Kakuhidan "la inmortalidad también es una maldición"

Amistad

Kakuzu se puso en modo de ataque, dispuesto a pelear por su nueva vida junto a Hidan. 

Los brazos del moreno se pintaron de un oscuro indicando que ya estaba listo, pero Itachi ni siquiera cambió la expresión de su rostro. 

-Calmate kakuzu, si en verdad quisiera detenerlos, ya lo hubiera hecho- dijo el Uchiha desactivando su sharingan. 

El moreno al ver eso se relajo, al parecer Itachi no tenía la intención de enfrentarlo. 

-Entonces, ¿por qué estás aquí?- 

-Solo quería despedirme y también me aseguraba de que Zetsu no se diera cuenta de sus intenciones- explicó el Itachi. 

Kakuzu miraba al menor con desconfianza, no pensó que alguien como él los apoyaría en ese tipo de decisión, es decir, estaban traicionando a Akatsuki, ¿por qué los defendía?. 

-Hacen bien en irse- volvió a hablar el Uchiha. 

-¿Por qué lo dices?- 

-Akatsuki no es lo que parece, esconde muchos secretos y algunos son bastante desagradables- la voz del menor sonaba bastante molesta. 

Eso llamó la atención del castaño. 

-Si lo que dices es verdad, también deberías irte, Itachi- dijo Kakuzu sintiendo algo de pena por su compañero. 

El uchiha al escuchar eso sonrió un poco. 

-No puedo, ya es tarde para mí, pero me alegra que ustedes aún estén a tiempo- 

Kakuzu ya no sabia que decir, antes nunca tuvo la oportunidad de relacionarse con el poseedor del sharingan y ahora que lo hacían era la despedida. 

-Si llegas a cambiar de idea, buscanos, nosotros te apoyaremos- 

Itachi asintió ante esa oferta. 

-Alguien se acerca, será mejor que me marche, buena suerte Kakuzu- el menor se giró para desaparecer en la pesada oscuridad. 

"Siempre nos viste como tus camaradas ¿no?" pensó el castaño agradecido. 

-¡Anciano!-se escuchó una voz atras del moreno. 

Al voltear pudo ver a Hidan, que tampoco llevaba su capa, si no una chamarra negra, pantalones azules y unas sandalias que hacían juego. 

Esa imagen provocó nostalgia en el moreno, pues le recordaba a su primer encuentro con ese fanático religioso. 

-¡Lamento la tardanza, tuve problemas para escabullirme!- dijo el creyente recuperando un poco el aire. 

-Lo importante es que ya estás aquí- dijo Kakuzu con una enorme sonrisa. 

-¿Por qué te ves tan feliz?- preguntó Hidan acomodándose la ropa. 

-Digamos que tenemos buenos aliados- contestó el mayor, confundiendo a su pareja. 

-¿Qué?- 

-No importa, ¿nos vamos?- 

-¡Si!-  

Quedan 6 capítulos para el final
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