Amaia
Soy gilipollas. El maldito miedo de que Tony descubriera lo nuestro lo ha estropeado todo. Nunca he sido una persona que muestra sus sentimientos con palabras sino con actos y, definitivamente, con éste la había cagado. Ese no se le ha clavado en el pecho, lo sé por la mirada de confusión y dolor que me ha echado. Le quieres, pronto pero es la realidad. Entonces, ¿a qué le tienes miedo Amaia?
Termino de cantar y bajo del escenario, esquivo a varios tíos para irme a la barra con Alfred pero de repente veo a una chica rubia bastante mona hablando con él, me pongo de espaldas a ellos y comienzo a escucharlos, como ella quiere que beban y bailen, a lo que él se niega. Mi límite llega al oír como ella le insinúa que se vayan juntos, ¡qué cara! Le ha dicho que lo quiere en su cama. Doy la vuelta y aparezco por arte de magia.
-¡Alfred!- exclamo alargando la e de su nombre con cariño
-¡Hola, has estado genial!- su mirada de agradecimiento me llena. ¿Me has echado de menos?
-No ha sido para tanto, tú es que siempre me ves con buenos ojos- afirmo sonriendo
-Yo solo digo lo que pienso- sonríe dejando sus palas separadas a la vista. Me derrito y, la de al lado mía también. Está hablando conmigo, chica.
Rió y le doy las gracias, a lo que me responde con un gesto tranquilo.
-¿Me podrías poner algo?- pregunto dulcemente
-¿Lo de siempre?
-No, hoy me apetece cambiar. Sorpréndeme como anoche, guapo- una sonrisa pícara ocupa nuestras caras, solo él y yo sabemos lo que ha pasado. ¡Dios, qué ganas de tenerlo entre mis piernas! Se gira a prepararla, mientras sentía la atenta mirada de la rubia, sonrío y hablo.
-Hey¡- pongo mi mejor cara de falsa tratando de no ser desagradable
-Hola- responde seca
-¡Anda si hablas español! ¡Encantada soy Amaia!- me acerco a darle dos besos pero me topo con su mano de por medio, no le caigo tan bien como él.
-Yo me llamo Nerea y por cierto, cantas genial seguro que tienes a muchos chicos detrás, por lo que he visto- sonríe, aparentando indiferencia- Aunque no tienes cara de perder el tiempo con camareros sino, con gente de tu talla- intentas menos preciarlo porque crees que solo te lo voy a quitar para usarlo como un pañuelo. Si tú supieras.
-Son solo admiradores, yo ahora mismo estoy centrada en uno en concreto- sonreí y miro hacia Alfred, quien se gira para darme una copa y dedicarme una de sus sonrisas derrite piernas para atender a otros clientes
-Pues tiene pinta de estar soltero o algo porque con esas miradas que les echa a todas parece que no se centra mucho en ti- hace una mueca de pena y veo alegría en sus ojos.
Mi paciencia contigo ha terminado. Que arda Troya. Dirijo mi vista hacia él, se acerca a nosotras fijándose en mí al igual que yo en él.
-A ti y a todas os echará miles de miradas pero la que se lo lleva a la cama soy yo, bonita- acabo satisfecha con mi trabajo cuando un alegre Alfred llega y me agarra de la cintura
-He conseguido un descanso de 45 minutos.
Nerea sonríe orgullosa y comienza a levantarse para ir a bailar pero se le cambia la cara drásticamente cuando Alfred continúa.
-Lo siento Nerea, pero Amaia me debe unos bailes.
Se marchó muerta del asco mientras yo me proclamaba victoriosa, entramos a la pista y empezamos a bailar muy pegados. Llevábamos cerca de 5 minutos bailando y acariciándonos cuando Alfred se acerca a mi oreja y habla.
-¿Qué es eso de que eres la única que me llevas a la cama? Amaix, ¿acaso estás celosa?- pregunta sensualmente
-Solo he dicho la verdad, y además esa chica te estaba sobando demasiado
-Bueno, a ti muchos tíos te soban y yo no les digo nada
-Pero es que yo huyo de ellos, tú te has negado a esa chica pero no se alejaba así que he tenido que asustarla.
-Espera, ¿has escuchado nuestra conversación?
Respondo con un uhm afirmativo y prosigue
-Sabes que eso está mal, ¿verdad? No puedes escuchar conversaciones privadas- dice con voz ronca
-¿Vas a hacer algo al respecto?- susurro entrecortada por su boca en mi cuello
-Voy a castigarte y empezaremos ahora.
Me coge de la mano y vamos hasta el baño de mujeres, entramos y comenzamos a devorarnos. Tras mucho toqueteo, chupetones y besos aumentamos la intensidad, baja su mano hasta mi clítoris y lo acaricia por encima de la ropa interior, suelto un gemido. Pega su miembro abultado en el pantalón a mi sexo y los roza, otro gemido. Lo quiero dentro, duro y salvaje. Intento desabrocharle los pantalones pero se queda en eso por una inoportuna alarma que empieza a sonar, era suya, avisándole de que los 45 minutos de descanso habían acabado. Se recolocó la ropa y se dispone a salir, lo paro.
-¿Me vas a dejar así?- le cuestiono excitada, estoy muy caliente y me quiere dejar así ¿Es tu forma de venganza?
-Te dije que te castigaría, y solo acabo de empezar
Dicho esto se fue a atender copas, yo a seguir cantando y evitando tíos, contando los minutos para llegar a casa y continuar con mi castigo.
A veces, el miedo hace que digamos y actuemos de manera distinta a lo que nos gustaría :(
Aunque ellos lo han "arreglado", todavía queda mucho camino por delante y,sabemos que todos tienen curvas, pero, hasta entonces, disfrutemos que ya habrá tiempo para las preocupaciones :p
Yo me despido y os pido que le deis apoyo, nos vemos pronto :)
Dato sin importancia: somos más de 1.5K de lecturas y me hacéis cada día más feliz :3

ESTÁS LEYENDO
Volver a empezar
FanfictionAlfred, un muerto andante en una vida que dejó de tener sentido para él hace mucho tiempo, toma una aventurada decisión que cambia su vida por completo. Además, conocerá a gente que le ayudará en este cambio tan intenso.