Izanami ➵ BTS;; jeon jungkook [BD #1]

Capítulo 12.

― Estarás bien, te lo aseguro Jungkook. ― Mientras los demás doctores llevaban al niño junto a su camilla hacia una sala para empezar con su primera quimioterapia, YoonGi tomaba su manita entre las suyas. ― Estaré aquí mismo cuando haya terminado, te lo aseguro pequeño.

Sonrió para intentar tranquilizar a Jungkook hasta llegar a unas puertas que sabía bien que no podía atravesar. Suspiró cuando ya no pudo ver incluso la camilla, y se tiró como un peso muerto en una silla de por ahí por un momento.

― Que todo vaya bien, por favor. ― Murmuró para sí, levantándose otra vez.

La quimio que le iban hacer a Jungkook duraría por lo menos una media hora, tiempo suficiente para poder investigar unas cuantas cosas que necesitaba saber. Desde hacía demasiado tiempo le extrañaba todo lo que le contaba Jungkook sobre aquellas noches que decía pasar con esa extraña niña, si no recordaba mal, de nombre Izanami, y había llegado la hora de investigar.

En un principio le preocupó demasiado enterarse que su pequeño había ido él solo a la azotea. Bueno, fue con otra niña, pero era casi lo mismo, los dos ni debían saber orientarse. Luego de un largo tiempo, sin embargo, cuando le explicaba aquellas anécdotas que solo hacían que sonriera como un bobo el más pequeño, los cabos no acababan de encajar.

¿Cómo era posible que dos niños de apenas siete años fueran solos sin ser vistos por un adulto? Había enfermeros vigilando los pasillos por si sucedía cualquier cosa.

Pero lo más le extrañó fue saber que el niño había salido la noche anterior e intentó ir hacia la azotea. Aquello si que ya no era posible, ¡estuvo despierto toda la condenada noche! Ni un maldito insecto pudo escaparse sin ser visto de su vista de halcón.

― SeokJin, ¿dónde puedo ver los videos de las cámaras de seguridad? ― Le preguntó a aquel chico de anchos hombros, quien se encontraba sentado en una butaca bebiendo un café de la máquina.

Señaló una puerta detrás de él.

― Ahí dentro. ― Dio un sorbo a su café mientras miraba como el otro iba directo a la puerta, como si fuese a tirarla de un golpe. Esperaba que no se rompiese un hueso o algo parecido pues odiaría tener que curarlo en su única hora libre. ― Ve con cuidado Min, debe estar cerrada con llave.

El otro, al comprobar que estaba cerrada con llave, justamente como le advirtió, soltó un exasperado suspiro.

― ¿Y qué tengo que hacer entonces?

― Esperar a que venga NamJoon, él es quien tiene las llaves.

Miró al techo, buscando un poco de paz, pero tampoco podía encontrarla muy bien. Hacía años que su paciencia dejó de existir junto a su yo afable.

Entonces le vino una repentina idea, como si una bombilla se hubiera iluminado encima de su cabeza.

― Por cierto, ¿puedo saber si está internada una niña llamada Izanami? ― Le preguntó al hombre. Temía que le diese una respuesta negativa y que todo aquello se lo hubiese imaginado Jungkook. ― De apellido Tsuki.

SeokJin solo soltó un gruñido molesto y dejó su café en la mesilla de al lado.

Con el ceño fruncido se levantó y fue directo a los expedientes de todos los niños internados en el hospital. Primero buscó por su apellido, Tsuki, no obstante, no encontró ni una sola hoja con ese nombre, pero, solo por si acaso, rebuscó ahora entre los nombres empezados por i.

― YoonGi. ― Le llamó. El hombre alzó la mirada hacía él, esperando que sonriera y afirmara con un rotundo sí que aquella niña estaba hospitalizada. ― No sale en ninguna parte, ¿no será que te has confundido y sea otro nombre?

El pálido negó con una pequeña mueca. Tristemente tenía una gran memoria y no podría olvidar aquel nombre por más que quisiera, además, Jungkook lo repetía tantas veces que le hubiese extrañado no aprendérselo.

― Me temo que no Jin.

Se sentó y se cruzó de brazos mientras esperaba al torpe de Kim NamJoon.

― SeokJin, ya es tu turno, date prisa. ― Escuchó que decía alguien antes de aburrirse completamente y dejar de prestar atención a todo su entorno.

➵

― ¿Me buscabas?

Alzó su mentón y vio a NamJoon con una diminuta sonrisa mientras sostenía aquellas brillantes llaves. Se levantó de inmediato, había esperado demasiado para poder ver unas estúpidas grabaciones.

― Buscaba tus llaves, las que tienes en la mano. ― Señalo la mano del chico, la cual las sostenía con firmeza. ― Necesito entrar y ver las grabaciones de la noche anterior.

Creyó que le iba a costar un poco más convencer al moreno, pero nunca esperó que se las tendiera de inmediato con total confianza. Aunque eran amigos, seguramente fue por eso que confió en él.

― Ten, se me cansa la mano. ― Tomó de inmediato las llaves, con una ceja encarada. ― No me mires así YoonGi. Necesito ir rápido al baño, pero se las tengo que dar alguien para que se haga responsable mientras yo no estoy.

Y se fue corriendo hacía el baño, sin dejar decirle ni una palabra a YoonGi, quien dejó de mirar hacia el pasillo en donde se había ido el chico luego de un tiempo, y giró sobre sus talones para abrir la puerta.

― Veamos, por dónde debo empezar a buscar.

Buscó, realmente probó con todo, pero no encontró ni una cinta con aquella niña. Ni siquiera pudo encontrar una con Jungkook caminando por los pasillos de ontología. No hubo ni rastro de aquellos dos.

Y aquello le hizo plantearse si, todas aquellas historias que explicaba Jungkook realmente eran ciertas o solo eran eso, historias inventadas por él para intentar afrontar su cáncer.