Capitulo 17

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Pisé el acelerador a fondo y salí a toda velocidad, puse el cambio en quinta y pude ver que iba muy parejo con Rivent, la desolada y oscura carretera se camuflaba con la noche y agradecía que mi auto tuviera muy buenas luces y que por alguna razón pudiera ver perfectamente en la oscuridad.

La primera curva se iba acercando así que me apresuré para pasar primero que Rivent y maniobré perfectamente para no salirme de la carretera.

Ese maldito no era mejor que yo.

Ya casí volvíamos a la meta y ibamos a la par así que Rivent puso el último cambio forzando al máximo su auto y tomó la delantera con una diferencia mínima pero igual pensó que me habia sorprendido y que ganaría pero él muy idiota no sabia que yo también tenia un último cambio y que puso el suyo mucho antes de tiempo así que cuando íbamos llegando casi a la meta metí mi último cambio y facilmente revasé el ya forzado auto de Rivent y claramente gané.

Estacioné mi auto y los gritos y felicitaciones no se hicieron esperar, me bajé y puse la sonrisa más arrogante que tenia solo para que Rivent la recordara toda su apestosa vida.

Fuí hacia él que ya se encontraba fuera de su auto con una cara de frustración muy marcada, me miraba con real odio y empezaba a ser divertido hasta que Owen llegó.

--Eso sí que estuvo intenso--dijo con una gran suma de dinero en sus manos--es una lástima Rivent pero tratos son tratos.

Me extendió el gran fajo de billetes de 100 y lo recibí con gusto pero me importaba más recibir unas llaves de un bonito Porsche por el simple hecho de que me gustaba joder a ese idiota y queria que Dae viera bien quien era el mejor y que nunca se le olvidara este momento.

Casí con agonía el idiota me tiró las llaves del auto con la intención de que calleran al suelo pero él no contaba con que yo tuviera espléndidos reflejos y las agarré facilmente en el aire.

Chaquié la lengua.

--Otro día tal vez--dije, en tono burlón.

--No siempre tendrás esa bonita suerte Ryesk.

Solté una gran carcajada.

--¿A la habilidad que te hace falta la llamas suerte?

Los tipicos gritos que hacen las personas para alentar una pelea se escucharon a nuestro alrededor y su semblante se endureció, su emoción cambió de avergonazado a enojado rapidisimo y lo entendia, pues a nadie le gusta que lo humillen públicamente.

Un paso de parte de él bastó para que estuvieramos frente a frente, buscando pelea y si eso quería por mí no habría problema porque aún si no lo podía matar podria dejarlo inconsciente. Muy concentrados estabamos tirandonos dagas con la mirada que ninguno de los dos se dió cuenta cuando un pequeño cuerpo de interpuso entre ambos.

--Rivent, ya vamos, no vale la pena.--una muy preocupada Dae estaba de espaldas a mí tratando de calmar al idiota.

Mi enojo aumento en segundos al ver como me ignoraba y como lo cogia de las mejillas.

No me dió tiempo de percibir las emociones de Dae cuando una mano me arrastró sacándome de la escenita.

Que mal momento Mike.

Cuando me arrastró de vuelta a donde estaban mis amigos, me solté.

--Ya dejame joder.

--No era necesaria la escenita, no estamos en el club de la pelea.

--¡Ya cierra la boca pareces mi maldita novia!--grité

--Hades, ya basta--se metió Kai-no dejes que ella te afecte, mira como te pones cuando deberías estar feliz de que le ganaste el auto a ese idiota.

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