Día 10

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-Narración: Mikaela-

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Ya eran cerca de las 10 a.m y estaba ayudando a Yuu a empacar. Ya era hora de regresar a casa, mi madre y Shinya hablaban tranquilos por teléfono mientras Guren cargaba todo el equipaje de Shinya.

Desde la habitación de Yuu escuchaba como Guren gritaba por lo mucho que le pesaban las maletas, por su parte Shinya evitaba acer contacto con él, siguendo con su llamada.

-- ¿Algún día me maltratarás así? --pregunto en burla viendo a los padres de Yuu-chan por la ventana. Él se para a mi costado y se detiene a ver a sus padres, riendo un poco--.

-- Depende... ¿Qué tan fuerte es mi caballero? --Bromea y aprieta un poco mi brazo, cabe destacar que yo no soy tan atletico como Yuu... mi brazo hasta era más delgado y suave que el suyo. Para comprobar dudas imité su acción y apreté su brazo igualmente--.

-- Woaah~ está duro Yuu-chan.

-- Nee, no toques tan de repente, se siente extraño.

-- Ah, pero tú sí puedes tocarme a mí --le reclamo cruzandome de brazos--.

-- Por su puesto. Yo mando --Sonrió y se cruzó de brazos también--.

-- Te enseñaré quién manda --amenacé y me tiré encima suyo para hacerle cosquillas, él intentaba alejarme y obviamente contenía sus carcajadas para no hacerme notar que gané--.

-- ¡ALEJA TUS GARRAS DE MI HIJO! --Un estruendo se escuchó y de pronto la puerta estaba en el suelo y Guren estaba en el marco. Con una cara enfurecida--.

Mierda...

-- Dejanos en paz Guren

Yuu bufó y abrazó mi torso haciéndome sonrojar levemente. ¡OBVIAMENTE SOY EL DOMINANTE PERO ESO NO INFLUYE CUANDO YUU-CHAN ME ABRAZA!

Me perdí en mis pensamientos y cuando regresé Shinya se estaba llevando a Guren de la oreja y mi pequeño amado tenía un tremendo golpe en la cabeza. Su tonto padre lo golpeó. Besé su frente y tomé sus maletas para bajarlas de las escaleras y que las lleven al auto, Yuu-chan me ayudaría a guardar mi ropa.

— Ya es tarde como para querer evitarlo Guren, Yuu ya está grande y sabe lo que hace.

— No me gusta ese Chico Shinya. Siempre con su sonrisita estúpida y su insoportable "Yuu-chan" —dijo eso último con una voz muy femenina, que me hizo fruncir un poco el ceño. Yo no sonaba así ¿Verdad?— y aún más con esa estúpida motivación de enamorar a Yuu. Solamente se va a aprovechar de él. Lo sé.

— Mikaela-kun le hace muy bien a Yuu, además dices que son amigos de por vida y que Yuu es su único amigo. Y si a él le llueven los pretendientes ¿Por qué elegiría llevarse "la joyita" de Yuu? Hablas estupideces Guren. Solo lleva estas maletas y enciende el estúpido auto.

¿Qué mierda acabo de oír?

Caminé intentando olvidar lo que dijeron los padres de Yuu. Subí las escaleras y lo encontré de paso, sonriente con mis maletas. Bajamos y subimos al auto, Guren y Shinya se encargarían de cerrar las puertas.

— ¿Sigues teniendo esas tontas flores? —Yuu cuestiona sonrojado levemente. Entre mis piernas tenía ese ramo de rosas que me regaló—.

— Las llevaré a casa con mamá.

Realmente era un detalle muy tierno, se vería muy bonito en la mesa del comedor. Yuu era lo mejor que me había pasado, tan dedicado y tierno. Miré a mis costados si Guren venía y besé con suavidad su mejilla.

— Gracias Yuu-chan

Sonreí y acurruque mi cabeza en su hombro cerrando los ojos y sin notarlo caí en sueños. Al despertar aún era de noche y Shinya conducía mientras Guren dormía, habían cambiado turnos al parecer.

Miré a Yuu dormir y acaricie su mejilla, su belleza salía a la luz en una expresión tan pacífica.

Me gustaría verlo al despertar todos los días, que me abrace y diga algo dulce, tener sus ojitos viéndome sólo a mí.

100 días para enamorarte [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora