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Salí de ducharme. Me vestí para ir al jardín a leer, aun era temprano, 5 de la tarde exactamente, ya había pasado una semana y aun no sabia como podría ayudar a Jimin. Desde la última vez que hablamos de ese tema, ya no quizo decir más. Asmodeus no se apareció en toda esta semana, siempre era así, venía cuando quería, y para mi era mejor. Salí de mi habitación y fui hasta al jardín, mientras caminaba algunos de mis hermanos me saludaban y yo les devolvía el saludo. Hablaba con la mayoría de los que residían ahí pero no tenia un vínculo tan fuerte con alguien como lo tenia con Jimin. El era mi mejor amigo, el era mi hermano de sangre distinta, la confianza era mutua y el cariño también. Lo aprecio mucho que no lo dejare caer, no lo abandonare. Por ahora el y Dios son mi única familia.

Divisé una banca en medio del jardín cerca a la fuente. Me senté en ella y comenze a leer. Estuve tan atento a la lectura por un buen tiempo que no me percaté que alguien se sentó a mi lado, hasta que esté toco mi hombro. Era Jimin. Me dijo que había gritado mi nombre mientras de acercaba y que yo no le oía. — disculpa, no te oí, estaba muy concentrado — le dije, el solo asintió y dijo que descuidara. También me comento que acaba de ver a su madre y hermana que venían a visitarlo todos los sábados. Mayormente los familiares venían los sábados o domingos a visitar a lo chicos. Porque también la familia era fundamental en nuestro camino espiritual.

— Ten, come — me tendió unas galletas a lo cual agradecí — quería compartirlas contigo, además ya sabes, son las galletas más deliciosas que pueden existir — tenia razón, su madre y hermana preparaban galletas para el, después de un tiempo también preparaban para mí. Ya que saben que no tengo a nadie. Y solo querían ser amables conmigo. Me hubiese gustado tener aun a mi madre, la extraño demasiado, la perdí cuando tenía 13 años. Ella se suicidó, estaba enferma, estaba loca, le detectaron esquizofrenia. Aun así con esa enfermedad nunca la deje de amar, me trataba con amor como una madre normal lo hace con su hijo, pero poco a poco tuvo comportamientos extraños, me decía que alguien la quería matar, que me quería matar, que quería venganza. Yo no la entendía así que se lo dije a mi tía, debía de ayudarla, mi tía me estuvo ayudando con mi madre ya que con 9 años yo no podía hacer nada. Después de las constantes visitas al doctor. La mandaron aun psicólogo y este nos dijo que estaba enferma de aquella enfermedad. Y que deberíamos de ir a un psiquiatra para que ella se pueda tratar, para al menos controlarla, porque esa enfermedad no tenía cura. La internaron por su comportamiento impulsivo que tenía y sus indicios de suicidio. Jamás había visto a mi madre así. Al principio iba seguido a verla. Después una vez a la semana por la escuela, mi tía no quería que descuidara mis estudios. Y así me mantuve en continuas idas y venidas. Hasta que un día, me dieron la mala noticia de que mi madre se había cortado con un cuchillo en el cuello. Nadie sabía cómo llegó a parar ese cuchillo en sus manos. Nadie. Llore desconsoladamente por la pérdida de mi madre. Extrañaba abrazarla, extrañaba decirle que la amo, extrañaba su ser hasta ahora y siempre la extrañaré. En el día de su entierro algunos familiares y amigos de mi madre estuvieron presentes. Pero en ese día vi a alguien observando directamente hacia nosotros desde lejos , vestía todo de negro. No lo olvidaré. Un pantalón de vestir negro y un saco largo del mismo color, con un sombrero que le cubría la mayor parte de su rostro. Ese día es donde vi por primera vez físicamente a Asmodeus. Lo veía en mis sueños desde que tenía uso de razón. Pero lo ignore. Desde ese momento Asmodeus no me dejo tranquilo — Taehyung ¿te encuentras bien? — dijo Jimin, posando su mano en mi hombro ante ese acto mi cuerpo reaccionó ya que estaba perdido entre mis pensamientos. Y lo observe — Dejaste de comer las deliciosas galletas hasta que la soltaste que por cierto, quiero asumir  que fue inconscientemente. — hizo una pequeña pausa— estabas pensando en tu madre ¿Verdad? —.

— Si, la extraño demasiado. Aunque ya paso un buen tiempo que partió de este mundo — mire hacia el cielo, que por cierto ya estaba oscuro, continúe — no dejo de pensar en ella, la amo—.

— Tu mamá está orgulloso de ti. Esta feliz por ti. Esta tranquila como se debe porque tu estas bien, porque estas en un buen camino y eres feliz con ello. — lo observe, asentí y agradecí , se que mi mamá está feliz por mi y eso me alegra — además mi familia es tu familia, mi mamá puede ser tu mamá — sonreí por lo que dijo, el igualmente — bueno eso sonó muy infantil — soltó una pequeña risa— pero recuerda que siempre puedes confiar conmigo ¿ok? —.

— Gracias, y tu también puedes contar conmigo — dije. El asintió. Quería aprovechar en preguntarle con respecto a sus "pesadillas". Pero el sonido de una campana interrumpió eso.

— Creo que tenemos que ir hacer los votos — dijo Jimin — Mañana terminamos de comer las galletas. ¿Tu crees que se malogren?—.

— No, no creo. Guardalas para mañana. Además Son muy deliciosas para ser desechadas —.

El asintió y afirmó. Y Nos dirigimos a la casa. Mañana si o si le preguntaré.

P E C C A T U MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora