Me miro frente al espejo, giro y me mareo. ¿Estoy bien? Sí, no. Entra a mi cuarto cada noche y empieza, lo primero fue un beso, luego un chupón; luego bajo mis bragas; luego chupó mis pechos. Luego entendí que ya no podía pararlo, luego entendí que era un demonio.
-Te vez jodidamente bien.- Empieza a besar mi cuello, dejando marcas en él. -Ya no estas castiga, Victoria. Pero la.próxima, te penetraré.- Sale de mi cuarto y yo empiezo a llorar, fue una tortura. Me dejo virgen pero me siento sucia. Me dejo mi himén pero me hizo tragar su semén. Me hizo sufrir.
Las lágrimas caen y me siento peor, entro al baño y lloro en él. No quiero otro castigo así, no lo quiero. Lloro con fuerza mientras me lavo el cuerpo. Me mojo entera y me pongo todo lo que encuentro para quitarme su olor, me cepillo los dientes y la lengua un billón de veces y lloro un poco más.
Me cambio; uno shorts negros, medias azules oscuras y una sudadera grande gris. Salgo del baño y me siento en la cama, me quedo mirando un punto fijo.
Cierro los ojos y los abro, una voz me dice que lo olvide, que olvide el dolor y eso hago. Me acuesto en la cama y cierro los ojos.
Quiero otro sueño bonito, dormir es bonito. Es hermoso. Por horas puedes cerrar tus ojos y descansar del mundo.
La chica de pelo azul teñido, los sueños que he tenido siempre. No puedo ver su cara pero sé que es hermosa. Lo siento en mi pecho. Y sólo puedo ver su cara en mis sueños, y no es una buena imagén. Pero, la chica del pelo teñido de azul siempre aparece en mis sueños y pesadillas. Una de ellas soy yo, en un pasillo negro y al final una luz. Grito a la chica que vuelva, que no me deje y que la amo, pero se va y yo termino llorando. Y despierto. Siempre que despierto, estoy llorando y pidiendo que vuelva. Pero nunca lo hace.
-¿Estoy loca?- Pregunto cuidadosamente a mi confidente y psicóloga, pero no crean que es Audrey. Buff. Eso no es verdad.
-No, creo.- Dice mientras come galletitas. -Pero, deberías ir comprando un amuleto nátivo, tus sueños no son nórmales.- Agrega.
-Está bien, gracias Audrey.- Digo, me levanto de su cama y la dejo a ella subir en su cama. Me pongo los lente sin cristal y la bata. -Dime, ¿qué te pasa?- Tomo la libreta y veo lo que ella escribió, una tortuga ninja comiendo ¿Galletitas?
-Creo que estoy embarazada.- Dice lentamente.
-Ah, ¿embarazada?- grito, mis ojos se abren. Ella suspira. -¿Qué te hace pensar?- pregunto.
-He tenido vómitos, mareos, antojos, nervios y tengo 19 días de retraso.- dice.
-¿Y de quién es hijo?- pregunto.
-Pues del Espíritus Santo, no.- Dice obvia.
-Espera, ¿Trevor?- Ella hace un pequeño ruidito. -¿Trevor? ¿Cuándo?- pregunto.
-Fue el día de la piscina, en el baño y luego en su casa y luego.... En la escuela.- dice.
-Perra, perra y perra. Necesitas un baño de agua bendita por el mismo Papa.- digo.
-¡No digas eso! Se supone que eres mi psicóloga, como tal debes hacer ruiditos y decir; "Ajam" cada vez que te digo algo.- dice.
-Lo siento.- digo. -¿Te hiciste la prueba?- Le pregunto.
-No, me da miedo el resultado.- dice lentamente. -¿Puedo confiar en ti?- dice.
-Sí, estamos juntas desde los 3 años y si tienes un bebé, será mi sobrino y le contaré cuando te vendí por entradas al concierto de Coldplay o cuando nos colamos al M&G de Ed Sheeran.- digo.
-Sí, aún recuerdo a Juan. Era un buen tipo.- dice Audrey nostálgica. -Fuimos muy buenos amigos por esa noche, jugamos Monopolio; Crucigrama y el Ahorcado. Sip.- dice. Suspira. -Es una lástima que la inmigración lo allá mandado de vuelta a México, pero ahora que lo recuerdo no era México creo que era Colombia o... ¿Uruguay? Bueno todo es una Ámerica, ¿verdad?- dice.
-Se llamaba Drev y era de Irán.- digo.
-¡No! Tú vendiste a Kaya a Drev, yo fui con el Hispáno.- dice.
-Ah, claro, claro. Debo aprender a anotar que amigas vendo a que gente. -susurro, ella deja escapar una risita. -Vamos, debemos ir a la escuela.- agarramos nuestras bolsas y salimos, hoy está lloviendo y los autos están sucios. Yo tengo un paraguas de florecitas que me hace ver infantil.
-¿Te recuerdas cuando te vendí a los chinos?- pregunta, dejo escapar una risita.
-Me hicieron preparar té por 4 horas, me hablaron en chino y posiblemente críticaron mi té de menta.- digo, ella ríe.
Cuando llegamos ya es tarde y subimos corriendo, el profesor aún no entra por lo cuál nos salvamos. Nos sentamos, en grupo. Audrey me había dicho que ahora era así, en nuestro grupo está; Pandora (a la que tiernamente le decimos Panda), Carlisle (al que simplemente le decimos Carl), Trevor, Harry, Eli y obviamente Audrey yo. Cuando el profesor llega, está hecho un desastre. Y tiene ojeras.
-Chicos hoy es muy lunes, estoy muy cansado y tengo sueño. Les doy hora libre.- Nadie hace ni un ruidito, yo me acuesto. Oh, amo dormir. Lástima que eso no puede ser posible.
-Tengo hambre, siempre tengo hambre a está hora ¿alguien tiene comida?- todos miramos a Audrey quién nos mira atentos, con ganas de comer.
-Tengo galletitas- dice lentamente Panda, le da el paquete a Audrey y ella empieza a comer. Quedamos en silencio mientras la miramos comer las galletitas.
-¿Qué miran?- dice.
-Nada- decimos todos, acuesto mi cabeza en la mesa y miro hacía afuera. La libertad de no venir a la escuela, hermosa libertad. Bella libertad. Pero estoy en la escuela así que, sin libertad.
De un momento a otro estoy casi dormida, en aquel hermoso espacio en el que te sientes dormida pero puedes escuchar perfectamente. Y de pronto aparece hacía mí un chico de pelo teñido de naranja y gorro azul fumando algo raro. Me sonríe y me da su mano, la cuál acepto. No parece un sueño. Me sonríe, es lindo.
-¿Qué haces aquí, nena?- pregunta mirándome.
-No lo sé- digo, él toma mi mano y me lleva con él. Con cuidado y un poco de amor me carga cuando nota que estoy cansada.
-Cierra los ojos, bebé. Confía en mí, no soy como ellos, no te tocaré como lo hizo él.- Cierro mis ojos y me dejo caer en un espacio, negro. Y me quedo ahí un tiempo, hasta que abro los ojos y lo veo a él, está a mi lado. Abrazándome. Sus ojos están cerrados pero sé que no está dormido.
-¿Cómo te llamas?- Me riesgo a preguntar, sus labios forman una sonrisa pero no abre sus ojos.
-Bran- Confiesa, me gusta ese nombre. Bran. Es bonito.
-¿Quién eres?- Pregunto.
-Tu demonio personal, todos los días disponibles. - Río, y él igual.
-Me gustas, Bran.
-No te puedes enamorar, Victoria, no puedes.
-¿Por qué no?
-Porque ellos siempre terminarán haciéndote más daño y te romperán y yo aún no deseo eso. No quiero que sufras, ni por mí ni por nadie.
ESTÁS LEYENDO
Possessive Bully |H.S.| Book 1
Fiksi PenggemarNo importa cuanto ella quisiera ser libre de él, él siempre la tenía en vista. Sus ojos grises siempre eran acosados por los esmeralda de él. Sus labios rosados siempre eran besados por él. Su virginidad era de él, todo de ella era solamente de él y...