Hidan y Kakuzu se dirigían a la aldea oculta entre las nubes. Zetsu les había dado información sobre una mujer que se sospechaba que era la jinchuriki de la bestia de dos colas.
Ambos ninjas caminaban en silencio, cada uno sumergido en sus propios pensamientos.
El religioso no podía sacarse de la cabeza a los artistas y por otro lado el moreno no dejaba de pensar en las palabras de Kisame.
"Nosotros podríamos ser los siguientes" pensó Kakuzu observando de reojo al religioso.
El mayor no podía aceptar esa clase de destino, imaginar a Hidan en manos del enemigo o llorandòle a su cadáver como Deidara lo hizo con Sasori, era demasiado para procesarlo.
Sin darse cuenta, esos ojos verdes que siempre se encontraban serenos, ahora reflejaban una gran inseguridad.
El chico de los rituales agito su cabeza en un intento por olvidar esas imágenes y dirigirle la palabra a su pareja.
-Anciano, ¿ya casi- ésa pregunta quedó a medias al notar aquella expresión.
Hidan apretó los labios para después tomar la mano del avaro.
-Kakuzu, escucha, nosotros estaremos bien, recuerda que somos inmortales- dijo el creyente dedicándole una gran sonrisa, en un intento por calmar a su compañero.
"Si que eres un idiota" pensó el moreno, regresandole el gesto, aveces envidiaba la confianza e inocencia del jashinista.
-Cierto, es imposible que logren asesinarnos- sentenció Kakuzu.
Hidan se rió un poco para regresar su vista al camino, eso sí, en ningún momento se soltó del mayor.
"Lo lamento Pain, pero no pienso perder a este chico" pensó Kakuzu tomando una desición.
Quedan 9 capítulos para el final
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Kakuhidan "la inmortalidad también es una maldición"
Fanfiction¿Acaso la inmortalidad ya no es suficiente?
