-¡Suéltala!
Era Ithan, aproveché para golpearle con la pierna que había conseguido liberar en mi desigual batalla pero volvió a cerrar su mano en mi cuello. Ithan saltó sobre él y fue como el entrechocar de dos camiones, el resto aparecieron allí, los vi aparecer de la nada alrededor de nosotros.
-¡Jess, Bib llevaos a las chicas de aquí!
Ellas asintieron y con una rapidez increíble se llevaron a las chicas, Noe sollozaba, Beli y Lúa estaba inconscientes, heridas.
Ithan salió despedido de un puñetazo, el tipo intentó llegar hasta mí pero los hermanos de Ithan me aparecieron delante, creí oírlos ¿gruñir? Era tan surrealista, Ithan volvió a lanzarse sobre él, le golpeó y salió despedido contra un árbol que se partió, creía que soñaba, todos lo rodearon pero en un santiamén el chico había desaparecido tal cual lo digo, se esfumó. ¡Puff!
Yo estaba que no sabía que pensar, si hubiera sido un dibujo la boca me llegaría al suelo.
-¡Pero estás loca! ¡¿Cómo se te ocurrió venir aquí así?! ¡Podría haberte hecho daño! ¡¿Cómo lo supiste?! – se acercó mi tío.
-¡Loca! ¡¿Loca yo?! ¡¿Cómo puedes decir eso?! Acabáis de… ¡Oh Dios! – miré sus ojos, brillaban con un tono imposible, sus reacciones, sus poses, los labios rojos, el filo de unos colmillos, me aparté - ¿Dónde están, dónde las dejasteis? – miré a Jess.
-En el hospital, con sus padres, están bien. Solo unos moratones y un hombro dislocado por suerte. -Genial… - me dirigí hacia el coche desquiciada.
-Yo de ti no iría ahora. No parecen recordar nada, pero a los padres no creo que les haga gracia, ya saben que hay un loco suelto que va tras de ti – me detuvo Bib poniéndome una mano en el brazo. -¡Joder! – me solté y pateé una piedra. Me llevé una mano a la cabeza apartándome el pelo nerviosa – Esto no puede ser real, ¡no puede estar pasando! ¿Pero qué demonios hacían aquí? ¡¿Por qué?!
-Creían que tú las habías llamado…
Miré a Ithan, aún parecía respirar de modo agitado.
-¿Estás bien? – no tenía ningún rasguño…
Asintió pero se apartó aún más de mí mirando la sangre de mi corte, su nariz aleteó, sus labios se entreabrieron…
No era el único que se alejaba, parecían nerviosos, ansiosos.
Era difícil de explicar, pero me asuste, imaginaos a nueve personas pálidas al extremo, bajo una luz anaranjada, de noche, en una especie de descampado, de ojos brillantes, labios rojos, dientes afilados, rodeándote y mirándote con hambre. Me senté en el coche apretándome el corte, dolía, empezaba a dejar de sangrar pero aún había sangre.
-¿Qué piensas Alú? – me miró aún desde la lejanía Ithan, estaba de lado. Intentando concentrar su mirada en algo distinto que no fuese mi sangre.
-No- negué con la cabeza. No iban a tomarme por loca.
-Di, mírame y dilo – Ithan estaba ahora junto a la puerta de mí coche.
Instantes antes estaba a varios metros de distancia. Tenía que despertarme, debía ser una pesadilla.
-Eso me suena, también vi la película – empecé a medio reír divertida para romper la tensión.
No podía con aquello…
Él me cogió la mano con la que presionaba la herida, parecía hacer un esfuerzo tremendo por controlarse y se agachó para quedar a la altura de mi cara, no tenía miedo, pero aquello no podía ser, era una broma de mi mente, seguro…

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Golpes del Destino
ParanormalAlú tenía una vida normal y corriente, hasta que un día en el bosque, siente una presencia que la observa y la acecha. Un nuevo grupo que hace estremecer al resto de sus compañeros, regresa a Granollers y ella se ve irremediablemente atraída por uno...