Possessive Bully |H.S.| Book 1

XIX

Missie's Pov

Odio. Eso es lo que siempre le he tenido, odio. Mamá siempre me ha contado sobre ella, que ella arruinó nuestra familia y que su madre fue solo una puta. Jamás he entendido porque mierda esa bastarda está aquí. Me ha arruinado la vida desde siempre.

Siempre con perfectas calificaciones, siempre consigue la atención de los chicos. De él. De Harry y eso jamás podría perdonarle, siempre se hace la enferma o se causa daño para llamar la atención como si todo girará alrededor de ella. La odio.

Siempre pone su puta cara de cachorro abandonado y todos le creen. A veces tengo ganas de matarla, pero tengo un poco de cordura. La inteligencia jamás ha sido mi fuente, desde la primaria que no saco buenas notas. Me he dejado llevar por el hermoso sexo masculino, perdiendome lentamente y sin importarme las notas. 

Me levanto de al lado del chico moreno y bufo. Agarro mi sosten y camino hacía el espejo, siento sus ojos sobre mí recorriendome. Agarro mis bragas y me las pongo, me volteo y lo veo. Me sonríe, genial no recuerdo ni su nombre. Agarro mi pantalon y me lo pongo, luego me pongo mi remera y por último los tacones. Beso sus labios y salgo del lugar. Busco mi celular y veo la hora. Será mejor que llegue temprano a casa.

Salgo del edificio para ver a mi chofer que me mira apurado. Entro al coche y le doy una orden directa, no puedo creer que crean que vengo a hacer tarea con una compañera. Mi madre es una ilusa. Cuando llego a casa puedo ver a mi padre caminar de un lado a otro y a Maxxie marcando su celular.

-¿Qué pasó?- Pregunto a Amelia, ella me mira y se tapa la nariz.

-Hueles feo.- Bufo y salgo de su lado. Voy a mi cuarto y tiro al cisto de basura la ropa, me ducho y quito el maquillaje de mi caras. Granos. En mi frente, maldita vida. Seco mi pelo con las toallas y me visto. Me siento frente a mi ventana con mi celular revisando los mensajes. Harry 0 mensajes. 

¿Algún día me hará caso? ¿Algún día sentirá todo el amor que siento por él? Victoria no lo quiere, ella es una perra. Una perra que merece la muerte. Tiene el don de arruinarlo todo, tiene el don de volverme loca. La odio tanto que siento que algo en mi se pudré de solo pensar en ella. Es como si mi corazón no pudiese resistirla, todo de ella es jodidamente irritante. 

Odio enfermizo. Odio, odio y más odio. No puedo sentir nada más, ni una pizca de cariño ni nada. Creo que si muere me daría lo mismo, me alegraría y los festejaría. Porque ella no merece nada mío, gracias a ella papá nunca me hace caso. Gracias a ella, Maxxie parece que ya no me quería, Amelia casi nunca me habla. Gracias a ella, mi vida es mierda.

Apuesto que ni siquiera se compara conmigo, su busto es más pequeño que el mío. Mi cadera es mejor que la de ella, y juro que puede que este jodidamente estrecha lo que yo ya perdí hace un tiempo. Ella no es mejor que yo.

Me acuesto a dormir y respiro con fuerza. Miro el techo y cuento, pero no puedo. Abro mi cajón, saco pastillas y me las tomo sin agua. Me acuesto en la cama y no tardo en dormir. No tengo sueños, no tengo pesadillas. 

Mi alarma suena y me levanto rapidamente. Me baño y visto, voy a desayunar y para mi desgracia ahí está ella. Sentada con cara de perro mojado. Puta. Me siento sin verla y espero mi desayunando. Su pelo está en una trenza y está entretenida pensando. 

Luego del desayuno nos vamos a la escuela. Odio la escuela.  Solo es un lugar lleno de mierda, compañeros mierda, profesores de mierda y más mierda. La vida es mierda. Llego a la escuela y  lo primero que hago es mirar a mis amigas. No han venido. Bufo y camino hacía el casillero de Matthew. 

-¿Hiciste mi tarea?- Pregunto cerrando su casillero, sus ojos van hacía mí. Morde su labio, no me parece muy sexy pero quiero sacar de este puto lugar. Ósea que está es la solución.