Grité fuera de mí y volví a atacarle una y otra vez, enloquecida, ira ciega. No importaba lo que me pasará, sólo temía por ellos ¡Estúpida de mí! Ellos intentaban romper aquel extraño encantamiento, conseguí salir de debajo de su cuerpo y lo golpeaba sin tregua pero me agarró la muñeca y con una velocidad de vértigo me hizo un corte y empezó a beber, jadeé intentando soltarme, la cabeza me rodó y más cuando me abrió de nuevo el corte del vientre. Ithan salió disparado contra él, Jess me apartó, otro voló sobre nuestra cabeza, acabé contra la pared, me crujió la espalda, yo no podía hacer nada ahí, el tipo de ojos negros regresaba furioso. Azureus se puso frente a mí. Grité y lo aparté pero me cogió por el cuello dejándome de espaldas a él. Conseguí tirarlo contra la mesita de cristal, esta se rompió y un enorme trozo le sobresalió cerca del corazón. Me tiró y del impacto varios restos me laceraron la piel. El resto consiguió deshacerse de varios de ellos y se lanzaron a por él. Ithan lo tenía agarrado por detrás. No me preguntéis que paso pero vi a Ithan en serios apuros, agarré en un revuelo un cuchillo de la cocina y por la espalda del tipo se lo clave en el corazón, hasta el fondo. Él se convulsionó pero se giró y salí disparada.
Me golpeé la cabeza, todo se estaba volviendo oscuro, sentía el sabor de mi propia sangre, hacía frío. Trate de enfocar, les vi acabar de separarle la cabeza y arrojarlo al fuego, la chimenea ya estaba ardiendo a esa hora. Me hubiera gustado poder explicar aquella verdadera, titánica y aterradora batalla, pero todo era demasiado irreal y rápido para mí una simple mortal, sólo sé que apenas podía sentir mi propio cuerpo. Ithan con cautela se acercó y me cogió con cuidado sujetándome la cabeza, sintió la sangre que manaba del golpe…
-Lo siento… - murmuré
-No, no hables. Ha sido culpa mía.
-No – negué con la vehemencia que fui capaz, los párpados me pesaban, me estrecho contra él.
No había nada más que él que se desvanecía lentamente, el dolor agónico que me recorría minutos antes ya apenas era un mero recuerdo. ¡No quería morir, no ahora! Aterrada intenté aferrarme a aquella débil luz, apenás se escuchaba un leve latido y se apagaba.
Pum
Pum
Pum
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Mis ojos se abrieron lentamente, parpadeé, la luz me molestaba, cuando conseguí abrirlos volví a cerrarlos, las imágenes me taladraban el cerebro de un modo extraño, todo brillaba de forma irreal, los colores eran intensos, todo parecía distinto, vivo. Los más insignificantes ruidos me molestaban. Sentí un aliento frío en el hombro, estaba aún entre los brazos de Ithan que...¿lloraba?.
Ya no había dolor, me sentía increíblemente fuerte, invulnerable ¿Lo había hecho? ¿Había Ithan…? Por primera vez sentí su dolor, una angustia acuciante mezclado con miedo, se sentía culpable. Me habían matado, no me había protegido, había fallado y había vuelto a perder la razón de seguir.
-Ithan… - apenas fue un susurro en su oído, sentí como me aferraba más fuerte, apretaba los ojos, los puños y no se atrevía a levantar la cara – Mírame… - Negó con la cabeza.
Nunca imaginé que iba a morir el día de Navidad, a escasos días de mi vente cumpleaños, pero fue así. Mi corazón seguía latiendo aunque parezca imposible, yo era distinta, más humana, más peligrosa. Una suave calidez nos envolvió, como una corriente. Los ojos de Ithan se alzaron y me miraron, él me había dado una nueva vida, pude entender lo duro que fue para él, pero no me dejo marchar, no me dejo sola.
Sostuvo mi mano y me trajo de vuelta.
Egoísta o no, era lo que debía suceder.
