Capítulo 11.

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― He oído que odias la azotea. ― Le dijo Izanami en el marco de la puerta. Mantenía su característica sonrisa de soberbia, ahora incluso más amplia que otras veces. ― ¿Es eso cierto, Jungkookie?

Cruzó sus escuálidos y blanquecinos bracitos a la espera de la respuesta del niño, que al escuchar la pregunta se quedó en blanco. Sabía a la perfección que si le respondía con un rotundo sí ella le iba a acorralar y, si le decía una mentira, Izanami descubriría que le había mentido y querría saber el porqué.

A veces, le daba miedo el solo mirarla. Para él, era terrorífica Tsuki Izanami.

― Hace un día resplandeciente Izanami, ¿verdad que sí? ― Intentó por todos los medios posibles intentar cambiar el curso de la conversación, pero ella era demasiado astuta como para tragarse semejante bobada.

― Cada vez que mientes un gatito muere, recuérdalo. ― Advirtió, sentándose en una silla que había delante de la camilla de Jungkook. ― Es de noche y, además, ¡no me intentes cambiar de tema!

El castaño dio un brinco cuando escuchó el repentino grito de ella.

― Vamos, Jungkookie, no haré nada si me dices que lo odias. ― Tomó las manos del pequeño entre las suyas y lo miró suplicante con aquellos castaños orbes que siempre cautivaban al niño sin excepciones.

Siempre acababa cayendo ante sus suplicas.

― Esta bien, te lo diréee. ― Suspiró derrotado. ― No es que odie la azotea, creo que es un lugar bonito al que ir, pero no me gustan las personas que van ahí, eso es todo.

Jungkook, durante toda aquella oración observaba su edredón con puro temor al ver la reacción de ella. Esperaba que apretara indignada sus manos; que se fuera hecha una furia; pero nunca creyó que soltara un gemido de emoción contenida. Aunque aquello también le conllevaría a grandes problemas.

― ¡Entonces vayamos a la azotea! A mi me gusta ese lugar y a ti no te disgusta, será genial. ― Le sonrió, ahora sin esa singular soberbia suya por su parte. ― A demás, me acuerdo que aún debo enseñarte una sorpresa ahí Jungkookie.

― De acuerdo. ― Se levantó de la camilla y se puso unas zapatillas con estampado de conejito para ir por el hospital. ― Pero que sea rápido, YoonGi hyung se enfadará mucho si se entera he vuelto a ir sin un adulto.

La pequeña le sonrió y, como siempre, tomó su manita para poder guiarlo aun si el niño se sabía el camino de memoria.

― Despierta Jungkook. ― Movió con suavidad al niño, quien dormía tan plácidamente que hasta daba pena despertarlo. ― Venga Jungkook, que hoy debes hacer muchas cosas y ya es tarde.

El niño, al escuchar tantas quejas del doctor abrió los ojos con pereza. Primero uno y luego de un largo tiempo el otro hasta poder sentarse en la cama a duras penas. Miraba a la nada, sin poder escuchar muy bien las palabras tan largas que utilizaba el mayor por culpa de su sueño.

Talló, aun dormido, sus ojitos medio cerrados.

― ¿Por qué tan cansado hoy? ― Le preguntó fatigado de tantos intentos por despertarlo y cada uno de ellos terminando por fracasar.

YoonGi sujetó a Jungkook entre sus brazos y lo llevó hasta el baño que, por suerte la suya, estaba a unos dos o tres pasos de la camilla del niño.

― Izanami vino ayer por la noche y me obligó a ir con ella hasta la azotea. ― Admitió a punto de volverse a dormir. ― Estuvimos buscando la puerta de la azotea por media hora y luego vimos que estaba cerrado, tuve mucho miedo hyung.

El doctor dejó al niño en el suelo para que hiciera sus necesidades y encaró una ceja, totalmente descolocado por las palabras de él.

― Jungkook, estuve despierto toda la noche porque no podía dormir, no podrías haberte movido sin que yo lo supiera.

Giró sobre sus talones hacia el pequeño para ver como se había quedado totalmente dormido otra vez, ahora sentado en la taza del váter, y sin escuchar ni una sola palabra que le había dicho.

Aún con su gran intriga por las palabras del niño, suspiró e intentó volver a levantarlo para que se alistase de una vez.

Izanami ➵ BTS;; jeon jungkook [BD #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora