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TAE





—Hy-hyung —gimió el castañito.

—Vamos, Tae; tú puedes.

—Hyung, está todo su peso sobre mí —volvió a decir. Su cara estaba completamente empapada de sudor.

—Ya casi, Tae, ya casi llegas.

—No lo creo, esto es demasiado para mí, estoy exhausto.

—No —suspiró e inmediatamente cayó contra el piso.

A ver, vamos a iniciar desde hace unos cuantos minutos antes para que comprendan mejor.






























































—Hoy es día de cambiar rutina —dijo el pelinegro, cosa que hizo que su contrario levantara una ceja confundido. —Hoy sí que no podrás caminar —el castaño sintió como si una corriente hubiera pasado por su columna, ya que el tono de su mayor había sonado algo macabro, sumándole que se había tronado los dedos de las manos.

—¿Qué vamos a hacer hoy, Hyung? —preguntó un poco temeroso de la respuesta del contrario.

—He notado que la rutina que te he puesto ya no te hace nada, y ahora que hemos estado ya con esa varias semanas te pondré otra, así que sin más reproches comienza a hacer sentadillas —y, sin decir nada, comenzó a hacerlas.
























































Y así terminamos con Jungkook arriba de Taehyung apuntó de terminar la última serie de lagartijas. O bueno, más bien, un desmayado Taehyung en el piso con Jungkook sobre él.

—¡Ánimo! —dijo levantándose el azabache y extendiendo su mano hacia el menor. Taehyung negó con la cabeza, realmente ya no quería levantarse nunca más, estaba verdaderamente cansado, Jungkook nunca lo había sobreexplotado. —Taehyung —su voz sonó firme —si no te levantas ahora, tendrás que hacer todo desde el inicio —sólo escuchó un pequeño sonido de reproche como respuesta.

—Hyung, no puedo, no me funcionan las piernas, creo que moriré —Jungkook rodó los ojos divertido.

—Bien, —se arrodilló frente al contrario —tal vez sí me pasé un poco.

—Mucho en realidad —el pelinegro le regaló una pequeña sonrisa, a la vez que llevaba una de sus manos hacia uno de los mechones castaños despejando la frente del menor. Le regaló una pequeña sonrisa y el contrario lo miró.

—Vamos, —pasó su brazo sobre la espalda del contario y luego sobre sus rodillas, y así fue como de un momento a otro Taehyung era cargado por Jungkook tal cual princesa —espero que el entrenador no me mate por no hacerte caminar —y sólo se escuchó la tierna risita del menor.

—Eso espero, Kookie Hyung —y dicho esto, Jungkook tomó las cosas de los dos y se fueron rumbo a su entrenamiento.















































—Hyung, —dijo Taehyung un poco tímido —tenga, es la camisa que me prestó la otra vez —se LA extendió —recién me acordé de traérsela, es que soy medio despistado —el contrario le sonrió.

—No te preocupes, quédatela. Igual a mí ya no me queda —el castaño se sonrojó un poco.

—Está bien —asintió —muchas gracias, Hyung —y ahora él le regaló una de sus tan encantadoras sonrisas cuadradas.


















































—¿Qué comes normalmente? —preguntó el azabache mientras buscaba no sé qué en su closet, —¿Estás alimentándote correctamente? —el castaño no respondió —Taehyung, sabes que la alimentación es importante, ¿no? —volteó a verlo, el contrario asintió —bien, entonces dime qué comes normalmente.

El menor comenzó a narrarle su alimentación diaria, bueno, no tanto.

—Tu forma de alimentación es muy mala, sólo comes comida chatarra, lo cual no te da ninguna aportación, así que te pasaré algunas recetas saludables que suelo hacer —volvió su vista al closet.

—Y-yo —titubeó nervioso —yo no sé cocinar, Hyung —Jungkook hizo un sonido afirmativo. El menor estaba completamente rojo de la vergüenza.

—No importa, supongo que tendré que enseñarte, además de que no son tan difíciles —por fin lo miró —ahora, pruébate esto —le arrojó una bolsa de tela —son camisas, tal vez te queden —el castaño asintió —si quieres vete a cambiar al baño, para que no pienses que te voy a violar —y por último recibió una nueva risita del más bajo mientras se adentraba al baño.





















































Genial, ahora nos dijo pobres sin decirnos pobres; ¡¿realmente cree que no tenemos el dinero suficiente para comprar ropa?!

































































Bien, ahora Taehyung se encontraba por lo menos con diez camisas nuevas que le había regalado Jungkook; pero además de eso ,un gran libro con recetas "fitness".

Y fue en ese momento en el que llegó a su casa, y simplemente se desplomó en el sofá a dormir.


















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Ah, por favor imaginen a Tae tipo 2013 (pero más rellenito) y a JK de 2016 :v.

Misión TaeMin [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora