Movía su pie en círculos mientras sus dedos tamborileaban con nervios en la fría mesa metálica. Tenía la vista gacha evitando llorar, estaba aguantando las lagrimas desde ayer por la tarde. No le gustaba para nada que la vieran llorar, solo pocos habían tenido la oportunidad y por los acontecimientos anteriores no había estado sola en ningún momento, privándola así de su propio llanto.
Todo era silencio sepulcro hasta que se escuchó el rechinar de la puerta haciendo eco en la habitación. El hombre poco canoso y mirada cansada entró a la sala junto a Óscar Bowers; el padre de Henry.
El verlo a él solo aumentó los nervios de Mathilda, no quería ni a su propio hijo, siempre buscaba excusas para golpearlo. No quería imaginarse cómo trataba a los criminales si así trataba a su propia sangre.
Ambos hombres arrastraron las sillas y se sentaron frente a ella. Ya conocía este juego, el policía malo y el policía bueno, no había que ser un genio para saber quién era quien.
— Señorita Myers — sonrió amable el primer hombre.
— Comisario Rademacher... — dijo incómoda mientras se sentía las costras en su cuero cabelludo, causadas por lo mismo del asunto de los nervios. — Oficial Bowers — al segundo ni siquiera se atrevió a mirarlo.
— Tranquila Mathilda, solo te haremos unas preguntas.
Ella trago duro y carraspeo a la vez que se hacía para atrás en el respaldo de la silla.
— Creí que no se podía interrogar a menores — trataba de esquivar el asunto.
— Según testigos fuiste la última en ver a Betty Ripsom.
— Y según yo leí el espacio donde interroguen debe ser reconfortante para el menor... aquí me siento atacada, es muy agresivo el lugar — exclamó señalando el cuarto de interrogatorios.
Controlaba su voz y actitud. No se creía lista para hablar del tema ni tampoco quería exponer los hechos anteriores a eso.
— Según tenemos entendido, eran cercanas. — entrelazó sus manos sobre la mesa sin darle importancia a los comentarios sarcásticos de la que creía era una testigo — Te habría dicho su motivo desaparición, te exigimos que nos lo digas ¿se fugó con algún novio?
Se mordió el labio pensando en que más decir para evitar hablar sobre la desaparición de su mejor amiga hasta que al ver el gran espejo se forjó una idea en su mente.
— ¿Quién está del otro lado?
— ¿Disculpa? — preguntó el ex veterano, más conocido como "el padre abusivo de Henry".
— Si, allá —señaló el vidrio espía, donde los de otro lado podían verte pero tú a ellos no.
Ambos policías se miraron cansados, ya habían lidiado con ella antes, nunca en un asunto tan fuerte, lo normal era en peleas callejeras, pequeños robos o disturbios, pero ahora hablaban de desaparición y posible homicidio.
El oficial Bowers se relamió los labios dispuestos a sacar su mejor carta, su paciencia no era mucha y quería terminar con esa chiquilla lo antes posible; le estaba colmando los nervios.
— Y dime... ¿Cómo está Henry? —preguntó con maldad sabiendo perfectamente que ese era su punto débil, al igual que el de su tonto hijo.
Así fue como capturó enseguida su atención. Dejo de ver el vidrio para voltear abruptamente hacia el padre de su novio.
— ¿El qué tiene que ver en esto? Ni siquiera estaba cuando Betty desapareció — habló rápidamente hasta le sorprendería que le hubieran entendido.
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ℓღsєʀs ; it
Random𝙇𝙊𝙎𝙀𝙍𝙎 ; 𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙤𝙣𝙚. | En donde los perdedores tienen un fuerte crush con la novia de Henry Bowers. ❝- ¿Por qué "Club de los perdedores? ¿No puede ser algo así como "club de los ganadores"? -❞. ━━━━━━ E D...