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- Pérez.

El nombrado trata de evitar esa mirada.

- Pérez, mírame.

No quiere, pero al mismo tiempo sí quiere ver esos lindos orbes claros.

Suspira y le mira, tiene el ceño suavemente fruncido.

- ¿Dónde están?

- ¿El qué? -se hace el desentendido.

- tú lo sabes.

- no, no sé.

- sí sabes, ¿Y mis bolsitas de azúcar? -se cruza de brazos.

Alan desvía la mirada con una sonrisa traviesa para luego darle un trago a su dulce café. Y Alex entiende.

- ¡Era mi azúcar!

- no no no, era de la cafetería.

- no no no, era de cortesía para mí.

- no no no, los dejaste tirados.

- ¡Los dejé aquí en la mesa! Ya uno no puede ir al baño sin que le roban. -dice con indignación, con molestia.

Todo sobreactuado, claro. En verdad no puede enojarse con el mexicano.

- ¿Y si pides más? -cuestiona Alan con diversión.- son de cortesía~

- me da pena. -responde, aun "molesto".

Alan sabe que no es verdad eso, sabe que pedir azúcar de más es lo menos penoso para el de cabellos rojos. Suspira suavemente antes de alzar la mano para llamar la atención de un mesero y pide tres bolsitas con azúcar que le son entregadas en un instante.

- ten. -murmura mientras deposita las bolsas frente al mayor.

- no, ya nada. -se cruza de brazos, indignado.

No evita reír suavemente por su comportamiento, ya no sabía que esperarse del pelirrojo cada que salían.

Porque sí, esa no era la segunda vez que salían a almorzar, el pelirrojo ya había pasado varias veces por él al estudio para almorzar. No crean tampoco que cada día de la semana ellos salían, querían eso, pero tienen sus responsabilidades que han logrado impedir varias salidas.

A veces Alex cancelaba.

Otras, Alan lo hacía.

No tenían problema en que se cancelaran, lo comprendían, pero quedaban con un sentimiento ciertamente triste cuando solos comían.

- ¿Y? ¿Cómo has estado estos días que no te he visto? -Alan pregunta, cambiando el tema y toma otro trago a su café.

Aun no comprendía bien porqué habían ido a tomar café para el mediodía, que fue idea del pelirrojo. Dedució que fue para salir de la rutina, bueno, de lo que era la rutina de comer lo que sea (tacos, crepas, pizza, hamburguesa, comida más fina...), claro que no era solo el café, sino también unos emparedados livianos.

- bastante aburrido. -responde con simpleza.- ¿Y usted? ¿Cómo va el nuevo vídeo, Pérez?

- ¿No te vas a cansar de decirme Pérez? -cuestiona con diversión.

Aquel día, Alex repitió su apellido, tratando de pronunciarlo bien, no no no, perfecto. Y lo logró, cuando lo fue a dejar la estudio, logró decir Pérez y no Pirés

- nop~ -canturrea como respuesta.- me gusta tu apellido. -suelta ese comentario.

Ese tipo de palabras ya estaba siendo un poco más común por parte del pelirrojo.

D I B U J O S [Iturisch]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora