Capítulo 11

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*Velika en multinedia*

Estoy a unos pasos del imbecil y la damicela en apuros, ella ya se ha dado cuenta de mi presencia pero el estúpido no.

—Ha-Hades ayuda—pide en un susurro casi inaudible pero por algún motivo, yo lo oí claro.

Le hago señas para que se quede callada en lo que el tipo me esta dando la espalda.

Busco rápidamente alguna posible arma y al lado de un basurero veo un tubo de metal que se ve bastante pesado, sonrio de lado y voy tras el tubo. Cuando ya lo tengo en la mano mi instinto se activa y siento el placer de la anticipación.

Empiezo a silvar una muy buena canción que últimamente no sale de mi mente y me dejo llevar por la melodia mirando hacia el cielo de la oscura madrugada y hasta cierro los ojos inconcienteme hasta que alcanzo a oír un:

—¿Qué demonios?—de una voz masculina y no tengo que abrir los ojos porque ya lo siento, no sé como pero sé que el tipo me está mirando.

Abro los ojos.

—Hombre ¿toda la diversión para ti solo?—señalo el cuerpo de la pobre Rachel en el piso a punto de perder el conocimiento.

—Largo de aquí niño—responde obstinado—Consíguete la tuya.

Y dicho esto se da la vuelta para seguir torturando a la chica.

—Te daré otra oportunidad—canturreo. Me estoy divirtiendo—¡Vamos, podemos hacerlo los dos!

El tipo resopla frustrado y se da la vuelta con los puños apretados.

—Dije que ¡largo imbecil! —apunta frustrado la salida del callejon con su dedo índice.

No puedo ocultar la sonrisa que estoy seguro se ve macabra.

—Está bien, tú lo quisiste.

Dicho esto me aproximo lentamente al tipo, él me mira espectante pero no hace amago de nada. A medida que me voy a acercando siento como mi sangre empieza a bombear más rápido. De repente escucho mi corazón latir pero algo me sorprende más y es que juraría que pude escuchar el latido del corazón del tipo que estoy próximo a asesinar. Juraría que puedo sentir el sabor de su sangre agria en mis papilas gustativas y definitivamente juraria que si lo miro a sus ojos, puedo ver sus... Sus sentimientos, su enojo, su adrenalina, su miedo...

No sé qué demonios está pasando conmigo pero siento el poder picar en mis dedos y no estoy controlandolo bien.

Salgo de mis pesamientos cuando por un acto reflejo levanté la mano con el tubo de metal, atajando así un puño que venia directo a mi cara. No sé como carajo reaccioné tan rápido pero no tengo tiempo de sorprenderme porque de inmediato el tipo quiere darme un patada directo a mi entrepierna así que retrocedo ágilmente. El tipo queda desconcertado por un momento así que aprovecho.

Me lanzo al tipo con el tubo que va directo a su cabeza con una fuerza que no sabía que poseía y lo más raro es que juraría que pude escuchar el momento en el que su cráneo se rompe grotescamente, no sé como lo escuché pero solo sé que alimentó mi deseo de matar.

El tipo aturdido por el golpe cae al piso y trata de levantarse pero antes decido hacer una pequeña prueba. Agarro el tubo con mis dos manos y lo impulso hacia arriba dejándolo caer con fuerza en la espalda del tipo, y de repente mis sospechas son confirmadas. Pude escuchar el momento exacto en el que su columna vertebral se hizo pedazos.

¿Cómo mierda oí eso? ¿Qué carajo está pasándome?

Y no sólo escucho sus huesos.

Oígo su corazón, siento su desesperación, percibo su dolor, el olor de su sangre y su pulso disparado.

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