09

204 31 0
                                    


-Puedes llamarme cuando termines-Habló Joel estacionando el auto en la gran entrada de la clínica- para pasar por tí.

-Gracias, pero ya te dije que puedo agarrar un taxi. Suficiente es con que me hayas traído.

Me quité el cinturón para abrir la puerta y salir, pero su mano sobre mi muslo me detuvo.

Mi piel bajo el calor de su mano se erizó.

-Al menos mándame un mensaje cuando llegues a casa- Dijo firme.

-Bien, ¿eso es todo?

El asintió quitando su mano de mi muslo y finalmente pude salir de su auto.

Joel no era muy expresivo conmigo, por lo que no sabía tantas cosas acerca de él, por eso evitaba entablar conversación, aunque Joel tampoco parecía querer hacerlo.

Después de todo nuestro vínculo es un contrato, trato de repetirme esto cada vez y así evito seguir sintiendo cosas hacía él que aún no entiendo que son.

-Señor Colón- preguntó la enfermera.

Me levanté del cómodo sofá para hacercarme a la puerta del consultorio

-Sí, soy yo.

-Muy bien, el Señor Pimentel le había reservado uan cita con la Doctora Evans, pero no pudo venir- Miró su tableta-espero no tenga ningún problema que el Doctor de Jesús lo revise.

-No, claro que no- respondí amablemente.

-Muy bien el doctor de Jesús lo espera- Adelante.

La enfermera se hizo a un lado para que pudiera pasar a el pequeño consultorio,

Ya adentro la enfermera sólo me sonrió y cerró la puerta.

-Señor Erick- Habló una voz gruesa detrás de mí

Es el doctor de Jesús, esperaba ver a un señor de avanzada edad.

Pero no era así, era muy joven para ser un doctor por lo que frucí mi ceño.

-Algo va mal- preguntó dejando su libreta a un lado ya que no respondía.

-Es que esperaba ver alguien- No me dejó terminar la frase.

-Mayor-Sonrió mostrando su dentadura perfecta.

-Si eso- me reí.

-No hay problema me pasa muy seguido, Muy bien Erick- asentí- puedes tomar asiento.

Hice lo que me dijo y puse mis manos sobre mis rodillas, estaba un poco nerviso, nunca antes había venido a un lugar así.

Porque nunca antes había tenido intimidad con nadie, si bien les hice unas mamadas a mis antiguos novios, porque nunca me gustaron las niñas, pero nunca llegue a tener sexo con ellos.

Aunque suene algo cliché, yo esperaba perder mi virginidad con el hombre indicado y en lugar maravilloso. Que fuera un momento especial.

¿Quién a los 25 años aún era virgen?

Yo lo era hasta que apareció Joel y me folló en un baño.

Que irónico todo esto, mi momento especial fue en un puto baño, con un hombre que le importa una mierda conmigo con tal de que yo le de mi culo.

Tampoco el sabía y yo no pensaba decircelo, después querría que le devolviera todo el dinero, cosa que no podría hacer por que gasté más de la mitad.

-Erick has escuchado lo que te he dicho- inquirió el Dr de Jesús.

-Eh no, lo siento- me roburicé- podría repetirmelo por favor.

-Con gusto- se levantó de su silla giratoria para sentarse en su escritorio y quedar frente a mí.

-Necesito que te pongas esto para poder revisarte- Me entregó una bata blanca- al fondo está el baño puedes usarlo para que te cambies.

Yo asentí dirigiéndome hacia el baño. Quitando toda mi ropa, quedando solo con la bata que tenía una enorme abertura en la parte de atrás.

Recogí mis pertenencias, y nuevamente estaba frente al Dr de Jesús. Que en ralidad era muy guapo.

Mordí mi labio inferior Estaba avergonzado por solo estar casi cubierto por una tela.

-No tienes por que estar nervioso, ni de que avergonzarte Erick- Indagó quitándome la ropa de la mano junto a mi cartera y celular, poniéndolos en un estante.

-Bien- susurré

-Sé que es tu primera vez aquí, por lo debemos estar en confianza para poder realizar esto-Fue hasta una cajita y sacó unos guantes de latex para colocarselos.

- Acuestate en la camilla, por favor- me sonrió otra vez.

Yo obedecí a lo que dijo para que empezara con el procedimento que fue en realidad muy rápido.

Aunque hubo momentos en los que pequeños gemidos salían inconcientemente de mi boca cuando tocó mi miembro o puso sus manos es mis muslos, espero y no los haya escuchado. Iba a pensar que yo era un pervertido.

-Ya hemos acabado Erick, puedes vestirte- dijo lo más normal, aunque en su frente habían pequeñas gotas de sudor.

Ya arreglado nuevamente voy hasta la pequeña silla.

-Todo parece normal a simple vista, aunque te mandaré a realizarte algunos exámenes para confirmar que todo va bien- se levantó se su escritorio para ir directo a unos estantes.

Rebuscó un poco y sacó varías cajitas pequeñas, volviéndose a sentar.

-Erick veo que tienes una vida sexual activa, por lo que deberás tomar dos de estas- me mostró la cajita- después de que hayas tenido relaciones sexuales.

- Sí doctor- contesté, mi rubor estaba al máximo.

El doctor solto una pequeña risilla.

-Puedes llamarme Zabdiel, probablemente seguirás viniendo para llevar tu control médico y chequeos cada mes. Te parece.

-Claro, doct...Zabdiel.

-Otra cosa más, supongo que su novio es el señor Pimentel ya que ha reservado su cita.

-Él no es mi novio- respondí rápidamente-bueno es algo complicado, pero nl es mi novio, aunque no debería estar comentado esto contigo.

-No tranquilo Erick, era simple curiosidad fue culpa mía. Eso es todo te acompaño a la puerta.

-Esta bien gracias.

Ambos nos encontrabamos de pie frente al consultorio.

Zabdiel dio un paso acercándose más a mí.

-Aquí está mi número, para que me llames si tienes alguna molestia con las pastillas o necesitas ayuda acerca de su uso- Su sonrisa no se borraba de su rostro

Mostrando una tímida sonrisa, tomé el pequeño papel para después alejar mi mano, pero la suya tomó mi mano evitando que la quitara.

Quedándonos un momento así

-Erick....- La voz ronca de Joel se hizo presente en el lugar.

Haciendo que reaccionara y instintivamente soltara mi mano del agarre de Zabidel y me moviera dos pasos atrás.

Para llevar mi ojos hasta un Joel con la mandíbula tensa y el ceño fruncido.

Todo por ti pequeño ╠Joerick╣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora