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Recuerdos de 3 meses antes de que Seth y Roman dejaran su ciudad natal

Roman y Seth estaban escondidos en el garaje de los padres del alfa. El tío de Seth no estaba en casa y Roman había convencido al omega de hablar en privado.

-Has estado evitándome... ¿Tienes que decirme que ocurre?- Roman tomó la mandíbula de Seth con suavidad obligándole a mantener la mirada.

Seth se retorció nervioso, estaban sentados muy juntos, iluminados por la luz de una lámpara.

-Tus padres hablaron con mis tíos... ellos les pidieron que me alejen de ti. Creen que yo no valgo nada.- Seth dijo con tristeza. -Y yo creo que ellos tienen razón. No vale la pena, no entiendo por qué insistes en esto.

Roman suspiró. Todo estaba en contra de ellos. -Creo que es bastante obvio el porqué. Yo te amo.

-Estás confundiendo lástima con amor. Además si tú realmente supieras como soy yo, me aborrecerías. Nadie nunca va a amarme.- La mirada de Seth se veía vacía, como si alguien hubiera robado su alma.

-¿Qué están haciendo contigo Seth?- Roman suplicó. -Tienes que decirme.

Seth empujó a Roman de forma violenta y se puso de pie, el omega temblaba nervioso y varias lágrimas salieron de sus ojos.

-¡No pasa nada!- Seth gritó. -¡Yo no soy nada y no valgo nada y no quiero tu pena!!

-¡Qué no es pena!- Roman también se puso de pie y agarró a Seth del brazo.

Fue entonces que vio marcas de aguja en los brazos del omega. Roman agarró de forma brusca a Seth e instintivamente jaló el cuello de su camiseta. Había unas manchas grises, casi negruzcas en la piel del omega.

-¿Qué es esto?- Roman soltó a Seth, el alfa estaba sorprendido, no entendía nada.

-¡No es nada!- Seth salió corriendo. -Olvídate de mí. Tus padres tienen razón.

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En la actualidad

Roman estaba secándose. Esa ducha se había sentido como el paraíso para su cuerpo cansado. Cada rincón de su ser le dolía por el trabajo duro y, sin embargo, lo que realmente le molestaba era lo que le había ocurrido a Dean al mediodía. Dios, casi había perdido su autocontrol, y la última vez que sucedió algo así fue esa fatídica noche en que Seth y él tuvieron que escapar de su ciudad natal.

Roman cerró los ojos. Habían pasado seis meses desde ese horrible momento y recordaba todo como si fuera ayer.

Nunca olvidaré lo que pasó. No tuve otra opción...

-Romie...- murmuró Seth. -¿Cómo te fue?

Roman salió del baño solo en sus boxers. Miró su omega acurrucado en las sábanas y su ropa, se veía hermoso como siempre y el embarazo solo lo había hecho lucir más adorable. El olor de Seth, sin embargo, mostraba preocupación. Roman necesitaba tranquilizarlo.

-No te mentiré,- Roman se sentó en la cama junto a su omega. -Es un trabajo muy duro, pero mañana será mejor. Con el dinero que recibí hoy compré algunos implementos que necesito para hacer mi trabajo más tolerable y también...

Roman sacó una pequeña caja de las bolsas que había traído. Seth miró el objeto con curiosidad.

-Pasé por la feria del pueblo, vi este collar y lo compré para ti,- Roman sacó una piedra verde atada a una cuerda negra.

Promises [rolleigns / ambreigns]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora