El pequeño Jeon se puso de puntillas, intentando observar una vez más su reflejo en el espejo. Con el ceño fruncido y esos sonrosados cachetes inflados que mantenía con firmeza, volvió a internarlo solo una vez más, sin ningún éxito.
Apoyó todo su peso en la pila de piedra toda blanca y se impulsó hacia arriba para poder ver a su reflejo hacer extrañas caras que, como él decía, eran terroríficas.
― Jungkook, ¿qué no entiendes sobre reposar? ― Preguntó el doctor, recostado en una de las camillas de la otra habitación. ― Deja lo que estés haciendo y ven, no quiero que empeores.
Cuando finalmente pudo verse, el niño sonrió al espejo con malicia. Estaba practicando para poder asustar a Izanami, tal y como ella había hecho una de las muchas noches que habían coincidido en el hospital.
― ¡Recibido hyung!
Corrió hasta sentar todo su peso en la misma camilla que estaba YoonGi, puesto que él siempre le brindaba aquella calidez que lo tranquilizaba aún si le dolía el torso. Su hyung favorito siempre estaba ahí para él, silencioso y cauteloso de no hacerle ningún daño. Era igual que un ángel guardián.
Su propio ángel guardián.
― Y dime Jungkook. ― Habló luego del silencio que se había formado. ― ¿Qué estabas haciendo tanto tiempo en el baño?
El doctor no lo miró cuando preguntó aquello y suerte la suya, porque podría haber visto como su rostro se tornaba igual que un tomate.
Hizo todo eso por Izanami, para demostrarle que él también podía asustarla y sorprenderla como ella lo había hecho. Hacerle ver que no era solo un niño temeroso que, si no sujetabas su mano, ni siquiera tenía fuerzas suficientes como para dar un solo paso en un pasillo a oscuras.
― Umh...
Buscó como pudo una excusa, era demasiado vergonzoso decirle quién era Izanami, pero no encontraba algo convincente. Era muy difícil poder mentir a su hyung porque él con perspicacia siempre lo acababa atrapando. Decidió guardar silencio ya que si no hablaba no le diría una mentira con la que podría ser atrapado.
Se colocó de lado y cerró sus ojitos con vergüenza al ver en un pestañeo la imagen de Tsuki sonriéndole y arrugando su nariz.
― Estoy cansado, le haré caso y me iré a dormir.
El pequeño escondió su rostro en la almohada logrando poder sonreír sin ser visto aún con sus mejillas todas sonrosadas por culpa de un infantil amorío.
― Claro, duerme. ― Habló acariciando la cabecilla de Jungkook el mayor mientras cambiaba de canal una y otra vez.
Pero dormir en esos momentos era lo ultimo que podía hacer el niño, ¿cómo hacerlo cuando cada vez que cerraba sus parpados, imágenes de una Izanami sonriente aparecía? ¡Era imposible! Y lo era aún más cuando un dulce sabor aparecía y bajaba hasta su estomago que se revolvía igual de vergonzoso que él.
Todos aquellos síntomas hacían que comenzara a patalear y reír como un niño de cinco años, ¡y él tenía seis!
Qué vergonzoso.
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Luego de unas largas horas dormitando en una camilla ajena a la suya despertó con la almohada llena de sus babas, cosa que a él no le dio asco, pero a YoonGi hyung sí.
― Jungkookie, sé que aún eres un niño, pero cuando salgas de aquí, cuando seas igual de mayor que yo, no deberás hacer eso. ― Le advirtió él, abotonándole el penúltimo botón de su nueva ropa de hospital.
Jungkook asintió, inflando sus cachetes por segunda vez en el día y dio un saltito en su sitio, levantando dramáticamente ambos brazos
― Lo sé hyung, ya me lo has dicho como... ¡Como doscientas mil veces! ― Sonrió tiernamente. ― Pero tengo una buena excusa, hoy no he tenido ninguna una pesadilla.
― Oh, ¿ahora la Luna vuelve a ayudarte a tener buenos sueños?
El niño negó apenado. Sabía, quizá hace semanas, que la Luna era su falso aliado. Creyó en el ella en un principio, vio su bondad al querer ayudarlo a ver sus padres, sin embargo, también lo traicionó.
Aquel horrendo satélite con un aburrido color era algo despreciable, como todos los que una vez dijeron estar con él. Era igual a mamá y papá, quienes lloraron al verlo la ultima vez que pudo estar junto a los dos y prometieron curarlo, pero desde ese día nunca más volvió a saber en dónde estaban.
― No, no es ella. ― Sonrió, enseñando sus dos grandes paletas. ― Todo es gracias a una amiga.
YoonGi sonrió perversamente.
― Y podría saber cuál es su nombre, Romeo.
― Se llama Tsuki Izanami y es preciosa. ― Volvió a sonreír, pero agachó su cabecita con vergüenza. ― Me gusta cuando sonríe, hace que mi tripita me haga cosquillas, pero odio cuando me pone tan nervioso que me olvide de hasta respirar a su lado.
Jungkook dejó de jugar con sus deditos con timidez para poder enfrentarse con los oscuros ojos del pálido doctor. Lo miró con seriedad.
― Hyung, ella es peligrosa para mí.
― ¿De verdad, Kookie? ― YoonGi sentía que en cualquier momento podría morir de amor por culpa del pequeño y su ternura. Soportó todo lo que pudo mordiendo su labio inferior para no reírse.
― Sí, incluso cuando me llevó una noche a la azotea para enseñarme algo y me dormí a su lado sentía que moriría con solo rozar nuestros hombros. ¡Casi muero de un ataque por su culpa hyung!
YoonGi frunció el ceño extrañado, ¿Jungkookie, su pequeño Jungkookie, había ido a la azotea sin un permiso y, para rematar, de noche?
― ¿Acabas de decir que has ido a la azotea o son imaginaciones mías?
Las manitas del pequeño cubrieron su boca con rapidez al percatarse de lo que acababa de revelar y abrió sus ojitos con temor.
― Ups.
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Izanami ➵ BTS;; jeon jungkook [BD #1]
Fanfic❝En donde Izanami no le temía a nada y, Jeon Jungkook, temía hasta respirar.❞ ➵ 🌹 7000% hecha por mí (@Cyxn_74). 🌹 Heterosexual. ❌Prohibida cualquier copia, adaptación o cualquier tipo de plagio. © Todos los derecho...