💌 Carta 61💌

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¡Querido Diario!

No sé en que estaba pensando, solo recuerdo querer un poco de paz, olvidar el dolor que recorre cada vena de mi cuerpo.

Siento como si el fuego de mi vela se apagará poco a poco.

Quiero que el ruido a mi alrededor se silencie, pero no logro conseguirlo.

Recordar la noche de ayer, me hace sentir culpable, pero a la vez me da cierto sentimiento de libertad y rebeldía, algo que nunca me permití sentir.

Estaba durmiendo cuando comencé a sentir como mi garganta se cerraba haciéndome toser cada vez más estrepitosamente hasta despertar a Luca, que de inmediato se dispuso a darme la atención que podía por los limitados recursos.

— ¡Haysel! ¡¿Me escuchas?! — exclamó mientras me atendía

No podía ver si rostro ya que me encontraba con los ojos cerrados, pues abrirlos en ese momento me era una tarea bastante difícil. Y la habilidad que suelo tener para respirar se esfumaba poco a poco volviéndose cada vez más escasa. Cuando por fin pude abrir un poco los párpados me di cuenta que Luca estaba sacando las cosas de la tienda de acampar.

— No, Luca...

Intenté tomarle la mano pero todo esfuerzo fue en vano, pues mis fuerzas habían abandonado mi cuerpo para irse quien sabe a dónde. Mi intención era detenerlo pero todo intento fue fallido, pues no quiso escucharme.

No quería irme, no quería volver a casa a enfrentar todo el caos y desorden que se ha estado acumulando como una bomba de tiempo que tarde o temprano explotará en nuestras caras.

— No..., quiero..., irme... — murmuré con dificultad

— No voy a dejarte morir. No hoy, Haysel. No puedo hacerlo — sollozó con fuerza, intentando esconder el miedo que sentía

Pero, ¿y lo qué yo quería?

Todos tenían miedo, al igual que yo lo tuve por mucho tiempo. Ahora me encuentro cansada, gastando mis fuerzas y quizá llegando a mi último suspiro. Solo quiero que ellos lo sepan, porque parecen no hacerlo.








Con amor, Haysel...



11:54pm.

Con amor, HayselDonde viven las historias. Descúbrelo ahora