forzarte a que regreses con él .
la apretó en sus brazos.

-Pero quiero regresar -se sorprendió Aome.

-No tienes que fingir conmigo -le miró los hermosos ojos húmedos y se tensó-. Aome...

-No estoy fingiendo -no puedo evitar que la besara. Un segundo después, echó la cabeza hacia atrás.

--¡Por el amor de Dios, koga!

-Lo siento -se avergonzó--- Perdí el control.

Como llevaba tacones altos, Aome
pudo ver sobre el hombro de Koga y se paralizó al, ver una silueta inmóvil Horrorizada, Aome parpadeó.
Sesshomaru ya se alejaba.

-¡Podría matarte!

Exclamó a Koga antes de correr hacia Sesshomaru. Cuando llegó a la calle, su auto seguía estacionado.

-Obtendrás tu divorcio -declaró, elegante en su traje azul marino, inhumano en su inmovilidad. Polly trató de acercarse y Sesshomaru adelantó una mano.

--No regreses a Dharein. No te hablaré ni te volveré a ver.

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Una disculpa con doble capítulo.😔😔😔😔