Bajaron a la calle y tomaron un taxi, Jack dio la dirección y se pusieron en marcha. Durante el viaje, Clarie pensó en la foto de sus amigos y en el mensaje que vino con ella: "El tiempo corre." Fue difícil para ella aceptarlo, pero solo le quedaban seis días del plazo que le había dado el secuestrador. Llegaron a una casa de empeño en la que solía tener lugar en fechas importantes subastas de famosas piezas o tesoros de gran valor.
-¿Qué pretendes aquí, Jack?- preguntó ella viendo la seguridad del lugar.
-Preguntar si alguien ha comprado o empeñado el cetro. Es fácil, bonita.
-Espero que resulte.
-No entres conmigo, linda.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Seguridad, no puedo dejar que se aprendan tu cara si te ven.
-De acuerdo, ve con cuidado.
-Me cuido para ti, dulzura.
-Lo que tú digas…-suspiró ella.- Diez escalones hacia arriba, luego 20º a la derecha, tres metros adelante, luego 40º a la izquierda, cinco metros adelante, una puerta de cristal, luego diez metros adelante y ya estarás frente a la recepcionista.
-Comenzando operación, gracias por la instrucción, mi perla sagrada.
Jack prosiguió a entrar al lugar con la guía dada por Clarie y llegó hasta la recepción. La mujer que se encontraba allí lo atendió.
-Dígame, señor, ¿qué desea?
-Quisiera saber si en alguna de las subastas que se han celebrado aquí o si de los objetos que se han empeñado se encuentra el cetro del barón Crawley.
-Lo siento, señor, pero ese tipo de información es privada. A los registros solo puede acceder la persona que lo posee.
-Gracias entonces por su tiempo.
-¿Quiere que le acompañe a la puerta, señor?
-No, gracias, estoy bien. (Te desviaste, ve 10º a la derecha y te faltan 8,6 metros para llegar a la puerta)
Al salir Jack, se reunieron de nuevo, para planear su infiltración a los archivos.
-No puedo entrar como si nada y no puedo esperar a la noche.
-Calma, yo no debo de tardarme mucho. Te serviré de distracción, cuando dijo lo de los registros, su voz se desvió a la derecha. Debe de haber por esa dirección una puerta o algo. Trata de colarte, bonita. Nos mantendremos en contacto por los audiomicros.
-¿Cuánto tiempo crees poder darme?
-Calculando unos segundos de tanteo y minutos de ida y demora, yo diría que 4.3 minutos, angelito.
-Suficiente. Avisa entonces cuando vayas a salir.
-Entonces, vuela, mi paloma.
Ella se colocó detrás de una de las gruesas columnas de la entrada. Se sacó el cinto de la ropa y rodeó el cilíndrico pilar. Usando su cuerpo como contrapeso, se elevó a una velocidad increíble. Abrió el conducto de ventilación del techo y se adentró en él con facilidad. Avanzó en dirección a la derecha del buró de la recepcionista. Jack, bajo ella, le solicitaba a la mujer que le indicase dónde estaba el baño, lo que la hizo dejar su puesto.
Clarie, pendiente de todo lo que ocurría en la entrada, abrió la ventanilla correspondiente y bajó al nivel normal. La habitación estaba repleta de archivos en cajas y estantes. Ella buscó por letra el nombre del barón.
-2.3 minutos, preciosa. Estoy por salir.
-Falta poco, ya casi... ¡Aquí está! Hace tres meses fue subastado y el nuevo dueño es... ¡el coleccionista multimillonario James Walker!
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La prueba de la flor asesina
De TodoPortada hecha por la bella y linda @lapichu90 UwU Un experimento biológico de perfección humana dio vida a nuestra protagonista. Criada en un campo de concentración como un arma de guerra, vivir una vida normal fue su escapatoria, pero... del pasa...