25 ┇No me detengas ahora

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—¿Por qué me dijiste esas cosas horribles aquel día? — preguntó con la voz rota.

Quería entenderlo y perdonarlo, pero a lo largo de los meses volvió a sentir cariño por si misma. Al fin se dio cuenta de toda la mierda en la que estaba metida.

Ella valía mucho, no por su físico o sus acciones, por el simple hecho de ser una persona merecía respeto y lo mejor. Por muchos años su familia se encargó de destruir su poca autoestima por lo que siempre estuvo buscando amor en otros lados y lo peor es que no lo recibía de forma correcta.

Henry... bueno, llego a quererlo mucho pero hasta que estuvo con Richie se dio cuenta que eso no era amor, se necesitaban como apoyo emocional pero eso poco a poco se convirtió en un ambiente tóxico donde ninguno se respetaba ni se quería genuinamente. No le echaba la culpa, ella también tuvo que ver en qué terminara de morir esa relación, ojalá y todo fuera como al principio donde todo eran lindos momentos, amor y sonrisas. Pero eso ya pasó y tenía que concentrarse en su presente y ver por su futuro, no llorarle al pasado.

Con Stan fue casi igual. Aunque le dolía admitirlo el nunca le hizo caso y se aguantó muchos de sus desprecios por un poco de atención, y no era cualquiera para rogarle toda la vida y el que quiera volver ahora demasiado tarde cuando ya tenía un noviazgo estable o al menos eso quería creer, ya tampoco sabía que estaba pasando con Richie.

— Era necesario, — exclamó con culpa — no quería causarte problemas, yo se que Henry no teme a lastimarte, — comenzó a hablar con enojo — el día del callejón tenias un moretón en el ojo y de solo recordarlo me preocupe más y-

— El golpe del ojo no me lo hizo Henry... — Lo interrumpió.

— ¿Espera que?

— Fue mi estupida hermana, — giro la cara rencorosa — discutimos por una tontería y en un forcejeo me golpeo...

— Lo lamento, creí que... — Volvió a interrumpir a Stan.

— El no me tocaría ni un pelo, lo se...

Se miraron entre ellos con intensidad. Stan estaba tan arrepentido, hubiera querido hablar antes con ella pero ahora era demasiado tarde, ahora ella estaba con su amigo Richie.

Aunque no por mucho, muy en el fondo de si el creía que ella seguía sintiendo algo por el y no se rendiría así como así.

Mathilda a este punto ya no estaba confundida. Sabía por fin lo que quería y lo que haría, ella lucharía por Richie.

— Es mejor que te vayas Stan... Si llega Richie y te ve aquí... — El chico no la dejo terminar ya que el soltó una risa seca ante su comentario.

— El no vendrá Mathilda.

— Basta rulos, mejor vete. — Habló con voz dura pero sin ser mala con el, lo llamo por su apodo, una señal de que no estaba enojada, aún. Todo era en son de paz.

— Henry nos dijo a todos que ya está contigo, debe estar molesto... — Fingió tristeza — Espero y se reconcilien.

Sin decir nada más el judío se dio la vuelta con una minúscula sonrisa asomándose por sus labios y dejando a Mathilda muy consternada.

Despertó.

Intento entre abrir los ojos pues aún estaba muy cansada por el medicamento que le administraron para el dolor. Hace unas horas su pie comenzó a hincharse y a dolerse demasiado por lo que además de calmarle el dolor también la durmieron un rato.

— Despertaste — se levantó de la silla frente de la cama y se acercó a la chica.

— No Einstein, soy sonámbula. — Respondió con voz ronca mientras se sentaba con dificultad y aún algo de sueño en la camilla.

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