1. THE STORMLANDS

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Narrador: Alex
Estaba como un zombi mirando a la nada, alcancé a ver de reojo mi reloj, eran las 7:22 AM, primer día de escuela después de las vacaciones de invierno, estaba en tercero de prepa más precisamente. De pronto un grito conocido me hizo reaccionar de golpe.

—¡Alex, vas a llegar tarde a la escuela, baja ya, el desayuno está listo!

La voz conocida, en efecto era mi padre. Así que puse mis sandalias, me bañé, me puse lo primero que encontré, una camiseta con un patrón de círculos dentro de unos triángulos. Bajé las escaleras y mi padre me miraba molesto. Me senté en la mesa a comer, él de inmediato hizo lo mismo.

—Oye, hoy tendré la tarde libre ¿Qué dices si vamos a algún parque a divertirnos? —y me miró emocionado.

Si hubiera sido cualquier otro día, habría rechazado su oferta, pero hoy era perfecto, necesitaba decirle algo que me carcomía por dentro.

—Sí, eso sería genial —dije tratando de forzar una sonrisa.

Mi teléfono empezó a sonar, era la llamada que esperaba todos los días, mis mejores amigos. Sabrina y Thomas (ellos y mi padre son mi soporte). De inmediato atendí la vídeo llamada.

Holi, espero que estés listo para irnos, estamos a 6 casas de tu casa y tenemos cupcakes —dijo Sabrina para después mostrar ante la cámara una bolsa de papel color café.

Claro, ya estoy ter —de inmediato una voz me interrumpió, en efecto, era Thomas.

Olvidaste decirle que desde aquí podemos ver un camión de mudanzas —agregó con una cara de impresión.

Bueno, me apuro —comenté.

Por favor —contestó mi amiga.

Colgué y ellos estaban cerca así que como pude, acomode los huevos revueltos en una tortilla de modo que terminé el desayuno en 15 segundos. Me lave la boca lo mas rápido que pude y me despedí de mi papá.

—Adiós, te veo en la tarde, te quiero —dije mientras agitaba mi mano en el aire.

Él me respondió con el mismo gesto.

—¡Adiós hijo, suerte! —me gritó ya que yo estaba afuera a punto de cerrar la puerta.

Estaba caminando hacia la calle y vi llegar a mis amigos. Al mirar a la casa de al lado, en efecto, había una familia mudándose, lo más peculiar era un chico que parecía ser de mi edad, es decir, de 17 años, cabello color avellana, ojos del mismo color, atlético, un poco moreno. De inmediato caminé hacía mis amigos, ese chico empezaba a ponerme nervioso, así que empujé a Sabrina y a Thomas lo más que pude sin mirar atrás.

—Disculpa, nosotros podemos caminar por nuestra cuenta, gracias —se quejó la castaña con una cara de molestia.

—Sí, además, tú no eres el tipo de chico que está ansioso por el primer día de escuela —agregó mi amigo.

—Solo quiero que esto termine lo más rápido posible, ¿ok?

—Sí, eso suena exactamente a ti —contestó Sabrina y soltó una risa.

The Stormlands: Todo MejoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora