Nueve

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(Zed en multimedia, ysi)

—Bueno, si no hay nada para comer o para cocinar podríamos ir al supermercado —Ashton miró al rubio mientras buscaba en el refrigerador algo que pudiera servirles.

—Bueno, está bien —suspiró colocándose un abrigo y dándole un abrigo a Ashton para que se lo colocara y pudieran dirigirse al supermercado a comprar algo.

Al llegar, tomaron un carrito y comenzaron a meter cosas en él que podrían utilizar para cocinar algo, estaban hambrientos y Zed en su casa ya no tenía nada, hacía un buen tiempo que no compraba cosas o iba a un supermercado siquiera, últimamente no tenía tiempo para nada.

—Oh, este chocolate —tomó una barra de chocolate para taza en sus manos mientras Ashton lo observaba algo confundido.

—¿Qué sucede con él? —preguntó viendo a Zed soltar una suave risa.

—Es extraño —sonrió—. Sabes, en mi vida he estado con muchas personas y con cada una de ellas las experiencias en la cama eran distintas, con uno de los chicos con los que estuve, un día se nos ocurrió hacer algo sumamente extraño —hizo una pausa—. Compramos un chocolate de estos y lo derretimos y al tener sexo él me echaba chocolate en alguna zona del cuerpo y chupaba ahí, de alguna forma era excitante, aunque algo extraño —se encogió de hombros.

—Wow, qué loco —dijo mientras sonreía y miraba hacia otro lado.

—Pero ninguno había sido como tú —lo miró con una sonrisa y se acercó a él coqueto—. Ninguno había sido del tipo dominante posesivo —se mordió el labio inferior recordando lo de la noche anterior.

—Es bueno saber que no soy como los demás —se limitó a decir mirando hacia otro lado.

—Lo eres —Zed se colocó delante de él para besarlo pero en cuanto se acercó Ashton giró la cabeza con la excusa de ver algo que le llamara la atención.

—Hey, mira —señaló una bolsa —. Adoro los malvaviscos —la tomó y la puso en el carrito.

—Bien, podemos llevarlos —lo miró algo extrañado mientras caminaba junto a él hacia la caja.

Se colocaron en la cola y comenzaron a avanzar a medida que la fila de gente avanzaba.

—Cuando lleguemos a casa podríamos hacer algo, ¿no crees? —Zed se abrazó al brazo de Ashton pero éste se corrió para zafarse de su agarre.

—Ya va a ser nuestro turno —se excusó mientras señalaba a las personas que faltaban.

—Aún faltan tres personas —dijo mientras alzaba una ceja—. ¿Te encuentras bien? —se acercó para verlo a los ojos pero Ashton se alejó y miró hacia otro lado.

—Sí, estoy bien —suspiró y avanzó para colocar las cosas en la cinta y esperar a que la chica que se encontraba ahí las pasara y después les cobrara.

—Será el monto que está en la pantalla de la máquina —señaló mirando a Ashton con una sonrisa coqueta—. ¿Con qué van a abonar?

—Tarjeta —Ashton sacó su tarjeta y se la entregó para que ella pudiera efectuar la compra.

—Firma aquí —señaló un papel y le entregó un bolígrafo—. Y, si quieres puedes poner tu número.

Zed alzó una ceja mirándola algo molesto. Después miró a Ashton, éste le sonrió a la chica y volvió a mirar el papel para comenzar a firmar.

—Lo siento, él no podrá anotarte su número —se cruzó de brazos mientras la miraba.

—Oh, ¿tienes novia? Lo siento, debí suponerlo, eres demasiado lindo como para estar soltero —se mordió el labio inferior mientras lo miraba a los ojos.

don't love me; zashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora