Narra ____________ :
Dejo de pasar mi dedo por el cristal de mi ventana, y miro fijamente un auto partir de la casa vecina. No distingo bien quién ha estado ahí, porque el árbol tapa mi vista de su jardín delantero.
Pero estoy segura de que se trata de los nuevos vecinos.
Lo sé porque habían puesto nuevamente en renta la casa vecina, por un problema, el cuál ya no recuerdo, y si lo intento, es inútil porque mi mente se sigue manteniendo en blanco.
Al igual que un lienzo.
Frunzo mi ceño cuando observo a mi madre salir y empezar a charlar con una señora, quién obviamente, debe ser la nueva vecina. Se ve una persona agradable, asi que dudo que vaya a poner música para toda una cuadra.
Hubo un tiempo en el que ponían música demasiado alta.
Sonrío cuando mi madre me señala, y muevo mi mano saludando a la señora quién me mira alegremente. Ellas siguen hablando, asi que me alejo de la ventana para observar mi habitación.
No sé que hacer.
Salgo de la habitación para bajar las escaleras hasta la cocina, porque tengo hambre, no he comido nada desde que almorze, asi que tengo derecho aunque sea de comerme una fruta.
Aunque eso es lo único que puedo comer, aparte de pollo y pescado.
No como hierro, porque extrañamente, me afecta en vez de ayudarme.
El doctor dijo que tengo mucho hierro en mi sangre, y eso obviamente no es normal.
Nada en mi es normal, últimamente.
-Tesoro, ¿qué haces aquí? -pregunta mi madre cuando ha entrado y yo sonrió enseñándole mi pera.-Espero que no sean las del postre.
Algo más que no recuerdo.
-Perdón, lo he olvidado.
-No importa, la lavare por ti -me quita la fruta -Tú siéntate, es hora de tu otra vacuna.
Obedezco sentándome en una de las sillas de la barra de la cocina, y observo como mi madre lava mi fruta. Mis padres trabajan, pero ambos tienen que turnarse para cuidar de mí.
Un día lo hace mi papá, y el otro mi mamá, asi ha sido siempre. Ya que debido a mi perdida de memoria cada vez más frecuente, me resultaría imposible recordar las cosas buenas y malas para mi.
Terminaría peor de lo que estoy.
-Listo -tomo la fruta y ella regresa hasta el refrigerador -Me gustan tus pendientes.
-Los encontré en un cajón.
-Te los compré yo en tu cumpleaños, fueron los que viste en aquella revista -se acerca a mí con la jeringa en su mano -Tu brazo.
-¿Esto tiene algún propósito? -pregunto.
-Si, ayudan a fortalecer las pocas defensas que tienes.
-Pero al fortalecerlas, ¿habrá algún cambio? -vuelvo a cuestionar masticando un pedazo de fruta, y mi madre coloca algodón en el lugar que me ha inyectado.
-¿Te has sentido mal estos días, _________? -niego con mi cabeza -¿Entonces porqué lo preguntas?.
-Sólo quería saber, no es nada. ¿Terminaste?.
Quito el algodón de mi brazo y me acomodo nuevamente en la silla para seguir comiendo. No voy a decir nada cruel, porque mi padre dijo que mi madre se sentía mal por eso.
Ya ha llorado mucho por mi culpa, asi que esta, podría ser la excepción.
-La señora con la que estabas hablando, ¿es la nueva vecina? -pregunto y ella asiente lavando los trastes.
-Su esposo, sus hijos y ella acabaron de llegar ayer. Vienen de Boston, asi que les di la bienvenida al vecindario.
-Si, me di cuenta.
-Dijo que el camión de mudanza había perdido la ruta, asi que no tuvieron una buena noche.
-Lastima. El piso de estas casas no es muy cómodo que digamos.
-Ningún piso es cómodo __________. Ahora ve a tu habitación, que voy a limpiar aquí y sabes que el polvo es malo para ti.
-Está bien.
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|| Tan Cerca Y Tan Lejos || Christopher y Tú || Terminada ||
FanfictionSu vida, se basa a través del cristal transparente de su ventana. Iniciada: 23/03/19. Finalizada: 16/06/19.