El pequeño sentía como su alma dejaba su cuerpo. Sus ojos ya estaban blancos y el aire no entraba en sus pulmones, las pocas lágrimas que salían de sus ojos del miedo le quemaban los ojos. No quería dejar el mundo de esa forma.
Y como si sus plegarias fueran escuchadas de pronto siente como dejan de apretar su cuello y da una gran bocanada volviendo a apreciar la vida.
Henry se vio en las necesidad de soltar al niño de aproximadamente doce años por los golpes en su espalda proporcionados por Víctor, el cual sentía que solo por unos segundos más el niño no viviría para contar su horrible experiencia con el matón de Derry.
David al parecer había muerto y los perdedores eran los protegidos por Mathilda. Con alguien debía descargar su furia y el pobre de Toby Jenkless sufría una carga que no debía.
— Largo de mi vista. — habló secamente en dirección al más pequeño sin remordimiento alguno.
Toby sin pensarlo mucho corrió tropezándose en el camino por la falta de oxígeno en su cerebro, no tuvo ni un segundo para recuperarse.
Henry respiraba agitado molesto por la interrupción del rubio pero tenía razón, no podía cargar con un muerto.
En cambio Belch y Víctor temían de hacer cualquier comentario y preferían ni respirar mientras que Patrick miraba molesto y aburrido la situación, esperaba mas sangre. Víctor y Patrick eran como las conciencias de Henry, Víctor era como el ángel en su hombro que le decía cuando parar y evitar problemas mientras que Patrick era como el diablillo que lo incitaba a cometer abusos, cada uno peor que el anterior. Y lastimosamente para todos Patrick tenía mejor poder de convencimiento que Víctor.
Nadie dijo nada hasta que el rubio platinado tomó aire y valor para hablar.
— Henry... se que te enoja lo de Mathilda per-
— ¡Cállate Víctor! — se levantó furioso del suelo — ¡Solo cierra la puta boca un segundo!
Belch tomó del hombro a Víctor y lo hizo retroceder unos cuantos pasos al ver que este no reaccionaba, era mejor prevenir.
Henry con el enojo atorado en la garganta les dedicó una mirada llena de odio a los tres chicos para después marcharse a grandes zancadas del lugar.
Se encontraban en medio del bosque y estaba por anochecer.
Henry estaba lo que seguía de triste y enojado. Quería morirse.
Su asqueroso padre le llegó con una noticia después de su turno nocturno en la feria que le partiría el alma por completo.
Mathilda, su Mathilda lo había cambiado por otro chico. Ya no pensaba más en el, ya no lo quería y no podía con eso.
Con cada paso que daba más lágrimas salían de sus ojos inyectándolos en sangre. Lo que más de le daba coraje es que su padre no le quiso decir quién era el chico que vio con Mathilda y tampoco es como si pudiera exigirle el nombre. Su burló de el a sangre fría, le dijo lo peor, hubiera preferido que lo golpeara que escuchar todo eso, pues no solo le dijo que fue sustituido sino que también sacó el tema de abandono de su madre haciendo referencia a que Mathilda lo abandonó igual que ella, que estaba solo en el mundo, nadie lo quería ni lo necesitaba. El era el verdadero perdedor, no tenía nada ni a nadie para vivir.
Se detuvo cuando chocó con un árbol, pues las lágrimas en sus ojos le habían nublado la vista. Sin pensarlo dos veces comenzó a descargar su enojo ahí mismo golpeando el árbol lastimándose sus nudillos hasta que se cansó y se sentó sin recargarse por completo en el tronco pues aun le dolían los azotes de su padre y lloro con la cabeza escondida entre sus rodillas.
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ℓღsєʀs ; it
Random𝙇𝙊𝙎𝙀𝙍𝙎 ; 𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙤𝙣𝙚. | En donde los perdedores tienen un fuerte crush con la novia de Henry Bowers. ❝- ¿Por qué "Club de los perdedores? ¿No puede ser algo así como "club de los ganadores"? -❞. ━━━━━━ E D...