Dos días después, recibió una llamada de Doyle donde le decía que ya tenía al comprador. Debía ir al local del otro día, con las armas , pedir una copa y esperar, y así lo hizo.
Estando sentada bebiéndose la copa, en el momento en que entra Doyle, con otro hombre. Estos últimos se piden una copa y se sienta enfrente de ella.
Lauren: hola
Doyle: hola, el es Sean, es el comprador del que te hablaba
Sean: hola, me han dicho que querías vender unas armas y yo estoy dispuesto a comprarlas
Lauren: si son 1 millón de armas
Sean: ¿por cuánto las vendes?
Lauren: por 3 millones de euros, te interesa.
Sean: uf son un poco caras
Lauren: bueno si no las quieres, me voy y busco a otro (hace el amago de levantarse)
Sean: no, pero espera.
Lauren: decídete
Sean: está bien. ¿Como quieres los 3 millones de euros?
Lauren: en metálico.
Sean: perfecto, un segundo (se levantó, fue a fuera a hacer una llamada y al cabo de un tiempo apareció otro hombre con el dinero, de lo dio y esté se sentó otra vez con Lauren y Doyle). Aquí lo tienes
Lauren: perfecto (se levantó, fue al coche y volvió con las armas). Tome, aquí tiene
Sean: perfecto. Bueno ya nos veremos Doyle. Adiós Lauren.
Lauren: adiós
Doyle: ya nos veremos
El hombre se levantó y se fue, dejando solos a Doyle y a Lauren, los cuales se quedaron hablando mucho más rato y en un momento dado salió la siguiente conversación.
Doyle: te propongo una cosa.
Lauren: dime
Doyle: te propongo que trabajemos juntos
Lauren: mmm, nose la verdad
Doyle: venga, trabajaremos bien. Es un buen pacto.
Lauren: está bien trabajamos juntos.
Doyle: muy bien, mañana nos vemos en el centro de la ciudad, en el llamado parque ruso y ahí te diré cómo empezaremos a trabajar juntos. Te parece bien.
Lauren: perfecto, ahí nos vemos
Doyle: hasta luego
Lauren: hasta luego
Lauren se fue, llegó a casa y se acostó, a la espera de que llegase el día siguiente.
