5. Las promesas son solo palabras

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A partir de este episodio solo saldrán hechos ocurridos en la actualidad de los personajes, ya no más recuerdos de tres o seis meses antes ni nada. Creo que todos sabemos que el sexo en los omegaversos es en realidad un apareamiento en el que se quedan pegados como los perros (esto siempre me ha parecido gracioso xD) Los omegas tienen una época de celo donde lo único que piensan es en tirar... Y para evitar eso usan supresores, que pues, evitan que entren en dicho celo.

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-Eres tan dulce y sexy, Seth. Y eres solo mío.- Roman soltó un gemido, sus caderas se movían automáticamente, penetrando profundamente a su omega. -Tu cuerpo es una obra de arte.

Roman no parecía sorprendido de que Seth no estuviera embarazado.

-¿Finalmente me marcarás?- Seth preguntó dulcemente. -Así seré totalmente tuyo.

-Sí, Sethie. He estado esperando esto desde que escapamos de ese infierno. Te lo prometí y cumpliré mi palabra. Eres tan hermoso, tan dulce para mí.- Roman enterró su rostro en el cuello de Seth e inhaló profundamente.

Y el olor del omega era embriagador, pero... no era el aroma suave y dulce lo que siempre lo calmaba. El aroma de Seth esta vez era diferente: picante, atractivo e intoxicante, el alfa interno de Roman entró en un frenesí.

Roman aceleró sus embestidas. -Me vuelves loco. Te voy a marcar en este momento. Tengo que marcarte y demostrarle al mundo que eres mío, solo mío.

Un gemido escapó de los labios del omega y envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Roman, estaba empujando sus caderas de forma frenética contra el pene de Roman. El alfa estaba lamiendo la suave piel de su omega, Roman abrió los ojos y fue entonces que notó que la piel era tan blanca como la nieve.

¿Blanca como la nieve?

Roman levantó la cara y vio esos ojos azules brillando con pasión. El cabello castaño rojizo estaba aún más revuelto y una fina capa de sudor bañaba aquel cuerpo ágil. Las manos de Roman agarraron la delgada cintura y el omega arqueó su espalda y gimió.

-Vas a marcarme... márcame...- Y esta no fue una pregunta dulce, era una orden.

-Te marcaré, por supuesto que te marcaré. Eres mío, mi omega-. Roman gruñó. -Eres mi omega, Dean Ambrose.

-Lo sabes y lo sé. Es inútil luchar, es inútil tratar de evitar esto.- Dean gimió de puro placer. -Solo tómame, márcame y reclama tu derecho sobre mí. Te pertenezco, mi alfa.

-¡Soy tu alfa!- Roman empujaba más duro.

Dean lo miró con tanta pasión. -Anúdame, mi cuerpo está listo. Estoy listo, estoy en mi celo...

Roman llegó al clímax con esas palabras y sintió que su pene se hinchaba... estaba anudando su omega.

El omega se quedó sin aliento y una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro. -No volveré a estar solo. Finalmente tengo un alfa que me ama.

-Tienes un alfa que es tuyo en cuerpo y alma. Oh Dean, muy pronto estarás lleno con nuestros cachorros.- Roman comenzó a lamer el cuello de Dean preparándose para marcarlo.

-Te daré muchos cachorros y seremos muy felices.- Dean dijo entre risas suaves.

Roman enterró sus dientes en la piel suave y blanca, extrayendo un poco de sangre. Luego alivió el mordisco con la lengua y eso fue todo: Dean era suyo. Alfa y omega finalmente juntos, Roman se sentía completo y sabía que Dean sentía lo mismo.

Promises [rolleigns / ambreigns]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora