Capítulo 12

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—¿Cómo sabes tú eso?

—¿Qué esperabas?—pone una mueca cínica—No me fio nada de ti niñato.

—¿Y creíste que yo de ti si?—suelto una carcajada finjida por que claramente esto no me hace ni puta gracia—No me tomes por tonto niñata.

Veo el enojo destellar en sus ojos y me genera satisfacción, le he aguantado mucho y joder, cada vez la soporto menos.

—Si de esa asquerosa boca sale algo más te irás de aquí como el maldito perro que eres. No me jodas, no juegues conmigo porque no te gustará el maldito resultado.

Lo dijo todo lenta y pausamente, lo suficientemente lento como para que en el proceso se juntara toda la ira que llevo guardada, todos sus abusos, todos sus malos tratos hacia mí y por consecuente mis entrañas empezarán a retorcerce y por mi mente solo pasan mil imágenes de como callarle esa sucia boquita....cortandole la legua, tal vez.

Nadie me insultaba así, nadie.

Sin darme cuenta una cosa llevó a la otra y estaba deseando con todas mis fuerzas ver la sangre de Velika y bañarme en ella, beber su sangre, tirarla al puto cielo y que me callera en la cara para pasar la lengua por mis labios.

Tú sangre, quiero toda tu sangre para mí, sobre mi cuerpo, te quiero muerta, te quiero vacía...

Así pasaron segundos o tal vez horas, no lo sé, estaba concentrado en lo que quería, recreando miles de imágenes en mi mente de Velika muriendo desangrada.

De repente un gran golpe en mi mejilla me hizo tambalear y por consiguiente salir de mi transe para buscar al causante de tan doloroso atrevimiento, encontrandome así, a Velika que yasia firme en frente de mí pero con las manos haciendo presión en sus muñecas, tratando de parar la sangre que brotaba de unas profundas cortadas que aparecieron de la nada y se siguieron procreando solas.

Abro los ojos como platos al ser consciente de lo que eso significa.

—Para—dijo ella amenazante y sin mostrár signos de dolor. ¿Acaso no le duele?

Seguí con la mirada clavada exactamente en donde se producian las cortadas que poco a poco destruian sus ya no tan bonitos brazos.

Un líquido oscuro era lo que brotaba de ellos, demasiado oscuro para ser un RH normal. ¿Qué sería? ¿AB-?

La única parte por donde no dañaban las extrañas cortadas era por donde ella tenía su insignia de brillantes colores, la cual iba desde el centro de la palma de su mano hasta la mitad su antebrazo.

Entonces decidió llevar sus brazos a la parte trasera de su espalda para esconderlos de mí y que dejara de observarlos; después de escondidos sus brazos buscó mi mirada con firmeza, sin una mueca de dolor en su rostro.

En el momento en que mis ojos conectaron con los suyos mi vista se fue, todo se volvió negro. Pero no estaba desmayado, aún estaba de pie, lo sentía solo que ciego y antes de poder asimilarlo, ya no escuchaba el ambiente del jardín, no escuchaba la suave brisa rozar mis oídos, ni a los pájaros, ni mucho menos algún reclamo de Velika. Perdí la audición, pero no estaba desmayado, lo sentía, estaba de pie y entonces ahí sí me desesperé.

Empecé a gritar para oír mi propia voz pero no escuchaba, empecé mover mis brazos al frente para tocar algo y sostenerme, pero no había nada.

Lo único que sentí fue un maldito dolor de cabeza que por un momento pensé que me explotaria la misma, tanto así que caí al suelo inevitablemente, llevé mis manos a mi cabeza queriendo calmar el dolor con eso pero no conseguí nada. Era horrible y lo más doloroso que habia sentido alguna vez. Estaba seguro que estaba gritando pero no me escuchaba y eso me desesperaba más, lo único que sentía era mi cuerpo revolcándose en el pasto por el dolor.

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