Capítulo 5

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—!Ryesk!—grita la maestra—¿Me está escuchando?

Aparto la vista de la entrada del salón y la poso en la sra. Mackenz.

—Lo siento Sra. Mackenz—me disculpo—¿Podría repetir la pregunta?

La maestra suspira y se pasa la mano por la frente. Está frustrada.

—Olvidelo Ryesk, sólo atienda a la clase no me oblige a sacarlo del aula— dice y se da vuelta para continúar escribiendo en el pizarrón.

Cuando no estoy en su campo de visión pongo mi cara de culo de nuevo y vuelto a mirar hacia la entrada. No me gusta que me llamen la atención pero sé que ella tiene razón, no estoy atendiendo a nada pero mi distracción tiene nombre.

Velika Strossners.

4 asquerosos días han pasado desde el Black Circus, desde que Velika me hizo matar, desde que tomé su mano y desde que Dae me dejó.

4 son los días en los que Velika no ha aparecido y son los mismos días en los que he estado a punto del colapso.

Estoy enojado con ella por prometerme ayuda y desaparecer, estoy frustrado porque no se donde buscarla ya que a duras penas sé su nombre, y finalmente estoy preocupado porque también existe la posibilidad de que le haya pasado algo malo.

Salgo de mis pesamientos cuando suena la campana de cambio de clases. Decepcionado, una vez más de no ver a quien esperaba entrar por esa puerta, recogo mi mochila y salgo a la siguiente clase.

Camino por el pasillo con Ewan a mi derecha y Mike a mi izquierda saludando a todos, yo ni siquiera los miro.

Entramos a la siguiente clase y Tyler se pone a mi lado en química.

—Hades—me llama y lo miro—¿Se puede saber qué demonios está pasando?

Voy a responderle que no estoy para que me toquen las pelotas cuando el maestro entra y nos hace callar.

—Buenos días chicos—saluda el maestro—Saquen sus apuntes y vayan a hacia el armario, tomen lo necesario hoy evaluaré reacciones químicas.

—Levánta tu trasero y quita esa cara de culo—me reprende Tyler—Necesito una maldita buena nota, Hades.

Yo ruedo los ojos y lo sigo hasta el armario. Lo haré porque es mi amigo y no dejaré que saque mala nota por mí culpa.

Estoy tan concentrado cuidando que no se me caiga ningún recipiente que cuando tocan la puerta ni siquiera levanto la vista hasta que escucho...

—Señorita Strossners—levanto la vista en menos de un segundo y abro los ojos como platos—Llega tarde.

—Lo siento—dice Velika parada en la puerta con una sonrisa inocente—Tuve problemas.

—¿Qué clase de problemas?—pregunta el maestro mirándola detalladamente de pies a cabeza. Maldito.

—Bueno... —veo que lo piensa demasiado pero el maestro tiene los ojos en sus pechos así que no lo nota— Es muy difícil para mí hablar de esto pero se lo diré; falleció Green... — se me corta el aire y el aula queda en silencio total hasta que decide continuar —Mi tortuga— dice al fin y siento como todos sueltan el aire contenido. ¡Oh diganme que me está jodiendo! — Y bueno... tuve que preparar su funeral, mandar a hacer un pequeño ataud, usted sabe...

¡¿Qué carajos ha dicho?!

Ella respondió con verdadero dolor y nostalgia en su rostro, hasta me hizo  considerar las posibilidades de que una chica como ella tenga una tortuga de mascota.

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