Me dolía todo el cuerpo, ardía, intente no gritar, pero una especie de corriente me azotó como un latigazo, se intensificó y ahora sí que no pude evitar gritar. Era algo insoportable.
Ithan ¿Qué ha pasado? – se acercaron varios pasos a él corriendo, oía varias voces, Jess, los chicos y otras dos.
Me dejó sobre el mármol de la cocina, estaba helado, no entendía nada, ¿qué me pasaba? Sólo sabía que no podía soportar más dolor, era como si me estuvieran arrancando la vida.
La han atacado – repitió - ¡¿Qué hacemos?!
Esta sangrando… - se apartó Bib
¿La han mordido?
No se…
Entonces… ¿no iban por nosotros?
Parece que no…
¿Quién es esta chica? – oí una voz de mujer.
Deprisa… si perdemos más tiempo ella…
Grité, me dolía, mi espalda se arqueó y apreté el puño, me crujió, apenas me llegaba aire, creía que tenía una costilla rota y si no podía dejar de moverme me perforaría el pulmón. Temblaba y ese fuego en mi interior. Una mano firme me presionó el estomago y deje de moverme luchando contra esa agonía.
Es muy fuerte…
Y muy bonita…
Sentí una presión en mi brazo, algo afilado se clavo en él, apreté los dientes. No sé qué paso luego pero cuando abrí los ojos no reconocí donde estaba.
¿Cómo estás? – me llegó la voz de Ithan.
Me senté con cuidado pues me rodaba la cabeza y lo miré.
¿Dónde estoy?
En mi casa…
El aliento me faltó, me quedé en shock… sus ojos parecían engullirme con avidez y yo navegaba a la deriva entre ellos, frágil, indefensa. Y además… esa sombra de incipiente barba de dos días le daba un aspecto tan deseable. Le daban algo más de dureza a sus rasgos perfectos y masculinos.
¿Y qué hago en tú casa? – pregunté con cierto miedo hasta que recordé… algo me había atacado, me miré la mano aún hinchada y le miré – Vaya… creo que debo darte las gracias otra vez – suspiré sintiendo que no me dolía tanto la espalda.
Parece que eres un imán para los problemas – sonrió.
¡Madre mía! Esa sonrisa me hacía temblar de arriba abajo. Tenía una forma muy particular de torcer los labios… picara, dulce y enigmática. Dios… y es que esa boca parecía prometer el paraíso o el más ardiente de los infiernos.
Sí… eso parece – carraspeé.
Eres una chica valiente, otra no hubiera reaccionado.
No sé si sirvió de mucho – medio sonreí mostrándole la mano a la vez que me abrazaba a Azureus que entró como una bala – Gracias por traerlo.
El sonrió.
Deja de darme las gracias. No he hecho nada – se encogió de hombros.
Eh ¿Cómo estás? – entraron Jess y Adam
Vaya… bien – sonreí levantándome.
Menudo susto – me apartó el pelo mirando discretamente mi cuello, creo que hasta me olió.
Será mejor que te lleve a casa.
Si…
¿Ya te has despertado? – Entró en la habitación una hermosa mujer de pelo rojizo – Déjame ver esa mano – sonrió cogiéndomela y mirándola – No hay nada roto por suerte, un par de días con hielo y como nueva. Dijo poniéndome una venda helada - La espalda te molestará unos días pero estas perfecta.
Ah esto, gracias – le sonreí educadamente, casi con dulzura, era tan agradable…
Alú, ella es mi madre, Mía.
Es un placer conocerte. Eres muy guapa – me acarició la mejilla.
Me ruboricé y le sonreí.
La llevaré a casa.
Ithan me cogió con suavidad del brazo con esa piel fría y dura y yo baje con él tras despedirme de todos, subí a su cochazo al igual que lo hiciera Azureus y me llevo a casa.
Subió y tras echar un vistazo al piso se fue hacia la puerta.
Procura descansar un poco.
Claro… - sonreí aún con el corazón desbocado y me fui a la ducha. Lo necesitaba.
Ω

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Golpes del Destino
ParanormalAlú tenía una vida normal y corriente, hasta que un día en el bosque, siente una presencia que la observa y la acecha. Un nuevo grupo que hace estremecer al resto de sus compañeros, regresa a Granollers y ella se ve irremediablemente atraída por uno...