Chapter 13

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-No está mal enamorarse, cariño. No te sientas culpable por nada.
-Pero... mis amigos...
-¿Qué estás haciendo en el balcón de esta casa si no es tratar de salvarlos?
-Yo...- ella susurró con llanto en su voz.
-Estoy contigo, mi ángel. No te preocupes por lo que no puedas. Yo te ayudaré. Estaré contigo siempre.- él le sonrió tiernamente.
-Gracias, Jack.- suspiró.
Se volvieron a besar con pasión. Jack se movió de ella y esta se volvió a subir el ciper. No les resultó extraño el tomarse de la mano al levantarse, pues ya no eran como compañero y guía, sino como furtivos amantes.
Clarie miró abajo por el balcón y distinguió los lásers en el suelo, se secó el sudor por recordar su inexperiencia con el arco. Habían caído dos pisos más arriba de lo que buscaban.
-El balcón tiene un adorno en su base. Creo que podemos sujetarnos para avanzar hacia la ventana del piso inferior.
-¿La ventana? Creí que abrirías la puerta, cariño.
-Yo también, pero al ver cómo este tipo cuida su jardín, no me fío de la puerta. Además, las cerraduras de las ventanas son más sencillas.
-Confío en tu juicio.
-Y yo confío en mi suerte.- dijo con tono de súplica. -¿Estás listo?
Tras él asentir, Clarie se dio mochila al hombro y se deslizó por las paredes del balcón. Se quedó sujeta colgando de este por las manos.
-Ven, Jack. Vamos juntos, no quiero que te quedes atrás.
-No me importa qué tan lejos estés, mi pequeña, yo siempre te encontraré.
Ella lo fue guiando de a poco para avanzar colgados por el adorno de la pared. Al llegar sobre el balcón de la planta baja, se detuvieron y, grácilmente, Clarie se impulsó y cayó en la baranda agachada. Asegurándose de que el suelo no estuviese también plagado de alarmas, bajó a este y calculó mentalmente y de una forma increíblemente rápida todo lo necesario para el aterrizaje de Jack.
-Metro y medio con cinco centímetros a la derecha. A una distancia de 0.75m y una altura de 2.1m, debes tomar un impulso que te coloque en el metro 0.7 de la distancia. Toma el impulso con 60° de amplitud desde abajo hacia atrás. Dos veces para alcanzar la velocidad necesaria según tu peso. Dobla las rodillas al caer en un ángulo de 45°. ¿Listo?
-Demasiado.
Él tomó el impulso tras ubicarse y calculando todo lo dicho por Clarie, se dejó caer en lo que para él fue un penumbroso abismo. Al tocar el suelo con los pies, su miedo se redujo. Clarie lo ayudó a ponerse de pie.
-¿Estás bien, Jack?
-Aprecio la calidad de tus instrucciones, pero no esperes que mis acciones sean igual de perfectas.
-Solo dime cuando me necesites.- ella comenzó a rebuscar en su mochila sus utensilios para forzar la cerradura.
-Es extraño.
-¿Qué?- ella se puso manos a la obra.
-Es que hace unos días atrás pensabas que yo sería solo una carga para tu misión y hoy estás dispuesta a ayudarme en lo que necesite.
-Si tu regaño va de que me disculpe, lo hago.- respondió concentrada en su tarea.- Lo siento por eso. Pero, la verdad, has demostrado que eres muy útil para mí.
-Lo seré siempre si me lo pides.
-Pretencioso... Oh, oh...
-¿Qué pasa, linda?
-¡Oh, diablos! Hay una alarma aquí también.
-Entonces, busquemos otra entrada.
-No, Jack, no lo entiendes. Si me muevo, la alarma se activa.
-Estate quieta entonces. Dime, ¿qué forma tiene el mecanismo?
-A ver... Tiene una pantalla con botones abajo, tres. Y en el interior los tres cables que van a los botones. Uno rojo, otro azul y otro negro.
-¿Los botones están horizontales?
-Sí.- ella asintió petrificada.
-Bien. No sé cuál será el color, pero busca un cable que tenga un grosor ligeramente mayor.
-Creo que es... El azul.
-¿Segura?
-¡Y yo qué sé! Es pura perspectiva y ya tengo cansado el brazo. Me tiembla.
-Respira profundo y relájate. Corta el azul.
Con mucho cuidado de no tocar más de lo que debía, Clarie removió dicho cable de su posición, lo que puso la pantalla en verde y abrió la cerradura.
-Fiu~... Creí que no lo contábamos.
-¿Ya está?
-Mejor que bien. Sigue así y te ganarás el galardón de mejor compañero de misión del año.
-Prefiero otro beso.- ella lo miró con descaro.
-¿Alguna vez dejas de ser así de presumido?
-Solo cuando no estoy en presencia de la belleza que ha robado mi corazón.- señaló a ella.
-Le dices eso a la ladrona.
Sin resistirse más a los encantos de Jack, Clarie lo rodeó por el cuello con sus brazos y le dio un apasionado beso. Él la acarició por la espalda en un suave recorrido en el cual fue descendiendo hasta llegar a sus nalgas, mas ella lo detuvo.
-¡Hey! ¿Qué haces? No seas pervertido.- Clarie se separó de él.
-Perdona por emocionarme. ¿Me puedo justificar con el accidente por ciego?
-¡No! Y considérate a dieta hasta que terminemos en este lugar.

La prueba de la flor asesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora