Capítulo 10.

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"¿El mundo daba vueltas o acaso era él?"

Esa pregunta llevaba un largo tiempo rondando por la cabeza del niño. Se sentía extraño, con un sentimiento en el pecho que dolía, pero no era culpa de su nueva enfermedad. YoonGi hyung decía que su continuo dolor en el pecho era debido a un sentimiento terrible, la tristeza.

Así que, cuando le dijo con un semblante tan serio aquello, llegó a asustarse tanto que de inmediato se levantó de la camilla y parece ser que se mareó por culpa de sus impulsos. Pero como el doctor Min pensó que debía ser debido a no salir por un largo periodo de tiempo, lo dejó ir a la azotea acompañado, obviamente, de él.

― ¿Te gusta respirar aire fresco? ― Miró al niño encogerse de hombros, sentado en un banco mientras mecía sus pies. ― Es bueno para tus pulmones y también lo es que salgas, aunque sea, a la azotea.

Sin embargo Jungkook no creyó ni un pelo sus palabras. Odiaba salir y aún más a la azotea. Sí, en un principio le agradó la idea de ir, hasta unas diminutas esperanzas de encontrarse con Izanami comenzaron a florecer, pero todo se vio derrumbado al ver como era la gente allá.

Giró la cabeza cuando el doctor comenzó a hablar de lo bueno que era el aire puro para sus enfermos pulmones y muchas otras palabras que no quiso ni le interesó escuchar. Tenía unas cuantas dudas sobre si de verdad aquel aire en específico era tan bueno para él puesto que solo había mayores fumando, importándoles poco pacientes como él.

Le deprimía estar ahí aun si era con su hyung, era más triste que estar encerrado en una habitación sin nadie más que su propia compañía. Las personas de la azotea eran seres vacíos, no pudo encontrar ni un alma dentro de esos oscuros ojos. Todos tenían unas expresiones tan serías e inescrutables que quería hasta llorar ahí mismo. Odiaba ver incluso como algunos de los pacientes fumaban con unos ojos igual de vacíos y unas expresiones tan serías, carecientes de sentimientos.

Le recordaban tanto a unas pipas que Min YoonGi llevó consigo uno de los tantos días que lo fue a visitar. Comieron toda la parte de dentro, pero luego vio sus envolturas tiradas en un pañuelo y lloró sin entender el por qué de su propio llanto. Ahora, no obstante, pudo lograr entenderlo todo.

Descubrió que todos aquellos que pisaban un hospital, fuera cual fuera, perdían su esencia. Con el tiempo perdían ese algo que los hacía especiales hasta rendirse. La vida les hizo un jaque y mate y solo tuvieron la opción de dejarse vencer al igual que un hombre que, con un cáncer de pulmón similar al suyo, estaba fumando ahí mismo frente a sus ojos.

Aunque aquellos pensamientos eran solo la punta del gran iceberg que, sin quererlo, se había formado dentro la cabeza del pequeño.

Miró a una niña con una edad similar a la suya, observando el suelo con la mirada perdida. Estaba vacía, sin ninguna clase de sentimientos en ella que fue en ese punto de la historia en donde volvió a tener esas inmensas ganas de llorar, las mismas que cuando vio esas pipas que YoonGi y él habían comido, ser tiradas a la basura.

¿Acaso todos los que se habían rendido serían desechados a la basura igual que esas pipas?

¿Acaso todos los que estaban en esa azotea no querían aferrarse a una mera esperanza?

Pero aquellas preguntas solo eran para distraerse de la verdadera y aterradora duda que estaba implantada con pegamento extrafuerte en su cabeza:

¿Acaso él se convertiría en alguien igual a ellos, un cascaron vacío y sin ganas de querer siquiera intentar solo un poco más alargar su vida?

― Tengo miedo hyung. ― Cogió la muñeca del doctor, quien miraba al cielo pensativo. ― Volvamos a la habitación, creo que he empezado a odiar este lugar.

¿Dónde quedó el quererle hacer un pulso a la mismísima muerte y proclamarse vencedor?

Dejó de mecer sus piernecitas que aun no llegaban al suelo y se levantó con un inusual semblante serio, siendo seguido por un preocupado YoonGi que solo hacía más que preguntas sobre si le dolía cualquier cosa y si se encontraba bien. Decidió solo ignorarlas.

Talló sus ojos llenos de puras lágrimas y, en una voz sumamente baja juró no volver a pisar la azotea, aun si no pudo llegar a cumplir su propia promesa llena de dolor y miedo.

Izanami ➵ BTS;; jeon jungkook [BD #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora