Chapter 1

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El mundo le daba vueltas por el mareo que sentía. Todo a su alrededor estaba oscuro, solo ella tenía luz. Una vieja lámpara de bombilla amarilla bailaba sobre ella chirriando su óxido. Trató de moverse, pero su cuerpo estaba débil y aprisionado. Levantó la mirada y solo divisó la profundidad de la sombra que le rodeaba. Percibió un calor sofocante y un vapor apoderarse de la habitación. Una voz se acercó entre pasos lúgubres.

-Espero que la flor no se haya marchitado.

Ella se espabiló al escuchar aquella frase. Estaba atada de manos en una silla, pero sus habilidades ya estaban en función de liberarse.

-¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí?- preguntó ella con una mirada asesina por la furia que sentía.

-Quiero que hagas algo por mí, Flor.

-¡No me llames así! Ese no es mi nombre.- la soga de sus manos ya estaba suelta.

-No estás en posición de negarte, Flor, o tus amigos seguirán un destino muy caliente.

Las luces de la habitación se encendieron de golpe y en el techo, colgados en una jaula, estaba una pareja de jóvenes. Estaban arrinconados y asustados hasta que vieron a la joven atada.

-¡Clarie!- gritaron a coro.

-¡Sara, David! ¿Están bien?

-Sí, ¿tú?-dijo Sara entre lágrimas.

-Estoy bien, chicos.- les sonrió y luego se dirigió al hombre.-¿Qué quieres? Si les haces algo...

-Quiero que uses tus habilidades para robar algo para mí. Si te rehúsas, - pulsó un botón de la pared y, bajo la jaula, se abrió una compuerta que reveló un charco de lava.- tus amigos mueren.

-¡No!- gritó Clarie aterrada por la idea.

-¡No le hagas caso, Clarie! ¡Que no te obligue a hacer nada que no quieras!- decía David cubriendo a Sara con sus brazos.

Clarie bajó la cabeza y comenzó a llorar de impotencia. Apretaba la soga sabiendo que arriesgaría a sus amigos en cualquier movimiento en falso.

-Estoy a tu merced...

-¡No! ¡No lo hagas!-le gritaba David sin éxito de convencerla.

-Te daré las instrucciones luego, necesito tu confirmación.

-Solo si en lo que hago mis trabajos, tengo noticias de ellos.

-Te dejaré un móvil solo para ello. Cuando quieras saber de ellos, solo llama al número que tiene y tendrás una foto de su presente.

-¿No más detalles?

-Solo tras tu confirmación.

-¡Clarie, no! ¡Por favor, no lo hagas!

David estremecía la jaula a golpes de furia. Sara lloraba y cubría sus oídos para tratar de desaparecer de su realidad, pues quería pensar que todo era una pesadilla. El impetuoso joven se detuvo al ver la sonrisa de dolor y la humedad en el rostro de la chica bajo él. Apretó sus puños y dientes en señal de resignación.

-Dime tu nombre, maníaco.

-Llámame Lubelsame...

-Bajo tus reglas, Lubelsame, acepto tus términos de robar por ti salvando la vida de mis amigos.

-Trato hecho.

Antes de que la oscuridad la sumergiera en un profundo sueño, divisó un tubo que iba directo a su piel. Lo último que escuchó fue la voz de David diciendo: Estaremos bien.

Despertó en un callejón de la ciudad. Una nota en su bolsillo junto al teléfono móvil fue todo lo que encontró que le diera una pista de su trabajo.

"Tienes dos semanas para conseguirme las joyas de la condesa Wanda y el cetro real del barón Crawlie."

-Son tesoros nacionales, ¿cómo voy a hacerlo?

Ella revisó el suelo en busca de alguna moneda perdida. Halló una y con ella se dispuso a hacer una llamada. Marcó en la cabina muy desesperada, tentando a la suerte de que su amiga Crystal no estuviese allí. El tono se detuvo.

-¿Hola?

-¿Crys?

-¿Clarie? ¿Dónde estás? La policía te busca por tu desaparición.

-Estoy bien, pero los chicos fueron secuestrados. Lubelsame, el psicópata que los tiene, me está amenazando con sus muertes si no lo ayudo a conseguir unos artículos especiales, pero necesito mis cosas.

-¿Sabes en lo que te metes?

-Crys, no pienso arriesgar sus vidas. La última vez que los vi colgaban en una jaula sobre lava.

-De acuerdo, tengo tus cosas aun aquí. Pasa a buscarlas, quizás tenga algo más que te pueda ayudar.

-Bien, llegaré en media hora.

La prueba de la flor asesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora