Capítulo I: El comienzo.

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Las noticias no paraban de cesar por todo el barrio. No. Más bien por todo el planeta Tierra. Los periodistas no daban crédito a lo que estaba sucediendo. Y no son los únicos. La gente intentaba buscar algún tipo de razón para que esto ocurriese. Pero ¿por qué tanto barullo? Solo hay una razón: desapariciones.

En estos últimos años, las desapariciones han ido multiplicando. Y lo curioso es que desaparecen mujeres jóvenes que no dejaban rastro alguno. Unos cuantos informes recogen de que ciertas personas vieron una especie de luz y se llevaban a las chicas. ¿Un ovni quizá? ¿Puede que haya indicios de vida extraterrestre en el espacio? Solo eran simples rumores de esa gente que solo quieren llamar la atención. Ser famosos por ver algo que no es verdad.

Los familiares lloraban y suplicaban a los raptores que devolviesen a sus hijas, novias, nietas... E iban en aumento y nadie entendía el porqué. Ahora las mujeres jóvenes tienen más cuidado porque ya ni sé fiaban de la gente, sobre todo de los hombres. Caminan por las calles y callejones inseguras. Pedían al gobierno que deben impedir a toda costa que esto siga creciendo. El miedo las invadía poco a poco. No se sienten seguras. Esto es lo que estaba sucediendo hoy en día en el planeta.

—Y aquí terminas las noticias. Espero que tengan una buena tarde. Nos vemos mañana.

—Como no hagan algo, todas estaremos en la mierda absoluta.

Una joven chica apaga la tele ya escuchando suficiente de aquellas noticias. La verdad es que era lo mismo todos los días. Desapariciones. Mujeres. Gobierno. No había otra cosa y era preocupante para cualquier persona. Estira todo su cuerpo por estar todo el tiempo sentada con el ordenador encendido para terminar un proyecto de investigación. Y pronto tiene que apagarlo ya que debe marcharse a clases de karate. Le encantaba dar paliza, sobre todo a los hombres que la consideran una débil. Ha ganado cientos de campeonatos y casi todo el mundo la tiene respeto.

Da leves golpes en la mesa a modo de preparatorio. Era una forma de decirse así misma que es lo que tiene que hacer. Hasta que escucha como su móvil suena recibiendo una llamada de alguien. «¿Quién será?», lo coge para ver la pantalla del móvil.

—Agh que pesado —descuelga para coger la llamada.— ¿Qué pasa Mario?

—Perdona ___, pero ¿ya estás yendo a las clases?

—No, dentro de poco me voy ya que estoy haciendo una cosa.

—Si quieres puedo recogerte. —La joven rueda los ojos ya sabiendo perfectamente que es lo que significaba: intenta ligar con ella.

—Mario te recuerdo que yo tengo coche —rectifica ___ apagando el ordenador.— Y tengo que recordarte que no eres mi tipo.

—Eso me ha dolido.

—Soy directa, joder. Pero parece que tú eres un idiota.

—Y sabes que no me voy a rendir tan fácilmente.

—Hasta que te dé una patada en los huevos —alza un poco la voz.

Ella y Mario se conocen desde que estuvieron en el parvulario y aquel chico intentaba por todos los medios en llamar su atención. Él siente cosas por ella, algo que ___ no lo aceptaba. Le hizo la friendzoneada del siglo y lo seguirá haciendo hasta que Mario se dé cuenta que es una tipa de roer y no andaba con rodeos cuando hablaba en serio. Escucha un leve suspiro detrás de la llamada. Eso era el significado de rendición, pero solamente este día.

_Está bien, pero no vayas como una loca —comenta Mario,— que eres un peligro en la carretera cuando coges el coche.

—Te agradezco tu preocupación, pero no hacía falta.

Hall Lókë (One Piece x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora