Capítulo 3

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Valentina's POV

Había pasado no más de una hora en la que le pedí a Jacobo que fuera a mí casa por ropa y cuando volvió venía acompañado por mi hermano.

- ¿Valentina estás bien? preguntó Guille preocupado.

- ¡Guille!, lo abracé fuerte de verdad sentía que necesitaba un abrazo.

- ¿Qué pasó? osea me refiero a que entiendo que pasó pero y ¿la chica está bien? , correspondiéndome el abrazo.

- Si, lo está por suerte. Le conté acerca de lo que había pasado y lo que el doctor nos dijo.

- Así que ahora estás en problemas, eh?

- Creo que si hermanito. Me haré cargo de ello pero necesito que le digas a papá.

Mientras me fui a cambiar la mamá de Juliana llegó al hospital me di cuenta de ello por sus rasgos tan parecidos tomé valor y me acerqué y noté que se veía tan mal y la culpa me golpeó como nunca.

- Hola, soy Valentina. Usted debe de ser la mamá de Juliana, hablé.

- Me llamo Guadalupe pero me dicen Lupe y sí soy la mamá de Juliana, respondió.

Extendió su mano y la estrechamos.

- Un gusto, dijimos al unísono.

- Gracias por traer a mi hija al hospital.

- Señora, creo que usted no me está comprendiendo. ¿Cómo le decía que mi chófer había atropellado a su hija por accidente?, pensé.

- ¿No fuiste tú quién la trajo a emergencia? me preguntó confundida.

- Si, fui yo respondí. Pero me temo que no fue por un acto de bondad.

Su expresión cambió y supe que tenía que decirle.

- La que iba en la camioneta que atropelló a su hija era yo. Mi chófer se despistó en un segundo y de un momento a otro su hija pasó de estar enfrente de la camioneta a estar debajo de ella. Me puse a llorar inmediatamente, me sentía tan mal.

No podía leer la expresión con la que la madre me veía. Supongo que quería asesinarme ahí mismo.

- Tranquila chamaca, al menos no la has dejado morir. Hubiera sido otro el caso creo que la hubiesen dejado ahí a su suerte y quizá hubiese muerto sin poder hacer algo.

Escuchar eso suavizó el golpe pero no podía dejar de llorar. Jacobo llegó y también se disculpó por ser un mal chófer y también comentarle que era la primera vez que le sucedía algo así.

- Señorita Valentina ¿no tiene hambre? oí a Jacobo decirme.

¿Cómo podía tener hambre si alguien peleaba por su vida por mi imprudencia de hablar con Jacobo mientras manejaba?, pensé.

- No Jacobo, no tengo hambre, respondí.

- Señorita Valentina si quiere despedirme lo voy a entender. Usted está por mi culpa aquí.

- Tranquilo si. Esto ha sido culpa de los dos así que tendremos que pasar un tiempo en el hospital.

- Su padre me ha llamado y me ha dicho que la decisión de despedirme la tenía usted, está muy enojado conmigo por mi imprudencia.

- Jacobo, plis. Hablaremos luego, no tengo ánimos de seguir hablando de esto aquí precisamente cuando Juliana está inconsciente aún.

- Lo lamento. ¿puedo traerle al menos un café?

- Seguro que eso sí te lo recibo. Gracias Jacobo.

La madre de Juliana vino hacía mí y se sentó justo a la par mía y suspiro antes de hablar.

- Valentina, deberías de ir a casa seguro tus padres están preocupados.

- Mi madre falleció hace unos años respondí y papá está en un viaje de negocios en Europa me temo que nadie me espera en casa.

Su mirada cambio totalmente a una de pena y odiaba que me vieran así.

- Oh, lo lamento respondió. Su mirada cambio a una más tierna.

En eso sonó mi celular y era mi ex. Él y yo habíamos terminado hace unos meses y seguíamos siendo amigos. Y era la única persona que me entendía de cierta forma.

- ¿Bueno?

- Hola vale, me he enterado del accidente. Lo lamento mucho.

- Gracias Lucho, por preocuparte y eso.

- ¿cómo está la chica? preguntó.

- Está inconsciente y no me han dado noticias si ha despertado o no desde que entró. Lo que si sé es que ha tenido suerte porque está viva.

- ¡Dios!, me alegro que sea así. Verás que va a despertar y todo estará bien.

- Espero que así sea solo es cuestión de tiempo.

- ¿tú cómo estás? ¿has comido ya?

- Me siento horrible respondí y de nuevo las lágrimas de asomaban por mis ojos mi voz se quebró y él lo notó.

- Aún estoy en clases y tengo tareas luego de la escuela si puedo hoy me pasó al hospital a hacerte compañía ¿está bien?, me dijo.

- No te preocupes lo entiendo perfectamente, haz lo que tengas que hacer y si puedes venir solo avísame, respondí. Pensé en que ojalá no viniera porque no tenía ganas de hablar con nadie.

Vi al doctor saliendo de una habitación y supuse que era la de Juliana por lo que me despedí de Lucho rápidamente y me acerqué.

- Doctor, ¿cómo está Juliana? pregunté

- Con que Juliana es su nombre, eh? Sonrió.

- Su madre está aquí le avisé al doctor y la llamé para que pudiera escuchar todo acerca del diagnóstico de su hija.

- ¿Mamá de Juliana? preguntó el doctor.

- Yo, un gusto respondió.

- Soy el médico de turno, mi nombre es Alfonso Carranza.

- ¿cuénteme cómo se encuentra mi hija?

- Me temo que su hija tiene un brazo roto, 4 costillas rotas y su pierna derecha esta casi desecha. Las costillas dejaron de ser un problema en cuanto nos aseguramos que no perforaron ningún órgano interno así que está bien pero perdió mucha sangre por lo que tuvimos que mandar a pedir bolsas para poder reponer lo perdido, la hemos ingresado a sala de operaciones por su pierna y hemos podido reparar un 45% del daño pero me temo que aquí en el país no contamos con los servicios que ella necesita para poder recuperar totalmente su extremidad. Además tengo una mala noticia respiro profundamente y me asusté.

Yo estaba abstraída en todo lo que el doctor había dicho y pensé en que había arruinado por completo la vida de Juliana.

La expresión de su madre me estaba matando que era una mezcla de preocupación y enojo al mismo tiempo. No podía culparla la verdad.

Después del incómodo silencio la mamá de Juliana preguntó de que lo que trataba esa mala noticia.

- Lamento informarle que su hija está en coma, la perdida de sangre y el trauma cráneo encefálico que ha sufrido que por el bienestar de Juliana hemos tenido que inducirle al coma y esperamos que su recuperación durante el tiempo que se encuentre en este estado sea eficiente y precisa. 

Yo después de eso sentí que todo se me borraba y lo último que vi fue la cara de la mamá de Juliana llorando.

Connected Roads (JULIANTINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora