Capítulo 19

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Amaia

Hace tanto que no me sentía feliz que se me había olvidado que era. Desde que apareciste le has dado un giro a mi vida. Yo, la del sexo sin amor y noches sin calor, ha encontrado el amor. Uno que se veía amenazado pero no por mucho tiempo.

Te mueves entre las sábanas buscando mi calor, pegas tu cara a mi pecho mientras acaricio tu pelo. Te quiero, y tú a mi también ¿Puedo pedir algo más? En realidad, sí pero es algo de lo que no voy a hablar ahora, solo destruirá nuestro momento además, te vas desperezando y adoro tu cara mientras te encuentras con mis labios.

-Buenos días- saludo estampándote un beso

-Así sí que lo son- respondes con una sonrisa y abres tus ojos- Te quiero- susurras con purpurina en tus dos orbes oscuras

-Te quiero- es lo último que digo cuando te abalanzas sobre mí y nos perdemos entre nuestros cuerpos.

Andamos cogidos de la mano y muy acurrucados como dos enamorados, que es lo que somos. Llegamos al bar y allí nos encontramos a nuestra amiga que, en cuanto nos ve, se dirige a ti y te abraza pidiéndote disculpas por todo lo ocurrido pero, entre todas las palabras soltadas a través de su asquerosa boca, oigo que quiere explicarse y si la puedes acompañar fuera, mi cara tiene que ser un poema ya que me la acaricias prometiendo tranquilidad. Te vas y siento miedo.

Suelto mis cosas y me encuentro con una llamada perdida de Aitana. ¡Dios Aitana! Me había olvidado de contarle toda la historia y estaba impaciente. Marco y ni hacen falta ni dos pitidos para escuchar un grito y una reprimenda mientras me disculpo.

-Bueno, te lo perdono si me cuentas todo, con pelos y señales, sobre lo que ocurre entre Alfred y tú.

-Me quiere- suelto tranquila

-¿¡Qué!?

-Y yo también le quiero- continúo emocionada

-¡Amaia, esto es increíble!- grita igual que yo- Tú, la que no se enamora ha acabado haciéndolo, no me lo puedo creer.

-Pues te lo crees porque es la verdad

-¿Y cuándo tendré el placer de volver a ver al que ha roto el hielo de tu corazón?

-De verdad, eres un caso

-Aún así me quieres pero no te vayas por las ramas, responde

-Creo que lo llevaré a la cena del sábado- comento tímida

-Vale, por la mañana eres mía, necesito cotillear sobre tu nuevo amor

Antes esa ocurrencia no hago otra cosa más que reír por lo parecidas que somos mientras afirmo el plan.

-Una última pregunta, ¿folla bien?- pensaba que iba a ser más filosófica pero no ha cambiado

-Solo te digo que ya he recibido muchas quejas de vecinos- respondo haciendo que estallemos a carcajadas

-Era broma, aunque gracias por la información. Ahora en serio, ¿qué sientes cuando estás con él?

-Una explosión continua sin final y que estoy cachonda todo el rato afirmo con verdad

-Me alegro- ríe, puedo notar como sonríe y me saca otra a mi- nos vemos el sábado a las diez en tu casa, no te quedes dormida ¡Te quiero!

-No lo haré y yo también te quiero, adiós

Cuelgo con una sonrisa saliendo del almacén y me dirijo a la barra pasando por la puerta del local.

Allí lo descubro.

Sus labios sobre los de él, lágrimas en mis mejillas y tacones sonando al correr, tus gritos desesperados, un fuerte pitido ligado al sonido de un coche contra un cuerpo. Se hace el silencio.





¡Aquí estoy!

Los exámenes y entregas de trabajos han disminuido aunque esta semana continúo pero me sabía mal dejaros sin capítulo después de tanto tiempo, espero que os guste y comentéis. Vuelvo dentro de poco, seguramente os sorprenda.

¡Hasta muy pronto a todxs! :)))

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