Capítulo ocho.

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Esperaba que Saúl llegará a la casa, sentada en el sofá, muchísimas cosas pasaron por mi mente hasta que escuche el ruido de las llaves y la puerta abriéndose. Me levanté cruzandome de brazos.

-Hola amor--Me sonríe-- Como estuvo tu día--Viene hasta mi y besa mi mejilla

-Tenemos que hablar Saúl, vamos a el despachó--Lo dejó atrás y voy

El me sigue y se sienta frente a mi, tomó aire y lo veo

-Quien es Carolina y por que dice que tiene una hija contigo--Lo veo tensarse-- Saúl cuantos años tiene la niña

-Tiene dos años y tres meses--Baja la mirada y yo suspiro

-Por que Saúl--Lo veo

-Ya nunca estabas en la casa, casi ya no te veía--Se escusa-- Se que fue un error

-Sabes que no es escusa verdad, yo confíe en ti y en la primera oportunidad me haces esto

-Lo se fue una estupidez--Se levanta

-Ademas tienes una niña con esa mujer Saúl--Cubro mi rostro con las manos

-Me perdonas--Gira mi silla y se arrodilla abrazando mis piernas-- Te juro que después de esa vez no la volví a buscar

-Y tu hija que Saúl, la vas a abandonar? Mira yo puedo estar esperando un hijo tuyo, no me cuido y tu tampoco. Harías lo mismo con uno nuestro? Ah no perate tu ni siquiera quieres tener uno conmigo--Me levanto

-Entonces me haré responsable de la niña--Se levanta tras de mi

-Es lo mejor que puedes hacer, hasta que se me pase el enojo no te quiero en mi cuarto--Lo dejó ahí

Subo a el cuarto y me acuesto en la cama abrazando mi almohada, soy cornuda desde hace tiempo y no me di cuenta. Comienzo a llorar, me sentía horrible.

Los días iban pasando, volví a la constructora pasaba más tiempo ahí para no ver a Saúl pero ese día no me sentía bien y me regrese temprano a la casa. Al llegar me fui a acostar al sofá, Saúl al verme llegar va hasta mi.

-Alta tenemos que hablar, por favor es importante--Se sienta frente a mi

-De que quieres hablar--Me siento y lo veo

-Carolina está muriendo, la custodia de Luana pasará a mi

-Luana?--Lo veo

-Asi se llama mi hija--Dice y se sienta junto a mi-- Se que no soy nadie para pedirte algo pero puedes estar esperando un hijo mío--Pone la mano sobre mi vientre-- Quiero hacer las cosas bien, antes de que tomes una decisión piensa en nosotros con cariño por favor

-Que es lo que tiene Carolina--Me levanto

-Cáncer terminal--Me mira

-Bien deja que piense y analice bien las cosas, por ahora seguirás en el mismo cuarto. No te quiero en mi cama 

El asiente y me voy a acostar estaba algo mareada con tanta información, si no fuera por que Carolina necesitaba de Saúl para cuidar a su hija, jamás me hubiera enterado de nada, miro el techo pensando en lo que quiero de ahora en adelante.

Sin darme cuenta me quedó dormida, a la mañana despierto por que siento que jalaban mis sábanas, me siento pero no veo a nadie. Noto como jalan las sábanas y miro hacia abajo.

Una niña de ojos cafés al igual que el cabello intentaba treparse a mi cama, me sonríe y levanta sus bracitos a mi la cargo sentandola a mi lado.

-Debes ser Luana--Al decir su nombre ella me mira-- Te pareces mucho a el--Acaricio su cachetito y ella me sonríe

Me acuesto viéndola jugar con sus piecitos, Al notar que la observaba sonríe y se acuesta junto a mi. Toma mi mano jugando con mis dedos.

Puede que Saúl halla metido a la niña a mi cuarto para enternecerme el corazón y el muy condenado lo logró. Puede que la decisión que tome sea una estupidez pero la vida se trata de aprender de tus errores No?




Entonces Saúl vuelve o no? QUE DICE EL PÚBLICO?

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