Chapter 16

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No supo cuánto tiempo había pasado, ni quería saberlo, pues había repetido la voz de Clarie diciéndole que se fuera tantas veces en su mente, que comenzaba a enloquecer. Un auto frenó cerca y abrió su puerta.

-¡Jack!- era Crystal, después de casi una hora de la llamada.-¡Oh, muchacho, estás empapado!

Él no había querido ni moverse del suelo ni refugiarse de la lluvia. Solo Clarie colmaba sus pensamientos, casi de una forma enfermiza.

-¡Jack, reacciona!- le dijo la chica preocupada y agitándolo por un hombro.

-Crys... yo...- dijo en un volumen casi inaudible y sin expresión en su rostro.

-Ven, vamos a casa a que te des una ducha caliente y te relajes un poco.- pasó el brazo del chico sobre su nuca y lo condujo hacia el auto.

-¡¿Qué hacías en esa casa?!- gritó el oficial que le estaba haciendo el interrogatorio a Clarie, pero ella no respondía.

Estaba esposada a la mesa de metal, con un par de moretones en la cara y el cabello enmarañado. Entre la huida de los perros y resistirse a ser apresada, había resultado con algunas leves heridas. Sin embargo, su expresión era de fortaleza y estaba dispuesta a mantener su silencio ante cualquier amenaza, pues no quería dar a conocer ningún detalle de su robo y mucho menos exponer a Jack. Solo confiaba en que él y Crystal pudieran salvar a sus amigos en su lugar.

-¡Responde! ¡¿Por qué robaste el cetro?! ¡¿Cómo burlaste la seguridad?!

Ella continuó con su actitud silenciosa. El guardia perdía la paciencia con ella hasta que ya no soportó más. Le quitó las esposas de la mesa y le puso otras, atando sus manos detrás de su espalda. La condujo a una celda en la comisaría, la cual estaba apartada de la oficina y en un lugar un poco penumbroso. El hombre abrió la puerta y la echó dentro como si fuera un animal. Mientras cerraba la puerta, ella se levantó del suelo con una grácil maniobra. El guardia solo se fue del lugar esperando a que horas después la chica se dignara  hablar. Ella, por su parte, soltó un suspiro y se recostó en un pequeño banco que sobresalía de los barrotes.

-¿No eres muy joven para andar en robos?-dijo una voz desde la oscuridad, lo que hizo que Clarie se levantara de un salto y se pusiera en guardia.

-¿Quién es?- preguntó la chica.

-Una delincuente, como tú.- dijo con una risa extraña.

-No soy una delincuente. No estoy cometiendo un delito.

-¿Entonces por qué estás aquí si no?

-Es un malentendido... solo eso...- bajó la mirada.- Ya nada importa... solo me quedan unos pocos días...

-¿Qué? ¿Te botan de casa si no pagas la renta?- la voz se acercó lentamente.-

-¡Aléjate!- de un salto, pasó sus esposadas manos de su espalda a frente a ella.- No te acerques más.

-Yo te conozco...

-No, no es cierto.- dijo negando con un poco de miedo.

-Sí...- una mano notablemente quemada la señaló desde la sombra.- Tú eres esa niña asesina... la que destruyó la base militar del norte hace 8 años... ¡Flor Asesina!

-¡No!- de tanto retroceder, su espalda dio con los barrotes.- ¡Sáquenme de aquí! ¡Ayuda!

-¡Esta vez no escaparás por lo que me hiciste!- gritó mientras se abalanzaba sobre la chica.

-¡Ayuda!- fue lo último que se escuchó en aquel penumbroso pasillo esa noche.

-¿Ella está conectada con el robo?

-No.

-¿Hay pruebas que digan que su objetivo fue el objeto robado?

-No.

-¿Tiene evidencias que contradigan mi coartada?

-N-no, señor.

-Entonces, con su permiso, iré a sacar a mi lazarillo de su celda.- acompañado de Crystal, Jack había encarado al agente.

Había inventado la historia de que su bastón se había roto, cosa que de por sí no era mentira, y que se había caído dentro del jardín de la casa, pues él, al estar pasado de copas, lo había tirado. Justificó la presencia de Clarie dentro del jardín como su ayudante para recogerlo, por lo que su coartada fue bien vista. Además, de que era cierto de que las piezas del bastón habían sido encontradas en la escena y nadie sabía de quién era.

Tras usar toda esa serie de preguntas que intimidaron al agente, Crystal condujo a Jack a la parte trasera de la comisaría, donde se encontraba Clarie. Esta dormía plácidamente sobre el banco de la celda. Al escuchar el tictaguear tan peculiar de ese bastón, no solo sus ojos se iluminaron al abrirse, sino también una sonrisa se formó en su rostro.

-¡Jack!- gritó incorporándose al verlo.-

-¡Oh, mi belleza! ¡Mi Clarie!- se acercó a la celda guiado por Crystal y por la voz de su amada.

-¡Jack! Que gusto me da verte. Te extrañé tanto.- sacó sus manos por entre los barrotes y alcanzó las del chico.

-Yo también, mi ángel. Y mucho...

El guardia abrió la puerta de la celda para que la chica saliera y comprobó a la otra persona que había allí. Parecía dormir.

-¿Qué le pasó a...?- preguntó el guardia, pero Clarie le hizo una rotunda negativa.

-Es solo que tiene el sueño profundo. No hay problema.- la joven fue directo a los brazos del rubio y este le correspondió con el mismo entusiasmo.

No dejaban de darse besos y caricias, mientras Crystal solicitaba las pertenencias de Clarie. Cuando las recibió, lo que fue un momento de alegría y júbilo, se convirtió en tormento.

-Clarie... tu móvil...- La mayor señaló al aparato, el cual brillaba en la pantalla por un mensaje que aún estaba sin leer.

La chica lo tomó y, con Jack de la mano y seguida de Crystal, salió de la comisaría a paso apresurado. El guardia la dejó ir algo confundido.

-¿No que yo la había dejado esposada?- se preguntó a sí mismo al ver que la chica no llevaba las esposas, luego se asomó a la celda con curiosidad por saber dónde estaban las esposas encontrando a la otra persona ahorcada por sus propios brazos cruzados en su cuello e imposible de mover debido a que estaban atados a los barrotes detrás de su nuca.- ¡Santo cielo!

En la calle, o más bien, en el primer parque en el que Crystal pidió detenerse debido a la carrera, Clarie miró alrededor y se aseguró de que no hubiera nadie.

-¿Que ocurre, preciosa?- Jack notaba el nervioso de su chica en sus rápidos gestos y respiración.

-Lo voy a averiguar ahora.- abrió el móvil y leyó el mensaje, luego cubrió su boca con sus manos y cayó de rodillas en el suelo soltando el aparato.

-¡Clarie!- Jack la abrazó al sentirla caer y le dio caricias en la espalda para consolarla.- Crys... ¿ qué dice el mensaje?

La otra chica tomó el móvil y leyó en voz alta, pero con un nudo en la garganta.

-"Ya que tienes toda mi mercancía. Tienes hasta mañana para traerla. Si te pasas de las 12, tus amigos serán historia."..... y tiene una foto adjunta...

-Mañana... es mañana...- dijo Clarie sosteniendo su cabeza y temblando en lágrimas.

-Calma, bonita. Yo iré contigo. Te dije que estaría contigo hasta el final y estoy involucrado en esto también.- ella lo abrazó sin otro refugio para sus atormentados sentimientos y él le besó la frente.

La prueba de la flor asesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora