Razones por las que eres hermosa || Fillie

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—Sonríes mucho últimamente, ¿no? —Tyler la miró. —¿A que se deben tus sonrisas?

—No hay una razón específica, simplemente, quiero sonreír. —Dijo ella.

La chica se levanto y estaba por caminar en dirección a la salida de la cafetería, pero el de cabello castaño fue mucho más rápido y la tomó del brazo con fuerza.

El chico rió. —Claro, ¿me crees estupido?

Llevo a la castaña hasta su casillero y le ordeno que lo abriese, ella solo se negó.

—No estoy bromeando, Millie. —Dio un golpe al casillero. —¡Ábrelo!

Dio un pequeño saltito al escuchar el fuerte golpe que dio Tyler. Con miedo, puso su contraseña en el candado y lo abrió, una nota se deslizó hasta caer al piso.

—¡Justo lo que buscaba! —Tyler sonrió.

La nota, como todas las anteriores, estaba doblada justo en cuatro partes y tenía dibujado un corazón en el centro. El chico sacó algo de su bolsillo, eran dos notas iguales a esa. Era el quien las había robado.

—Que coincidencia que se parezcan tanto, ¿no? —Las desdobló. —La misma letra y misma firma al final de la nota. Una 'F', la inicial del nombre de la persona que las escribe, supongo. —Guarda las otras dos notas, dejando únicamente la que Millie había recibido hoy. —Podría ser una 'F' de Francisco, tal vez de Fabio o..... —Hizo una pausa. —Tal vez de Finn. —Miró a la castaña.

Al escuchar el nombre de el pelinegro, su corazón se detuvo.

—Finn Wolfhard, tu ex-novio, ¿cierto? —Millie asintió insegura. —Entonces, si es tu ex-novio, ¿por qué envía estas estupidas notas? —Preguntó. Ella permaneció en silencio, algo que sólo alteró a Tyler. —¡Contesta!

Los pasillos estaban vacíos y sus gritos no eran lo suficientemente fuertes como para que alguien en algún aula los escuchase.

—Y-yo no sé. —Dijo, con su voz rota. —El.. solo deja las notas y ya está.

—¿Solo eso? ¿No hablas con el? —Millie negó con la cabeza de inmediato. —¿Segura? —Ella asintió. —Entonces, ¿ahora dirás que esta no eres tú?

Tyler sacó su celular y le mostró una foto, en la cual, aparecía ella y Finn besándose, había sido tomada el día de ayer.

—Dios, Millie. Eres pésima mintiendo. —Sonrió.

La castaña miró la foto por unos segundos más, recordando la felicidad que sentía al estar junto con Finn, lo que cual, era todo lo contrario a lo que sentía estando con Tyler.
Solo fue cuestión de segundos para que Millie sintiese cómo la mano de Tyler impacto contra su mejilla, sus ojos se cristalizaron y lo miró con miedo.

—¿Creíste que jamás me daría cuenta? No soy tan estupido como tu, Brown. —La tomó del brazo. —Le dirás a Wolfhard no quieres volver a verlo jamás, que no quieres que vuelva a dejarte estas tontas notas, ¿escuchaste?

Millie asintió.

Se escuchó que la puerta de la cafetería se abrió y pudieron observar a Finn, quien caminaba en detección a su casillero, era el momento perfecto.

—Bien, cariño. Es tu oportunidad y si llegas a decir cualquier cosa de más, serás tú quien lo pague. —Dijo, pellizcó la mejilla de la castaña y volvió a la cafetería.

La chica permaneció ahí de pie, hasta que el pelinegro la miró y sonrió, camino de inmediato a donde ella estaba.

—Millie, bonita. —Sonrió, pero su sonrisa se borró al ver su mejilla roja y las lágrimas que salían de sus lindos ojos. —Linda, ¿que ocurrió? —Pregunta, poniendo su mano en la mejilla de la castaña, ella se queja y eso preocupa más a Finn.

—Nada, me pegue con la puerta del casillero. —Mintió, pero, en ningún momento, quitó la mano de Finn de su mejilla. —Finn, yo... —Mas lágrimas salieron de sus ojos y un nudo enorme se formó en su garganta. —No quiero que me hables más o te acerques a mi.

—¿Que? —Frunció el ceño. —Millie, no entiendo.

—N-no hay nada difícil de entender. Solo no me hables, no me mires y no te acerques. —Dijo. —Tampoco sigas con las notas, Finn.

Los ojos de Finn comenzaban a cristalizarse. —Millie, si esto fue por algo que hice o dije, yo...

Lo interrumpió. —Finn, por favor. —Soltó un pequeño sollozo.

—Mills, ¿que pasa?

—No hagas esto difícil, Finn. —Por primera vez, en ese momento, lo miró a los ojos. —Perdón. —Dijo en un susurro.

La castaña se separó y cuando estaba por irse, Finn la tomó del brazo.

—Hablemos de esto. —Pidió.

Asintió.

Finn la soltó y ella solo camino de vuelta a la cafetería.

Algo estaba mal, el pelinegro lo sabía.

Ahre, alta telenovela me aventé. No me gustó, pero, ya que.

Si te gustó, te agradecería que me regalaras una estreshita :3.

Gracias por perder un poco de tiempo leyendo esto~