Capítulo 10

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Después del maravilloso show que le di a Velika me he sentido como nuevo, nunca me sentí tan bién y aunque trato se sentirme un poco mal por haberlo hecho, no lo logro, trato de buscar un pequeño sentimiento de remordimiento en mí, pero no lo encuentro y me asusta porque sé que todo esto es real, es tan real como mis ganas de matar.

Al fin siento que he podido descansar de todo el mal humor y estrés acumulado. Después de aquel día repentinamente empecé a sentirme más fuerte, más poderoso, con más reflejos, más perceptivo... Más asesino.
Sé que todo esto es una locura y me asusta estarlo tomando tan bien, pero simplemente no hay palabras para describir la satisfacción de mi ser al ver como se va la vida ante mis ojos. Matar a esa chica de la cual no recuerdo ni el nombre ha sido liberador y sé que Pronto empezaré a sentir la necesidad de volver a bañarme en sangre de nuevo y esta vez mucho peor. Velika tenía razón, es mejor no luchar contra tu naturaleza.

—¡He Idiota!—grita Mike desde la sección de condones del super mercado—Ven aquí, escogeremos lo indispensable.

No puedo evitar soltar una gran carcajada al ver a las señoras de la tercera edad que están escogiendo sus compras y que miran a Mike como un pecador enviado desde el mismísimo infierno. Camino hasta ponerme a su lado.

—¿Podrías dejar de ser tan escandaloso?—saco un cigarrillo adedre y lo pongo entre mis labios y escucho algunos jadeos de horror-No queremos que se enteren que somos enviados del infierno.

Mas jadeos de horror de escuchan en el pasillo y algunas gotas de saliva me caen en el rostro cuando Mike suelta una carcajada a boca abierta que se escucha por todo el maldito supermercado.

—¡No me jodas!—se pone la mano en su estómago sin parar de reír—¡Eres el gobernante del infierno podrías acabar con ellas, es decir, ¡eres Hades!

Ruedo los ojos por que ya se me ha pasado la gracia ahora que me escupió el rostro. Aunque la cara de las viejitas en un poema, dignas para una fotografía. Escojo una caja de condones extra grande y la pongo en el carrito justo cuando vuelvo a escuchar más jadeos de horror entonces levanto la vista encontrándo a las mismas viejitas que no se han ido del pasillo. Joder, era divertido hace unos segundos pero ya es algo incomodo. Empujo a Mike para que salgamos del pasillo rápido y así nos dirijimos a la sección de licores -mi favorita por cierto- y ponemos alcohol en el carrito como para un batallón de alcohólicos y bueno, para que negarlo, eso es lo que son mis amigos.

—Escucha. Quiero presentarte a alguien—habla Mike cogiendo una botella de vodka y destapandola ahí mismo.

—¿Quién sería esa?—enarco una ceja y extiendo la mano para que me pase la botella antes de empinarme en ella.

—Es una chica, pero no cualquiera chica, ella es 'la chica', ¿entiendes?—sube y baja las cejas de modo insinuador y nos rotamos la botella nuevamente.

—Sabes que no usmeo tus sobras—nos dirígimos a la sección de bebidas energizantes-Además, es muy seguro que Dae vaya con las chicas.

—No son mis sobras—rueda los ojos—Sólo fue algo de sexo oral. Como sea, el punto es que debes encontrar algo mejor que Dae, hace mucho que no estas de tan buen humor y han pasado 3 semanas desde la última fiesta que hicimos así que debes pasarlo genial. No le debes fidelidad a Dae, lo sabes.

Nuestras fiestas son grandes, hay de todo en ellas y va prácticamente media ciudad por lo que las hacemos en mi casa que es la más grande. Hace algo de tiempo que hicimos la última fiesta y es porque no estaba para nada de buen humor pero como ahora me siento como nuevo, sin duda lo disfrutaré al máximo así que fácilmente accederé a cualquier pendejada que me propongan.

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