•|together - juliantina|•

Capítulo 18

•|Juliana|•

Había ido hacia la central de el hospital, dónde estaba la secretaria, mi sorpresa fue mayor al enterarme que ya habían pagado absolutamente toda la cuota de mi mamá.

—Como es eso posible si yo no cancelé nada.- comenzé a molestarme, acaso había sido Valentina?

—No ponga esa cara... Alguien pago por usted, siéntase feliz.

—Si... Gracias.

—Que le vaya bien!- se despidió con una amable sonrisa.

Salí de ahí lo más rápido posible, seguía pensado en que Val, había pagado eso, pero luego me iba a escuchar. Caminé hacia la cafetería en busca de alguna bebida para calmar mi hambre, ya que no había comido en todo el día. Vi a un hombre muy familiar... Acaso era?..

—Chino!- grité su nombre, la maldita sabandija comenzó a correr. Lo perseguía mientras gritaba su nombre, pero el fue más rápido y se largó del lugar. Me regañé internamente, y di media vuelta con dirección hacía el cuarto donde se encontraba mi madre.

Una vez allí, la ví con Panchito. No sabía si era bueno contarle, pero no había otra opción.

—Mamá, a que no sabes...

—Mhhhm, que?

—Acabo de ver al chino.- su cara fue de horror puro, tal vez fue una mala idea.

—Al chino?- Panchito metió su cuchara.

Comenzé a explicar detalladamente todo lo que había visto, pero mi madre más terca no podía ser. Comenzó a decir un millón de cosas para negar lo que yo misma había visto con mis ojos. Valentina llegó en ese instante, estaba molesta con ella? Claramente lo estaba, ella no debió pagar nada.

—Val... Podemos hablar?

—Si...- su carita bella estaba asustada, en cambio la mía estaba completamente amarga.

—Val porque pagaste la cuenta del hospital?- ignoré todo lo que había dicho antes, creo que estaba hablando de unos chocolates, pero eso no importa ahora.

—Yo?- se sorprendió.

—Val, no te hagas.- comenzaba a enfadarme más de lo debido.—Te conozco seguro lo hiciste en buena intención pero no Val!

—Juliana... Yo no pagué la cuenta del hospital okey? Feliz lo hubiera hecho pero antes te hubiera preguntado.- ahora yo era la sorprendida.—Es enserio Juls, neta.

—Neta?

Ella solo asintió, me sentía ridícula por armarle tremendo papelón, pero mi pregunta ahora es... ¿Quién diablos pago la maldita cuenta?