Hall Lókë (One Piece x Reader)

Capítulo III: Taka no Me

El camino se estaba haciendo largo para ___. Mira que estaba acostumbrada a los entrenamientos forzosos de sus maestros, pero esto de caminar no era suyo. Tiene que detenerse cada dos por tres ante la atenta mirada de aquellos dos únicos hombres acompañantes de este viaje. La verdad es que ya estaban lejos de aquella ciudad un tanto peligrosa, el lugar de trabajo para Paulie. Ya pasaron días de eso, pero parece que fue ayer cuando se marcharon. El pelirrubio no daba crédito que estuviera con Hall Lókë, la guerrera que todos hablaban. Y él era un simple Mändra que debe proteger. ¿Por qué el destino tuvo que ser cruel con él? No puede negar a esta casualidad. En lo más profundo de su ser sabía que esto iba a llegar muy pronto. La noche caía nuevamente y deben aguardar fuerzas para el día siguiente.

Rayleigh compró suficientes sacos de dormir para que todos no se muriesen de frío. También se encargaba de prender fuego a unas leñas que encontraba Paulie de casualidad. Y en cuanto a la comida, no habría ningún problema tampoco. Aún la joven ___ debe acostumbrarse a la comida de allí. Era un tanto rara y su lengua aún no estaba adaptada a tales sensaciones nuevas. De vez en cuando, miraba a Paulie quien estaba tranquilo ante la situación. Ella supuestamente tiene poderes místicos, debería de leer la mente de cualquiera. Frunce el ceño a modo de intento. El chico al notar una mirada clavada en él, alza un poco encontrándose con una escena bastante divertida que no pudo evitar reír.

—Pero ¿qué demonios estás haciendo?

—Rayleigh dijo que tengo poderes místicos e intentaba leer tu mente —confiesa.

—Eso es con mucha práctica —habla Rayleigh ya sentándose en su sitio.

—¿Entonces puedo leer mentes? —La ilusión de ___ incrementó al saber esa noticia.

—Te aseguro que no tienes que leer nada. —Paulie se ha acostumbrado al tener su presencia cerca. No le desagradaba la chica.

—Puedes hacerlo —responde el anciano mirando a la chica.— Y como te dije conlleva mucha práctica.

—No será difícil —lleva las manos a la cabeza a modo de apoyo.— Soy cinturón negro en karate, no tengo dificultad.

—¿Karate? ¿Qué es eso? —pregunta Paulie.

—Es un estilo de pelea —explica,— y lo de los cinturones pues es una demostración de nivel y yo estoy en el cuarto nivel; es decir, casi cerca a la maestría.

El pelirrubio escuchaba con atención la conversación que daba la joven. Conocer un poco la cultura de su planeta no era malo después de todo. Ella no sabe nada de este mundo ni él de suyo y si iban a colaborar, deben entenderse uno del otro. Una risa proveniente de Rayleigh llama la atención de ambos.

—Para que tengas poderes místicos necesitas mucho entrenamiento —toma la muñeca de ___ un momento acariciando con su pulgar el tatuaje,— y equilibro en cuerpo y alma. —Lo alza para que observase detenidamente.— Sin eso, es difícil que puedas controlar aquel poder que duerme en tu interior.

—... Dudo mucho que sea Hall Lókë.

—Lo eres.

—No lo soy. Piensas que soy esa guerrera que habla todo el mundo, puede que cualquier chica tenga esta marca.

—Pero tuviste una conexión con él —fija los ojos en Paulie quien no decía nada.— ¿Eso no demuestra que lo eres?

Ahora ambos se miran a los ojos como queriendo descubrir algo. ___ recuerda aquel momento. Cuando su mano se juntó con la de él, lo notó. Una sensación agradable y electrificante que recorre por su columna vertebral, su cerebro y su corazón, como si hubiera recibido algún tipo de adrenalina. ¿Será así con los otros nueve restantes? ¿Y dónde estarán ahora? ¿Cuánto tiempo les llevará? Suspira con tantos pensamientos en la cabeza que apoya la barbilla en sus manos cerrando los ojos.