💌 Capítulo 13/Parte 1 💌

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Nunca había visto el instituto con tanta atención como ahora lo hacía, y no tenía idea de porque lo hacía, pero aquí estaba, parada frente al edificio mirando la construcción y como las personas se adentran a el sólo para perder tiempo valioso, o quizá sólo perder tiempo.

No sé cuánto tiempo estuve de pie admirando mi alrededor, absorta de mis pensamientos hasta que el contacto de una mano con la mía me hizo salir del pequeño rincón en mi mente en el que me encontraba.

— ¿Así qué nos gusta mirar la arquitectura del instituto? — indagó, Luca

— Es histórica, quizá venga en el exámen — bromeé sin ánimo alguno

— ¡Hey! — lo miré — Aquí estoy

— Lo sé — sonreí levemente

Lo sabía, claro que sabía que Luca no iba a dejarme, o eso era lo que él me demostraba con cada palabra y acción hacía mí.

Sin soltarme de la mano me impulso a entrar al instituto para ir a nuestra primera clase. Al entrar al salón fuimos a sentarnos cerca de una ventana a esperar a que la clase iniciará, cosa que no pasó ya que una profesora llegó a avisar rápidamente que nuestro profesor de esa clase no vendría.

Luca hablaba y yo sólo escuchaba, o al menos fingía hacerlo porque en realidad no entendía nada pues estaba atenta viendo a la lluvia caer.

— ¿Estás bien? — preguntó al cabo de un rato

Desvíe la mirada de la ventana hacía sus ojos marrones. Sonreí al ver que él también lo hacía.

— Estoy bien

— ¿Tanto cómo para aceptar un reto? — cuestionó bastante interesado

Achique los ojos, incapaz de poder ocultar mi curiosidad. ¿Qué pretendía ahora? Sea lo que sea, no debía ser nada inocente si sonreía de la forma en la que estaba haciéndolo.

— Eso depende, mi humor es relativo. ¿De qué se trata el reto? — indague con cautela

— Es algo bastante simple — respondió de lo más normal — Tú y yo... — nos apuntó con su dedo índice

— No te voy a besar — le interrumpí

Luca se echó a reír a carcajadas logrando a su vez que riera yo también, aunque también me sentía algo avergonzada por la evidente mala interpretación de sus palabras. De pronto sentía mis mejillas calientes, apuesto que se encontraban de un color carmesí.

¿Cómo podía creer siquiera qué alguien como Luca pensaría en besarme? El simple hecho de pensarlo era toda una tontería.

— Ya quisieras probar estos apetecibles labios, ¿no?

En un intento por alivianar la vergüenza en mí, reí con ganas.

— Sí, claro — mencioné sarcástica — Son tan apetecibles como la malteada de cacahuate de la cafetería — me mofé

No tenía idea de a quién se le había ocurrido la idea de una malteada de cacahuate, pero sea quien sea el autor intelectual de tan descabellada idea, había sido la peor de las ideas. 

— ¡Oye! Tampoco tienes que ofenderlos — indignado, tocó sus labios con la punta de sus dedos

— Tan preciados son..., ¿pues qué haces con ellos?

— ¿Quieres saber? — preguntó con una sonrisa

— No — reí no muy segura de mi respuesta

— ¿Lo ves? — soltó de repente

— ¿Qué cosa? — pregunté nerviosa

— Eres mucho más hermosa cuándo ríes — esbozó una sonrisa contagiosa — Y ahora, sin desviarnos del tema..., ¿aceptarás el reto qué tengo para ti? — frotó ambas manos, ansioso

Con amor, HayselDonde viven las historias. Descúbrelo ahora