Capítulo 14.

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Jungkook sentía que si se detenía iba a desfallecer, que sus piernas no podrían ser capaces de poder volver a soportar su débil cuerpo otra vez, por eso, aun si los doctores le decían que parase, él no lo haría.

Su corazón latía a mil por hora con cada paso que daba en todos aquellos pasillos que había. Con cada impulso que sus piernas realizaban para poder correr hacía que se sintiera ahogado del solo pensar en las duras palabras de Min YoonGi.

"Izanami existe" se decía continuamente, aun si había empezado a dudar de sí mismo. Y, por tanto, les demostraría a todos que ella era alguien de carne y hueso. Le enseñaría a YoonGi que estaba equivocado, ella era real. Debía serlo.

Buscaba con desespero en la azotea, aquella que tantos recuerdos le traía y cuan especial era para su amiga Izanami, la única que podía llegar a comprender su continuo dolor en su martirio personal, el hospital.

― Izanami. ― Nombró con una voz esperanzada cuando hubo encontrado aquello que buscaba con tanto desespero: la puerta de la azotea. Apartó algunas lágrimas y volvió a sonreír al solo pensar en aquellos ojos miel aguardando por él detrás de aquellas puertas.

Entró de inmediato, empujando una puerta con las dos palmas de sus manos, y buscó con la mirada a Izanami. Cuando la encontrase iría directo hacia su hyung y le enseñaría que estaba equivocado. Sonrió y tomó asiento en el frio suelo, el mismo sitio que una vez Izanami palmeó para enseñarle una sorpresa que había preparado exclusivamente para él.

Abrazó sus rodillas y, con los ojos ahora cerrados, comenzó a contar, esperando con paciencia que aquella hermosa niña abriera las puertas.

― Despierta Jungkookie. ― Alguien, igual de menudo que la primera vez que lo vio, lo meneó con suavidad.

Entreabrió los ojos y pudo ver ese rostro que tan bien conocía.

― ¡Izanami, estas aquí! ― Se levantó e intentó abrazarla, pero ella negó cualquier contacto con él. El pecho de Jungkook se oprimió con dolor, ¿acaso ya no quería estar junto a él? ― Izanami, ¿qué sucede?

No entendía porque ahora ella se alejaba de él, ¿acaso no eran amigos?

¿Había hecho algo malo?

Jungkookie, debo serte sincera. ― Rascó su nuca con nerviosismo. Por más veces que lo llegara ha hacer, siempre le era difícil decir la verdad y confesar. ― ¿Recuerdas cuando dije que cada vez que alguien miente un gatito muere?

El niño asintió con una mueca en el rostro. Fue por ello que dejó de mentir, puesto que le deprimía solo imaginar a pequeños gatitos como él morir por culpa de una mentira.

― Pues creo que he matado a millones de ellos. ― Suspiró ella, sentándose en el suelo y palmeando su costado para que él se volviese a sentar. ― Desde que nos conocimos no te fui sincera. Todas esas excusas, cada promesa que hice, todas ellas eran mentiras, Jungkook.

El niño, quien dejó de escuchar los lamentos de su contraria, tomó su manita igual de helada que la suya con una gran sonrisa repleta de silenciosas lágrimas.

― No digas eso Izanami. ― Contempló los ojos de la niña con la misma intensidad que la primera vez, con el mismo amor que poseía desde el primer instante que la vio. ― Tu no has incumplido tus promesas, ¿no lo ves? No me duele cuando tú estás conmigo, encuentro la paz a tu lado y, lo más importante, soy feliz a tu lado Tsuki Izanami.

Ella negó, arrugando su rostro.

― No, Jungkook, tu no serás feliz a mi lado. ― Alejó su manita de la suya. Quería llorar de la terrible frustración que sentía en esos momentos. ― No podrás ser feliz al lado de alguien que su trabajo es terminar con la vida de los demás.

Y fue ahí en donde el pequeño hizo algo que nunca esperaría, sonreírle despreocupado. Enseñarle con su sonrisa sus grandes dientes de conejo mientras, sin querer, las lágrimas continuaban brotando.

― No te preocupes Izanami, desde el primer instante fui feliz junto a ti. ― Le ofreció su infantil manita con un toque aniñado, solo como él sabía hacer. ― Desde un principio supe que, aun si debía morir, te seguiría hasta nuestros finales, ¿qué me dices?

Ella lo miró dudosa y fue por ello que Jungkook añadió a sus palabras:

― Como tu dijiste, el universo nos tiene atados al hilo rojo del destino, así que, por favor, muéstrame esa sorpresa que tienes preparada desde el primer momento en el que te cruzaste por mi puerta. Muéstrame la felicidad que solo tú me haces sentir una última vez, Izanami.

Izanami ➵ BTS;; jeon jungkook [BD #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora