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ALIEN





Click

El pelinegro capturó nuevamente un hermoso retrato del amanecer. Amaba hacerlo, y por lo tanto esa era una actividad que no podía faltar el día de su cumpleaños.

—Esta es la buena —habló mirando con una sonrisa la imagen que acababa de retratar. Se quedó poco más de un minuto observándola hasta que algo dentro de su pantalón comenzó a vibrar.

Su alarma.

Tomó su celular, y procedió a apagarla. Se levantó del tejado, el cual estaba ubicado a unos cuantos pasos de la ventana de su habitación, entró a esta misma con mucho sigilo ya que sus padres y sus hermanos seguro que seguían dormidos.

Aunque, en realidad, era su alarma para que regresara a casa después de una hora de haber corrido, pero debido a que era un día especial, se había decidido por no salir. Y vaya que fue un esfuerzo realmente grande para el pelinegro, ya que a él le encantaba hacer deporte y más en las mañanas.

Lo primero que hizo fue tomar su celular, abrió la app de YouTube, y notó que ya habían comenzado a transmitir en vivo el partido de su equipo favorito.

Al pelinegro cada vez que veía cómo jugaban tan profesionalmente, le entraba ese sentimiento de ser como ellos, pero claro, ellos eran la selección de Corea del Sur, y él... Bueno él era el capitán de uno de los mejores equipos Juveniles de Hockey de Busan, ya era algo.

Su sueño siempre había sido poder entrar a esa selección, pero dado que era algo menor, pues aún no podía presentar el examen de admisión al INDCS o Instituto Nacional Deportivo de Corea del Sur, claramente llegaba a haber excepciones con las personas que eran vistas por alguno de los profesores y estos los elegían, aunque era extraño ya que debido a la exigencia del Instituto casi no habían casos así, pero de igual forma, se suponía que no era tan difícil el examen, ¿no?; sólo era presentar lo que sabes hacer, lo difícil era entrar entre tanta gente que presentaba aquella prueba.

Este año cumpliría 17, y eso definitivamente era algo bueno, ya que tenía la edad suficiente para poder entrar, y bien, seguir con su sueño de ser un jugador Olímpico. Aunque primero tenía que poder entrar a la larga lista de solicitudes del Instituto. De cierta forma, le relajaba que las pruebas fueran hasta febrero del próximo año.

Después de terminar la mitad de aquel partido, tomó su toalla y se metió a darse una ducha, al salir, tomó su uniforme y procedió a ponérselo, a diferencia de muchos, a Jeon vaya que le favorecía aquel pantalón escolar oscuro que remarcaba sus musculosas piernas. Peinó un poco su cabello, y salió de su habitación.

Bajó las escaleras, y con lo siguiente que se topó fue con su madre haciendo su desayuno favorito.

—Buenos días, cariño —la señora Jeon fue a estrechar entre sus brazos a su hijo mayor, y este último le correspondió de inmediato.

—Veo que ya despertaste —una voz firme se escuchó detrás de ellos, y unos segundos después los dos fueron cubiertos por dos fuertes brazos.

—¡Hermano! —los dos niños gritaron al unísono corriendo en dirección a la pequeña bolita en la cual estaba como centro Jungkook, sus padres se separaron y los pequeñines aprovecharon a colgarse del pelinegro para poder abrazarlo, y este los estrecho a los dos entre cada uno de sus brazos, correspondiendo a su gran abrazo —¡feliz cumpleaños!

Después de un rato todos se sentaron en la mesa, y desayunaron plácidamente, mientras que llenaban de felicitaciones al pelinegro.

—¿Listo para recibir más de cien regalos de tus admiradores hoy? —le preguntó su padre de cierta forma burlona mientras que iban de camino a su Instituto. El pelinegro rió.

Misión TaeMin [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora