Misión TaeMin [KookTae]

[32]

TAE / KIM

—Mañana no podremos tener la clase —habló el pelinegro mientras el castaño tomaba sus cosas.

—Está bien, Hyung —le sonrió.

—No vayas a pensar que es porque no quiero estar contigo, es que mi abuela viene de visita, y ella es estratosféricamente estricta, por lo que tendremos una cena y ni siquiera voy a poder venir al entrenamiento —habló rápidamente antes de que el castaño se fuera, pero sólo provocó una pequeña risita por parte del contrario.

—Está bien, Hyung —el menor salió de los vestidores y, de un momento a otro, cuatro pequeños brazos lo estaban rodeando.

—¡TaeTae! —dijeron los dos al unísono aún abrazándolo.

—Hola —les sonrió correspondiendo a su abrazo —oh, estoy sudado —los niños sólo lo abrazaron aún más.

—Niños, dejen a Tae —habló su madre —hola, Tae —dijo mirándolo a él.

—Hola, señora Jeon —le sonrió siendo correspondido.

—Hola, mamá —saludó el pelinegro acercándose a ella y depositando un beso en la mejilla de esta.

—Jungkook, ¿ya invitaste a Tae como te dije? —las mejillas de Jungkook adquirieron un lindo color carmín y terminó por negar; la mayor miró al castaño con una sonrisa —Tae, mañana vendrá mi madre, y quería saber si quieres ir a cenar con nosotros —tomó sus manos y Taehyung sólo se sonrojó y miró al pelinegro, este desvió la mirada.

—¡TaeTae tienes que ir! —hablaron los dos niños, el castaño los miró y pudo divisar que estaban haciendo un lindo puchero, odiaba cuando hacían aquello, ya que nunca les podía decir que no.

—Está bien, muchas gracias por la invitación, señora Jeon —le sonrió nuevamente.

—Entonces, ¿ahora sales con Jeon? —preguntó la pelirroja mientras tomaba de su licuado.

—No salgo con él, simplemente su mamá me invitó a cenar —viró los ojos teniendo como resultado un manotazo en su brazo —¡oye!

—No vuelvas a hacer eso, soy mayor, niñito —el menor asintió —así que... ¿por qué te invitaron?

—No lo sé, pero lo que me preocupa más es que estará su abuela.

—¿Y qué tiene?

—No lo sé, sólo que estoy un poco nervioso.

—Seh, vamos a tu casa, te arreglaré para que no hagas el ridículo con tus-

—¿Mis qué? —preguntó confundido.

—Mmm... no lo sé... ¿amigos? —ahora ella preguntó confundida —bueno, no sé, pero vayamos a tu casa —dejó dinero sobre la mesa, agarró del brazo al castaño y comenzaron a caminar hacia la salida.

—¡Gracias, señora Song! —gritó el castaño antes de salir completamente del establecimiento, obteniendo una sonrisa de la mayor.