Me terminó de convertir, era suya, suya para siempre..
Le sonreí tímidamente, me observó unos minutos más y tras cerciorarse de que no le recriminaba nada, me besó.
Me besó con una intensidad imposible, se lo devolví colgada de su cuello.
-No quería perderte…
-Tampoco tuviste que hacer mucho, tu otra naturaleza era muy fuerte, estaba saliendo y sólo tuvo que darle el empujón… - se agachó Jess apartándome el pelo con cariño - ¿Cómo te sientes?
-Rara… - confesé.
-¿Tienes hambre?
-No.
-Al final nos salvo a todos quién era más frágil – suspiró Jack
Ithan me sonrió con esa espléndida sonrisa suya y me ayudó a levantarme aún algo aturdida. Miré a mí tío que avanzó y me abrazó con fuerza como a una niña pequeña, no podía hablar, tenía un nudo en la garganta.
Fue todo tan extraño…
Era incapaz de poder explicarlo.
Todo era irreal.
Beli sospechó que algo me había ocurrido, sabía que había algo, que era distinta, mi tacto era algo más frío de lo normal y me mantenía distante, no quedaba tanto con ellas, apenas comía, pero lo aceptó, lo asumía en silencio y no le importó por que era feliz y todos estábamos a salvo.
Ithan y yo ocupamos mi piso y bueno, llevamos una vida más o menos normal. Y él ya estaba mejor, lo hablamos y comprendió. Sólo sentía que con el tiempo tendríamos que abandonar ese lugar.
Por lo demás yo aún tenía que aprender mucho…
Ω
El agua seguía golpeando las hojas de los arboles en una intensa cortina. Sacudí la cabeza aturdida y miré detrás, los chicos seguían ahí, Laura me sonrió. Lo vi todo como a cámara lenta, todo aquello se desveló ante mis ojos y era cierto: Sucedería de una u otra manera.
Era un aviso.
Aparte la mano de la roca y las ráfagas de imágenes fueron desvaneciéndose. Entonces, supe lo que tenía que hacer; estaba todo claro por fin.
Mi sangre me llamaba, era hora de despertar, había llegado la hora de la nueva vampiresa.
Sí quería evitar aquello sólo había un modo.
Y sólo había una cosa que deseaba seguro; Ithan.
Quería sentir sus brazos rodeándome, sus labios…
Beli me miró de un modo extraño pero salí corriendo bajo la lluvia, no me costó encontrarlos, allí estaban los seis, bellos, fuertes como los vi y frente a ellos en unas rocas quién iba a ejecutarme, su sonrisa se torció.
-Ah no, esta vez no.
-Hola Alú. He venido a por ti – sonrió malicioso, torciendo la cabeza.
Oí los bufidos detrás de mí, giré levemente la cara y le guiñé el ojo a mi guapo vampiro que frunció el ceño, se había quedado como petrificado, era como si me reconociera.
Algo en ellos cambio, un brillo de comprensión, como si también hubieran visto el futuro, como si hubiesen reconocido mi sangre, la llamada de esta, lo exquisito de haberla compartido, de ser: Familia.
Yo le pertenecía y él a mí, éramos uno.
Me lancé contra el otro que pillado por sorpresa perdió un tiempo precioso para él.
-Tengo un regalo para ti – murmuré en su oído y sonreí seductora viendo su expresión incrédula.
Sangraba por la comisura de los labios, y una buena rama afilado sobresalía por su espalda.
-No. No puede ser… ¿Cómo? No lo entiendo, eres humana…
-¿Estás seguro? Te olí nada más llegar.
Recuerdos…
Recuerdos del principio de una muerte, que curioso… yo que desaparecí en la luz un día de Navidad por amor.
FIN
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Golpes del Destino
ParanormalAlú tenía una vida normal y corriente, hasta que un día en el bosque, siente una presencia que la observa y la acecha. Un nuevo grupo que hace estremecer al resto de sus compañeros, regresa a Granollers y ella se ve irremediablemente atraída por uno...